✪La batalla (1)✪

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El caos estaba desatado en el mundo sin nombre. La noticia de que una batalla se avecinaba había corrido como la pólvora. Y no porque se tratase de una batalla cualquiera, no. Era una batalla por el trono del dios de la calamidad, un desafío que había sido llevado a cabo por la sucesora del reino de las ilusiones.

Aunque bien se sabía que el reino del caos y el de las ilusiones tenían muy buena relación, por eso mismo, la noticia era tan escandalosa. Y había que añadir el hecho de que, en lo referente a la regencia suprema, nadie, a parte de los dioses del caos habían llegado a ser los soberanos superiores de ese tenebroso mundo.
Y no solo eso, pues también había rumores. Rumores sobre un alma humana que había llegado al mundo demoníaco...

Algunos habitantes -por no decir la mayoría-, no creían posible que un humano hubiese podido llegar a su mundo sin más. Otros proclamaban haber sentido la presencia de un humano en aquellas tierras. Y otros, mucho más hambrientos y sanguinarios, sin ningún tipo de prueba que demostrase que había un humano en su mundo, fueron a comprobar si los rumores eran ciertos. No solo por descubrir la verdad, era también para calmar su sed de sangre.

Para suerte de la morena, ningún demonio; vampiro; harpía, o cualquier otra criatura de la oscuridad podría encontrarla, ni tampoco hacerle daño al estar encerrada entre aquellas cuatro paredes de piedra, al menos, no habían conseguido hacerle nada en los dos largos días que llevaba allí, y como allí no había sol que le confirmase el tiempo que llevaba allí -solo la enorme luna de sangre que se mostraba-. Caeli se guiaba por las comidas que le traían a la habitación, ya llevaba tres en esos días, por lo que la cena pronto se la traerían... Pero escapar no era una opción, ya que, aunque deseaba con toda su alma escapar, sabía que al salir de aquella "celda" acomodada, solo crearía más conflictos y pondría mas en riesgo su vida.

"Todavía ninguno de los que rondan fuera de esta habitación ha intentado entrar y atacarme, a parte de la mujer con la que Orfeo acabó" ―, pensó Caeli, mientras suspiraba viendo la ropa que le habían dado hacía tan solo unas horas―. "Perfecta para estar desprotegida de cualquiera que quiera matarme" ―, pensó la chica afilando su mirada al verse en aquella blusa de suave tela azul que mostraba sus hombros, además de atarse con un lazo para no mostrar un pronunciado escote. Una blusa que era suelta, de mangas y cintura, y que llegaba hasta casi sus muslos, mientras que los pantalones eran de un tono negro, y tenían zonas con roturas, y unas botas altas sin tacón del mismo tono que los pantalones.

Pero lo último que iba a hacer seria quejarse, al menos, dentro de lo malo, no tenía sangre de monstruo esparcida por la ropa, y el conjunto le daba cierta libertad para moverse y correr de ser totalmente necesario.
Era eso, o ir desnuda -por lo que había oído de algunos guardias desde el interior de la habitación-. Y fue gracias a Orfeo, que Caeli había obtenido esa muda. Pero la chica no estaba tan agradecida, ya que había sido el moreno quien la había secuestrado y encerrado, así que, la gratitud se disipaba con rapidez.

―Maldita sea ―susurró la mujer pateando con fuerza la silla que estaba frente al tocador de aquella "jaula".

Pero pronto, Caeli se tensó al escuchar cómo los engranajes de la cerradura de la puerta se movieron, y allí, se alejó lo máximo posible de la misma para tomar una de las patas de la silla que había roto, para tener algo con lo que poder defenderse, aunque no fuese muy efectivo.

Su cuerpo temblaba, pues el miedo seguía presente en su sistema al estar en un territorio desconocido, y con gente realmente peligrosa, pero no iba a dejar de luchar por su vida, mucho menos teniendo a gente que le importaba esperando en casa.
Allí, el ruido de la puerta la hizo tensarse más, y el instrumento que tenía en sus manos comenzaba a temblar suavemente.
Rezaba por el hecho de que -en el caso de que tuviera que defenderse-, su cuerpo reaccionase.

My Demon ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora