◾Prólogo◾

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4 años antes

Las líneas horizontales y verticales—un poco torcidas—se hacían escabrosas con los minutos. Arreglaba sus gafas que caían de a poco en el puente de su pequeña nariz, borroneándole la vista. Enfocaba los ojos, entrecerrándolos cada cuánto para entender los números anotados en su libreta. Seis, ocho, uno, releía una vez más su línea de sudoku, confirmando que estuviese bien. Era buena haciendo esas cosas, por ello, se había convertido en más que un pasatiempo.

Iba comiendo su biscuit casero de vainilla, mordisco a mordisco, releyendo su juego en busca de equivocaciones. Sin embargo le fue difícil conseguir alguna, porque sin dudas se consideraba toda una campeona, o eso decía su madre la mayoría de las veces.

Sentada en el banco de metal y madera color blanco, hizo detalle en el bello atardecer que se sobreponía al fondo de las montañas. Lucía como las elegantes pinturas que adornaban una de las salas de estar de la gran casa en donde vivía, una de las que su madre se encargaba de limpiar cada jueves por la tarde, justo como hoy. Le agradecía silenciosamente porque la mujer prefiriera que ella esperase afuera de la casa, después de todo, no se le permitía ayudar con los qué haceres del hogar. Era mejor encontrarse en el jardín interno, donde todo era pacífico, a encerrarse entre las cuatro paredes de su pequeña casa de servicio al fondo de la propiedad de varios acres.

Sentía la paz de la brisa de primavera, acariciando su largo cabello oscuro. Cerraba los ojos cada cuánto, para disfrutar en serio de la soledad. Aquello no le duró mucho, cuando escuchó el repentino sonido de un motor aproximarse. No pasó tanto hasta que vislumbró el costoso automóvil aparcarse en la redoma frente a la entrada de la opulenta casa. Tuvo miedo unos segundos, porque pensó que se trataría de la matriarca de la familia y eso sólo le traería problemas. Así que corrió hacia detrás de unos setos bien podados, esperando ver quién bajaría.

Al paso de unos pocos segundos, el bullicio se hizo prominente en el jardín, una cosa escandalosa que claramente no encajaba con el ambiente sobrio. Risas, empujones, griteríos, todos liderados por el chico más lindo que había conocido en su vida. Su boca se sentía árida de pronto, y su corazón hacía de las suyas, latiendo muy rápido dentro de sí como si hubiese corrido un largo maratón. Incluso a la distancia, Hwang Hyunjin parecía tan perfecto como sus ojos lo pintaban siempre.

—Hyunjin —Agitaba su brazo de un lado a otro, en un ritmo desesperado para que él la viese—, Hyunjinnie. —No se detuvo al llamarle, ni un minuto.

Pero el pelinegro se veía muy concentrado empujando a su mejor amigo, Lee MinHo, el cual Hani no toleraba ni siquiera en la distancia. No entendía, como su querido chico prefería pasar tiempo con el maleducado aquél, antes que con ella. Pero se repetía que no era nada personal, que quizás él no tuviese tanto tiempo que darle en estos momentos o ningún otro.

—Hyunjin. —Intentó sin perder la esperanza de recibir una mirada.

Y como por arte de magia, el chico volteó a verle. Todo iba en cámara lenta en la cabeza de Hani, así había sido desde que conocía a Hwang y de eso, fue hace mucho tiempo ya. El cabello oscuro le ondeó con la brisa al contrario, despejando su perfilado rostro tan sólo para que ella lo pudiese ver mejor. Los labios abultados, y tan rosados como dos cerezos hicieron un leve amagado de sonrisa. No obstante, al detallar de donde provenía el saludo, lo que fue un atisbo de un gesto amable, se vino convirtiendo en una línea muerta e inexpresiva.

Hyunjin la observaba a la distancia, dejando parlotear a su lado a los escandalosos de sus amigos, sin prestarle en realidad atención. Hani no le separaba la mirada, había aprendido de su madre que no debía mostrarle debilidad a nadie, incluso si el contrario era más fuerte contrincante. Y sí, Hwang era mucho más fuerte que ella. No obstante, se mantuvo estable, aunque sabía que sus mejillas se estaban ruborizando por tener mucho tiempo los ojos oscuros sobre sí.

𝐻𝓊𝓇𝓉 𝑀𝑒 [𝐻𝓌𝒶𝓃𝑔 𝐻𝓎𝓊𝓃𝒿𝒾𝓃]✓ #Wattys2021Where stories live. Discover now