Capitulo 12

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Era tan increíble sentirlo dentro de mi, me quitaba el aliento de una manera tan exquisita. El sentir sus labios mordiendo los míos, mientras sus embestidas eran lentas y llenas de amor. Escuchar sus gemidos cerca de mi oído, los cuales provocaban que mi excitación aumentara, era simplemente lo más hermoso. Sus manos y las mías recorriendo cada centímetro de nuestro cuerpo, era increíblemente lo más delicioso.

Después de terminar aquella noche de pasión, los dos nos recostamos estando aún desnudos. Su brazo rodeaba mi cuello y yo acariciaba su abdomen con la yema de mi dedo.
-¿Te gustó?- dijo Tom acariciando uno de mis senos. Levanté un poco la cabeza para mirarlo.
-Me encantó Holland.- me levanté un poco para besar sus labios. Me acosté encima de su cuerpo y decidí dormir ahí. Él no se negó y me abrazó para que no me bajara.- Fue lo más increíble que me haya pasado. Gracias Tommy.- dejé un corto beso en sus labios.
-Jacky.
-Mande.- acaricie uno de sus brazos.
-Te amo.- lo miré con una sonrisa.
-Yo más.- rocé su nariz con la mía. Me acomodé en su hombro y me quedé dormida. Su cuello olía delicioso, en parte eso fue lo que me relajo y me ayudó a dormir.

A la mañana siguiente, nos despertamos al escuchar a la pequeña balbucear y reír.
-Tu hija está despierta.- dije a Tom sin abrir los ojos.
-Ya me di cuenta.- me levanté aún adormilada y fui a la cuna.
-¡Hola mi amor!- aplaudí y ella volvió a reír. La cargué y la llevé conmigo a nuestra cama.- Debes tener hambre.- un olor llegó a mí, su pañal estaba sucio.- Tom ¿Me la detienes?- se la di.
-Claro.- la cargó.
-Te toca cambiarle el pañal.- me acerqué a su rostro y después salí corriendo.
-¿Que?- se quedó sorprendido y acercó el pañal a su nariz.- ¿Pues qué comiste mi amor?- hizo gesto de asco.
-Debemos cambiarla.- él negó con la cabeza.- LOS DOS.- hice una seña con mis dedos.
-Esta bien.- rodó los ojos.
-Traeme una toalla.- señalé una que estaba doblada.- Ponla abajo.- me obedeció. Comencé a quitarle la prenda que era un mameluco rosa y después desabroché su pañalero, dejando a la vista el pañal.- ¿Listo?- lo miré, él asintió. Inhalamos y sostuvimos la respiración. Desabroché el pañal y lo quité.
-¡Ay por dios!- exclamó Tom alejándose por el olor. Me reí. Al parecer para Nickeli todo esto era divertido, nuestros gestos y caras, la hacían reír a carcajadas. Era nuestra primera vez cambiando un pañal con popo.
Limpié toda la zona procurando que no quedará nada. Tom me dió un pañal limpio y lo puse. Acomodé el pañalero y su mameluco.
-¡Listo!- dije cargando a la pequeña.
-¿Donde pongo esto?- levantó el pañal que estaba en su mano.
-Ah, hay un bote de basura que será únicamente para los pañales y toallitas húmedas sucios.- señalé el cesto que estaba a lado del baño.

Bajé a la sala y me senté en un sofá. Jugué con la pequeña y algo hermoso pasó. Pusé mi dedo en la palma de su mano y ella lo apretó con sus diminutos dedos y sonrió. Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo cuando sentí el tacto de su mano. Me enamoré de esa sensación, mis ojos se cristalizaron y sonreí junto con ella.
-Te amo mucho Nicki.- besé su frente. Acaricie su carita y su cabello. Era una bebé hermosa.
-Ya vine.- dijo Tom bajando el último escalón. La bebé lo miró y comenzó a sonreír de emoción.
-¡Es papá!- la miré con ternura.
-¡Hola mi pequeña!- tocó la punta de su nariz. Ella sonrió nuevamente y después se carcajeo. Recargue mi frente en la mejilla de Tom, mientras él acariciaba a la bebé y me abrazaba. Pasé mi nariz por toda su mejilla, finalizando con un beso. Tom besó mis labios y me abrazó con fuerza.-Las amo mis niñas.- me miró a mi y después a la bebé.
-Te amamos más papá.- hice voz chillona.
-¿Quieren desayunar?
-Es cierto, alguien tiene hambre.- miré a Nickeli sacando mi lengua.
-Mientras yo hago el desayuno.- besó mi frente y se fue a la cocina.
Descubrí mi pecho y acerqué a la bebé. Comenzó a comer y yo prendí el televisor. Tom se acercó con los platos y Nickeli seguía comiendo.
-Abre la boca.- me acercó un bocado con un tenedor del huevo que preparó. Lo introdujo en mi boca y después comió él. Así estuvimos todo el rato que almorzamos.
-Debemos ir al supermercado.- dije mirando la nevera.
-¿Quieres ir?
-Si vamos, y después vamos al parque. ¿Que dices?- sonreí.
-Me parece perfecto.- me besó la mejilla.

La desgracia más hermosa.Where stories live. Discover now