✪El juego comienza✪

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Tras aquellas premoniciones, la morena había avisado a su pareja sobre ello. Y tanto Tom como sus amigos, no tardaron nada en aumentar la seguridad en los alrededores del hogar de la italiana, además, de que cierto íncubo, se había aficionado a ayudar a Chiara en la floristería, y además la protegía de cualquier peligro por si intentaban embaucar a la humana.
Sin duda era matar dos pájaros de un tiro.

Además, cierta diosa de las mentiras se encontraba protegiendo tanto a Oliver como a Angel, y sobre todo a los mejores amigos de Caeli: Akane y Curt.
No se les había escapado nada, pues por suerte o por desgracia, la morena de ojos azules no tenía tantos amigos cercanos.

Ya había pasado una semana tras el suceso de la casa de los Roy, y tanto Hannah como Olga, habían estado en contacto con Caeli para saber cómo se encontraba y si todo estaba yendo bien en su hogar.
Aunque la chica conseguía calmarlas con facilidad, en su interior, todavía seguían algunas dudas y ciertamente miedo... No estaba totalmente segura de que lo que había predicho la escocesa era completamente verídico, con la actuación que había tenido el azabache, le había bastado.

Ese día la morena abrió sus ojos, encontrándose frente a un fornido y duro pecho que le hizo suspirar con una suave sonrisa y con un poco de picardía, besar el esternón de aquel dormido azabache, quien sonrió suavemente por ello, mostrando sus colmillos y moviendo contento su cola por lo mismo.
La morena en ese momento, al alzar su mirada y ver aquel pacífico y encantador rostro dormido, una idea se le vino a la cabeza, y una pícara sonrisa se formó en sus labios.

Segundos más tarde, sin despertar al azabache, lentamente comenzó a bajar en suaves y lentos besos por el marcado torso del chico, quien suspiraba suavemente mientras que, con suaves caricias en los muslos del mayor, cierta zona anatómica del chico comenzaba a despertar.
Caeli jadeó suavemente al rozar con su mano el miembro de su pareja, notando como este rápidamente reaccionó con su tacto, y ella se mordió el labio inferior. El chico muchas veces le había sorprendido despertándole con un buen oral por la mañana, ella no podía, ni quería ser menos. Quería hacerle sentir tan bien como él le hacía sentir a ella.

Con su mano libre, comenzó a bajar los pantalones de deporte que el chico se dejaba puestos solamente para dormir. Y antes de darse cuenta, cual resorte el miembro ajeno salió de la prisión en la que estaba unos escasos instantes atrás, y ella jadeó suavemente al ver la magnitud que su pareja poseía. La chica humedeció sus labios, su boca comenzó a salivar, preparándose para poder probar aquel falo que le pedía a gritos ser satisfecho.
Su lengua con calma recorrió desde la base hasta la punta, en un recorrido lento y húmedo que hizo gruñir al hombre.

La menor alzó su mirada por aquello y pronto, comenzó a entretenerse en la zona del glande, consiguiendo que las garras del chico se afilasen, y las venas de su abdomen y sus manos se saltasen sutilmente, haciéndola jadear y humedecerse.

Y pronto, cuando ya había empapado la polla del demonio con su saliva, la chica sin dudarlo se metió solamente la punta a la boca y lentamente comenzó a bajar y pronto a subir, no consiguiendo llegar al final, pero si haciendo aquel gesto, que, sin duda, ya había despertado a alguien. Y con un sutil gesto de las caderas del chico, la morena, con mejillas sonrojadas alzó su mirada a los ojos verdes de su pareja, que brillaban con aquel peligroso y depredador tono que la hizo temblar. No hicieron falta palabras para que ella comenzase a mover su cabeza, primero de manera lenta, y tan pronto como él tomó con cuidado su cabello, comenzó a ir más y más rápido, consiguiendo que los jadeos del chico comenzasen a resonar en toda la habitación.

Con los minutos pasando, el movimiento que la chica hacía era cada vez más y más rápido, el azabache gruñía sin ningún tipo de vergüenza, y para ese momento, Caeli ya estaba tocando su feminidad con su mano libre para poder sentirse bien junto a su pareja.
Cada vez iban más rápido, con las respiraciones más agitadas, sin decir ni una sola palabra, solo comunicándose por gruñidos y ahogados jadeos.

My Demon ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora