Capitulo 13

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Después de que la tipa esa saliera de la oficina, me dirigí al baño que estaba a lado de la oficina de Tom. Pasé cerca de él y me tomó del brazo, fingi no estar celosa.
-¿Que pasa Tom?- lo mire con una sonrisa fingida.
-Ven.- me estiró su brazos para que lo abrazara. No lo pensé dos veces y lo abracé. Me besó la mejilla y sonrió.
-Te amo.- lo abracé con fuerza.
-Yo muchos más.- oculto su rostro en mi cuello. Me armé de valor y hablé.
-Dile a esa señorita que deje de estar de coqueta, si no quiere que le arranque su linda cabellera rubia.- dije con enfado. Se rió.
-Yo le digo, pero que te quede claro, que por nada del mundo, ni por una chica plástica como ella, cambiaría está hermosa sonrisa, ni a la persona que la posee.- acarició mis labios con uno de sus dedos.- ¿Y sabes por qué?- me senté en su regazo.
-¿Por qué?
-Por que te amo, más que a nada en este mundo.- mis ojos se humedecieron. Recargó su frente en la mía.
-Te amo más Tommy.- deposité un beso en su frente.

Mi teléfono celular sonó y corrí a mi despacho para contestar, ví el nombre del contacto "Harrison the best ❤️" me sorprendí ya que hacía mucho que no hablaba con él.
-Usted está llamando al número de Jaqueline Jackson, la chica que es mejor que usted en todos los sentidos. Deje su mensaje después de escuchar el tono biiiip.- contesté.
-Seras mejor en todo pero sabes que en altura soy mejor que tu pitufo.
-Vete a la mierda Osterfield.- dije con ironía. Se escucharon fuertes carcajadas.
-¿Cómo te ha ido en tu vida?
-Bien, no me quejo. ¿Y tú qué tal?
-Todo perfecto. Ya por fin soy novio de Tania y eso me alegra.
-¡Que hermoso! Ah pero cuidado con las rubias altas, están por todas partes viendo a quien acechan.- dirigí mi vista a Tom, el cual rió con mi comentario.
-No me digas alguien le coqueteó a Tom.
-Si vieras, parecía modelo, pero bueno solo ten cuidado, son peligrosas.
-Tania es rubia ¿Que procede?
-Nada, solo mantenla vigilada y que te vigile a ti.
-Esta bien, solo quería saludarte y ver cómo estabas.
-Te extraño rubiecito.- suspiré.
-Yo más loquilla. Deberíamos vernos, se acerca tu cumpleaños, ¿que planeas hacer?
-Osterfield mi cumpleaños es hasta marzo, ¿pretendes verme hasta marzo?- le reclamé.
-Es broma Jaja.
-Tal vez deberíamos festejar bien el cumpleaños de Tom, una fiesta como se debe.
-E invitamos a muchas rubias altas.- interfirio Thomas risueño. Lo miré y le enseñé mi dedo de en medio.
-No dejaremos de molestarte con eso.- se burló el rubio quien al parecer escuchó al castaño.
-Tengo cierto trauma con las rubias.- mire hacia la ventana.
-¿Que te han hecho?- preguntó entre risas Harrison.
-Una de ellas, en la primaria me hacía bullying, en la secundaria una me echó encima un plato con comida solo por que le dije "peliteñida", en la preparatoria está la exnovia de mi esposo y en el trabajo hay una Barbie y me refiero a ella como Barbie por qué es toda de plástico.
-Que bueno que no soy mujer y que Tania es buena chica.
-Si, da gracias por eso.
-Señorita Jackson.- entró Natalie.- ¿Puede firmarme esto por favor?- le hice una señal con la mano para que se acercara y tomé una pluma.
-Osea que si existiera un borrador de rubias que atacan a Jacky lo usarías.- continuó Harrison.
-Pues claro, no desaprovecharía la oportunidad.- terminé de firmar.
-¡Harrison!- se escuchó un grito por la otra línea.
-Te llama tu hermana. Anda hazle caso.
-Me tengo que ir.- se despidió.- Luego me dices que organizaron para festejar a Tom.
-Esta bien. Bye rubiecito.
-Bye.- colgó.

En ese momento Natalie salió de nuestra oficina y Alicia entró. Se dirigió a la oficina de Tom y yo la observaba mientras me sentaba en mi silla. Hice con mis manos un movimiento simulando querer ahorcarla, Tom se dió cuenta y trato de aguantar las carcajadas. Esto llamó la atención de Alicia, la cual me miró con cara de confusión y yo fingí que no estaba haciendo nada, más que ver el computador.
-Muchas gracias señor.- se alejó de su oficina.- Con permiso.- se dirigió a mi con una sonrisa.
-Propio.- sonreí falsamente.

Tom me miraba con la carcajada ya salida. Fruncí el ceño y me levanté al baño.
-¡Ay si señor Holland! ¿Me puede firmar estos documentos?- hice voz chillona y caminé como modelo de forma simpática. Tom se orinaba de la risa.- ¡No es gracioso!- abrí la puerta del sanitario. Me urgía entrar ya. Cuando iba a cerrar la puerta, la bebé despertó y comenzó a llorar por hambre.- ¡Ay hija de mi vida, mamá no usa pañales!- me regresé.
-Entra al baño, yo mientras la distraigo.- se levantó Tom de su asiento y fue a la carreola.
-Gracias.- suspiré con alivio.

La desgracia más hermosa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora