Capitulo 64

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Dejé a un lado la maleta y decidí sentarme en uno de los incómodos bancos de la estación de trenes. El frío de invierno hacía su presencia helandome las mejillas. Debería haberme abrigado más pero, no deseaba nada más que salir de aquel edificio. La sensación de que Emilio podría cambiar de opinión no conseguía dejarme disfrutar de abandonar aquel lugar. Nadie me garantizaba que justo al llegar me mandase volver... solo podìa desear que se olvidara de mi y así poder decir que vivo una vida pacífica. Tal vez... podría regresar a esos dias de música, soledad y vivir con la mínima cantidad de palabras abandonando mi boca. Sin duda, sería agradable.

Por megafonía anunciaron que el tren que debía tomar llegaría por la vía 5. Me levanté del banco, cogiendo la maleta algo pesada y anduve hasta las escaleras por las cuales se cambiaba de andén. Tras llegar al otro anden, despues de unas escaletas mata-piernas volvì a sentarme en uno de esos malditos incómodos bancos de estación. El viaje me llevaría medio día exacto, y gracias a mi progenitor tendria una cama donde descansar.

Abrí el bolso y saqué la caja con el móvil nuevo que me habia estado esperando sobre la mesa, esa misma que habia sido testigo de innumerables acontecimientos. Desde la primera comida que ingerí apenas mudarme hasta... aquella vez que recogí las cosas, no recuerdo bien para qué.

Encendí el teléfono y no tardé en descubrir que tenía grabada música pero no ponía los títulos de las canciones sino una ennumeración hasta el 272. Seleccioné la primera esperando cualquier cosa menos lo que sonó.

Silencio. Nada. "La canción" duraba 12 minutos. ¿Doce minutos de puro silencio? ¿Quien en su sano juicio pondría aquello en un móvil?

Le dí a la siguiente, la pista dos y quise vomitar. Técnicamente me saqué los cascos pero podía oir como los auriculares seguían emitiendo aquel horripilante sonido. Una mujer sentada en un banco no muy lejano a mi, me observaba curiosa.

" Y es verdad

que la vida algunas veces

nos hace pagar con creces

y que el tiempo le da la razón.."

¿Que cojones...? ¿Que clase de mente perturvada, enferma y claramente carente de gusto musical introduciría eso en mi móvil?

El tren no tardó en llegar y lanzé al interior del bolso aquel móvil demoníaco, tras lo cual subí. No tardé mucho en encontrar mi compartimento, el cual estaba gloriosamente vacío. Me tumbé en la cama despues de poner a los pies la maleta e intenté darle otra oportunidad a quella aberración.

"Te voy a esperar oh oh oh"

-¿Te digo yo lo que te va a esperar a ti?- murmuré lanzándolo a la papelera.

Me acomodé en aquella cama y decidí descansar un rato. Sinceramente aquella "cosa" me habia irritado y solo habia llegado a la tecera canción.. ¡De doscientas setenta y dos!

Gracias Emilio y tu agradable gusto musical.

Quiero un beso bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora