Capitulo 56

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Intenté correr hacia el cafe, hice mi mejor esfuerzo...; era lo unico que tenia en mente mientras Dereck me arrastraba de regreso al piso.

Mientras la distancia entre la puerta y yo se acortaba, sentía como la desesperación se adueñaba de mi. Ganas de gritar, romper cosas, huir... ¿Por qué todo tenia que ser tan jodidamente difícil para mi?

-Vamos entra- insistió Dereck, empujandome desde la base de mi espalda.- Alex.

-Alexandra para ti.- Murmuré, entrando en... mi residencia.- Estás enfermo.

-No mas que tú.- Respondió cerrando la puerta con llave y poniendo la cadena de seguridad.- Espero que no te de otro ataque de querer ir a dar un paseo, Alex.

-Me das asco- añadí entrando en mi habitación y cerrando la puerta con el pestillo.

Corrí hacia la cama y me lanzé cual deportista olímpico sobre ella, escondiendome entre las sábanas. El dolor desesperado el cual se hallaba en mi interior era tan grande que no podia llorar. Me dolian los ojos, pero ninguna gota salia de ellos. Quizás se me habian acabado las lágrimas.

Seria demasiado bonito.

Aquel pensamiento fue el ultimo que cruzó mi mente hasta el día siguiente al despertarme con gritos... masculinos.

-... ya!

-No está aquí. Se fue esta mañana, despues de como la dejaste, ¿te parece bien estar aquí exigiendo cosas?

-¿Samuel...?-murmuré con apenas voz, apartando el edredón.

-¡No responde a mis mensajes!-gritó nuevamente la voz que parecia mas alterada de las dos.- Solo quiero saber como está.

-Si a ella aun le importases, es más si te recordase te habria llamado. ¿Cierto?

Era Samuel.. ¡Samuel! ¿Venía a sacarme de aqui? ¿Podìa confiar en él? ¿Estaba bien... si solo esperaba que me sacase de alli? ¿Si.. tal vez.. esperaba una explicación lógica?

-¡Samuel!-grité con todas mis fuerzas pero el sonido que emití fue menor al de un susurro.

Me levanté de la cama y corrí hacia la puerta de la habitación girándo el pomo desesperadamente. No se abría. Estiraba y la golpeaba pero no parecía abrirse. Y Samuel tampoco parecía darse cuenta de ello.

-Ella aun está enferma... olvida muchas cosas. Ya lo has visto.- Comentó Dereck.- Nadie me garantiza que no me olvide a mi cuando vuelva.

-¡Cállate!- susurré con lágrimas en los ojos.- Eso no es verdad...

-Ha olvidado el rostro de su madre. ¿Te lo ha dicho?

-No...

-Samuel.. no le hagas caso...- murmuré.

Un ultimo golpe a la puerta me hizo descubrir que antes de irme a dormir habia colocado el pestillo. Lo quité con manos temblorosas y abrí la puerta... asomandome al pasillo justo cuando la puerta se cerró.

-Regresa a la cama, Alex.

Negué con la cabeza y corrì hacia la puerta pero Dereck me retuvo contra una de las paredes de la entrada.

-Déjame...-susurré.- Era Samuel.. no me ha dejado tirada.

-Vuelve a la cama.- Repitió arrastrandome de regreso a mi habitación.- Solo se siente culpable.

-Mentira.

-Verdad. Solo tienes que dejar de negar la realidad.- Susurró a mi oído dejandome libre y cerrándo la puerta.- Ahora solo puedes confiar en mi.

-¡Jamás!- grité secándome las lágrimas, que habian reaparecido, con el dorso de la mano.

Coloqué el pestillo y repetí la misma acción de ayer y me lancé hacia mi cama.

-En nada estará el desayuno hecho- oí gritar a Dereck.

Alzé la mano al techo rocordando la conversación de Dereck y Samuel... y un nuevo miedo azotó mis pensamientos hasta quedarme dormida.

¿Cuanto tiempo tardaría en olvidar a Samuel a este paso?

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora