9

6.9K 430 30
                                    

Antes.

—Kate, intercambia sectores conmigo, por favor —le pido cuando entro a la cocina y la veo recibir un par de porciones de pastel. 

Estoy luchando por no dejar salir las lágrimas de mis ojos. Theo no vale la pena, sé que no tiene sentido llorar por las cosas que ha dicho ahí afuera. Es lo que él quiere, y no va a lograrlo.  

—¿Qué sucede? —los dos preguntan al unísono. 

—Theo está ahí afuera y realmente no quiero verlo otra vez —digo y mi plan de mantener mi voz firme se ve frustrado—. Está riéndose de mí con sus amigos y diciendo cosas estúpidas. 

Los dos se miran, pero no imagino que podrían estar pensando.  

—Sólo será una hora, hasta que mi turno acabe —insisto—. Por favor, Kate. 

—Claro que voy a intercambiar contigo, V. Ese sujeto es un psicópata, en serio —dice— Quédate aquí, yo puedo cubrir los dos sectores por un rato, hasta que te sientas mejor. 

—Oh, no, no. —Seco la pequeña acumulación de humedad bajo mis pestañas rápidamente y suspiro—. Estoy bien, en serio. ¿Éstas son tus órdenes? —pregunto, pasándolas a mi bandeja.  

—Eh... Sí. 

—Deberías sentarte un rato, V —Liam interviene—. Y demandar a ese imbécil. ¿Hasta cuándo piensas esperar? No va a detenerse. 

¿Demandarlo? Es mi ex novio, no un secuestrador. Entiendo que ellos reaccionen de este modo, pero hasta hace un mes, Theo era mi novio. Y aunque pierdo el cariño poco a poco, aún queda algo del amor que sentí por él en algún momento. Sólo está pasando por una fase, nada más.  

—Estoy bien.  

Durante la siguiente hora trabajo en el sector de fumadores. Y es horrible. Estoy segura de que Kate puede respirar en este lugar sólo porque está acostumbrada al humo de cigarrillos, pues fuma desde hace años, pero no creo que sea posible para ninguna persona con pulmones sanos aguantar este humo encerrado por más de dos horas. En serio, ¿cómo respiran? 

Una vez que mi turno termina y el chico que me reemplaza llega, Kate vuelve a su sector y yo me preparo para volver a casa. Theo, por suerte, ya se ha ido del café.  

Me detengo junto a la puerta del local para revisar mi lista y buscar mi billetera. Espero haber traído dinero suficiente para mi boleto de tren, dado que ya no tengo bicicleta. No estoy acostumbrada a esto, y lo odio.  

La campanilla de la puerta suena detrás de mí, y cuando me volteo es Niall.  

—Hey, Vins. 

—Hey —digo, pero vuelvo a concentrarme en mis cosas.  

—Oye, ¿estás bien?  

—¿Por qué no lo estaría? 

Mi billetera, aquí está. Y sí hay dinero ahí dentro. Perfecto.  

—Vi a esos tipos ruidosos en el sillón. Luego desapareciste y otra chica te reemplazó. 

—Ah, sí. No es nada, sólo intercambiamos de sector. Estuve la última hora en el sector de fumadores. 

—Oh. 

—Bien, adiós —digo y me dispongo a caminar, pero él me detiene. 

—¿Que hay de tu bicicleta? 

Niall sabe demasiado sobre mí para ser menos que un conocido en mi vida.  

—Un hombre me la robó el viernes pasado. 

Yo invito (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora