Capitulo 37

1.3K 81 3
                                    

"Claro, Alex, toalla. Una persona normal, despues de ducharse necesita una toalla para secarse, justo antes de vestirse  y salir del baño". Aquello era lo que recorria mi mente, mientras miraba mi figura borrosa en el espejo del baño. No podria concretar cuanto tiempo llevaba asi, ni tampoco cuantas veces me repetí lo idiota que era por no haber pedido algo tan esencial antes de ducharme. Pero lo hecho, hecho estaba. Ahora solo tenia una opción. bueno dos, pero no contaba con ella. La opción descartada era gritar al inútil de Samuel que me dejase una toalla, y la segunda era vestirme mojada. Claramente la primera opción era inimaginable. El solo hecho de abrir aquella puerta, y gritarle al psicópata que me pasara una toalla, era inviable.

Y por eso ahora estaba dudando. Nunca habia intentado eso de vestirme estando mojada, pero sonaba realmente incómodo, sin contar con que mis vaqueros eran ajustados. Realmente veia un futuro muy oscuro en ponerme la ropa sin secarme previamente. Y por eso estaba alli, con las manos en el lavado, dandole pequeños golpecitos con el  pulgar.

-Esto.. eh.. Alex, ¿te falta mucho?-oí una voz débil del exterior.

-Algo...

-Es que verás.. yo.. y el váter.. tenemos una cita..

-¡Samuel!-dije molesta, por aquello.

-¡Qué!-me imitó.

-¡No quiero saber tu vida!

-¿Que quieres que te diga sino, si llevas hora y media en el baño y yo me estoy meando?

Reprimí una sonrisa, ante la imagen que se formó en mi imaginación, con un Samuel saltarín y las manos en donde cabia de esperar. Aquello era tan gracioso como... yo encerrada en el baño y sin toalla.

-Déjame una toalla y salgo- murmuré sin esperanza de que me oyese.

Supe que lo habia escuchado  porque en vez de responder, oi su risa. Una muy fuerte que resonó en el baño. Maldito enfermo.

-Pues te dejo una toalla, pero tú te cambias en nuestra habitación.

Esta vez se oyó una risa, pero era la mia, una demasiado hiriente. Comencé a vestirme, intentando secarme un poco con una toalla de mano que habia allí. No me preocupé en absoluto por haber mojado mi ropa, me daba igual. Lo que realmente me molestaba era que Samuel no pudiera entender de una vez, que yo no queria tener nada que ver con él. No queria tener relaciones con nadie, en todo este jodido mundo. 

La gente no me interesaba lo mas minimo, y ellos deberian hacer lo mismo conmigo.

Acabé de vestirme y salí del baño, con un rostro sin expresión. Samuel me miraba alzando una ceja.

-¿Ya la he cagado de nuevo?-dijo, interponiendose en mi avance.-Alex.. ¿que he hecho ahora?

Lo ignoré e hice amago de apartarme, para guardar la ropa sucia en una caja e irme de alli. Lo unico que queria en aquel momento era alejarme de  aquel tipo para que comprendiera que iba en serio cuando decia que él no me importaba lo mas minimo. Como siempre todo lo que no me importa lo olvido, asi que si él desaparecia una semana, no me acordaria de su maldita cara de psicópata. Eso sería lo mejor.

- No voy a quedarme aqui, entiéndelo ya.-Dije, alzando la vista para mirarlo.-Y muchisimo menos, es "nuestra habitación". Con tu permiso recojo mis cosas y me voy.

-¿A dónde?-dió un paso hacia atrás.-No tienes dónde ir. Tu piso al lado de Hana, no puedes pagarlo. No tienes dinero, aun no has empezado a buscar trabajo. No tienes donde ir, tu padre te ha hechado de su vida. Ni se ha molestado en aparecer, me ha llamado y ha dicho que tirara tus cosas, ¿vale?-añadió, con una sonrisa amarga, de esas que yo conocia muy bien.- Yo solo pretendo ayudarte, ¿cuanto tiempo necesitas para entenderlo? No he pasado por lo que tú has pasado, lo sé. Pero en todo este tiempo he hecho todo lo que he podido, por ti. Y tu solo pretendes mandarme a tomar por culo. ¿Tanto te desagrado?-esperó una respuesta, pero no contesté.-Déjalo, es lo que se te da mejor.

Tras aquello, Samuel salió de la casa y dió un gran portazo. Pude oir como arrancaba el coche y se iba. Realmente le habia herido y hize que se despegara de mi. 

Entonces..¿por que me sentia mal por él?

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora