Capítulo 86

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-Esto es para tí.

Deposité la bolsa con todos los regalos inútiles que habia recibido a sus piés y esbocé una sonrisa que distaba mucho de ser tan amable como pretendía. Sonreír no era lo mio, eso estaba claro. Al menos hice un esfuerzo, algo es algo.

-Te lo han regalado a tí.- Dijo Claudia sin hacer amago de recogerla- Espero que lo pases bien, ya me contarás.

Dejé de intentar sonreír y asentí. A fin de cuentas era eso lo que buscaba. Ir a ver a Samuel para devolverle los favores que le debía, antes de decidir quedarme en la residencia y proseguir mis semi abandonados estudios. Nada se me habia perdido por mi antigua vivienda... Hana ya no estaba allí para acompañarme.

-Y respecto a esto...-señaló la bolsa- te lo dejo en la habitación.

-Hasta luego...- susurré mientras me abrochaba el abrigo.- En un par de días me tendrás aquí, de verdad.

Aquella anciana de pelo canoso, se habia ganado un poco de mi cariño. Supongo que necesitaba una figura afectiva similar a lo que fue Hana en su momento, ahora que recordaba su muerte. ¿En algún momento olvidaría lo que significó para mí? Bueno, desearía que nuestras últimas conversaciones no hubiesen sido tan... poco agradables.

-Que sí, cariño.- Sonrió haciendo mas notorias sus arrugas, y se acercó para abrazarme.- Todo estará bien.

Me dejé abrazar y que el aroma a jazmín que impregnaba su ropa me invadiera. Aquel simple gesto de unir dos cuerpos me tranquilizó un poco, pero seguía impaciente por volver a ver a Samuel.

Tras unas cuantas palabras más de despedida, abandoné la residencia subida a un taxi en dirección a la estación de trenes.

Por el camino recordé cómo habia recorrido todo aque trayecto en moto con Luca, cómo le habia golpeado... e incluso recordé sus brazos. Seguía sin entender que fuese capaz de aquello.

Al finalizar aquella larga cadena de pensamientos en mi mente entró la voz de una mujer cantando una canción demasiado sensiblera, pero no me molestó en absoluto y me limité a oirla. Tal vez solo era cansancio de recordar, pensar e intentar asimilarlo todo.

Heart beats fast

Colors and promises

How to be brave

How can I love when I'm afraid to fall

Ahora recordaba los primeros días con Samuel, cuando Hana le dijo que cuidase de mí. Él siempre mantuvo su promesa, tengo que devolverle una parte de eso. A fin de cuentas todo lo que hizo aparte de los besos que fueron pura atracción física, el resto de cuidados... fueron solo por obligación.

Llegué a la estación y tras pagarle al taxista, me senté en un incómodo banco a esperar que llegase mi tren. No tardó mucho y después de un largo viaje de medio dia acompañada por música que habia descargado yo misma, volví a la ciudad que me habia visto crecer pero no nacer. La misma en la cual estaban enterradas las dos personas que más había querido en el mundo.

Me recoloqué la mochila y sobreviví al cúmulo de inquietos pasajeros, antes de subir a un autobús; el cual me llevaría al centro, no muy lejos de la cafetería de la familia de Hana.

Recordé aquella canción cuando mi corazón se aceleró al vislumbrar la cafetería. Bajé del autobús y me detuve frente a la puerta. Dudaba si entrar. A fin de cuentas... si no recordaba su rostro, no debía ser tan importante...

O quizás todo lo contrario.

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora