Capitulo 18

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- Samuel estuvo en mi habitación anoche- dije rápidamente, porque no creía estar hablando de él, voluntariamente.

-¿Ah si? Pues me habré equivocado de día.- Comentó Hana, doblando la ropa y dejándola sobre la cama.- Entonces será hoy cuando cene con los padres de Sophia.

-¿Sophia?- repetí, calzándome las botas negras.

-Su novia.

-Ah.

Samuel tiene novia. Normal. La gente imbécil se atrae entre sí. Seguro que es como él. Por una parte me alegro, por otra.. me alegro aun más. Asi me dejará en paz. Porque.. eso es lo que quiero. Mi absoluta soledad.

-¿Cuánto tiempo llevan juntos?

Aquella pregunta se había escapado de mis labios. Una mala pasada de mi subconsciente. Sin lugar a dudas, pura curiosidad. En ningún momento me interesó Samuel. Ni me molesta en absoluto que tenga novia.

Es más... Me alegro por él. Muchísimo.

-Un año.. ¡que habladora estás esta mañana!

-Algo.

Fuí al baño a peinarme y acabar de asearme. Tenía que volver a mi piso lo antes posible. Aquel sitio estaba haciéndome pensar demasiado sobre la gente. Necesitaba regresar a mi piso, poner la música a todo volumen y desconectar.

-Alex. ¿Si tubieras un problema.. yo sería la primera en enterarme verdad?

Asentí, al verla por el reflejo del espejo, en el baño. Comencé a cepillarme los dientes y ella siguió apoyada en el quicio de la puerta. Observándome.

Hana era muy mayor, las arrugas de su longevidad le cubrian la cara. Pero había momentos como aquel, que decidí ignorar, en los que arrugaba el ceño de preocupación.

-No tendrías motivos para suicidarte. Tu vida es perfecta.- Se acercó a mi, y colocó sus manos en mis hombros, apretando suavemente.- Me tienes aquí, para lo que necesites y lo sabes, ¿no?

Instintivamente, miré mis muñecas. Ya no estaba el vendaje que Samuel me había puesto, sino unas tiritas largas que cubrían la herida.

Hana lo había visto. Pero no sabía que aquello no me lo había hecho yo. Y tampoco sería yo, la que la sacara de su error.

-No pasa nada, ¿vale?- dije, tras acabar de lavarme los dientes.- Te aseguro que estoy bien.

-Alex, cariño.. Llevas tu tiempo en el que no te reconozco.- Comenzó a hablar, mirándome a los ojos através del espejo.- Sé que lo de tu madre te afecto mucho. Creéme, yo tambien la quería un mundo. Pero a ella no le gustaría verte así..

-No digas eso. Tú no tienes forma de saber lo que quería ella o no. A fin de cuentas nadie escuchaba lo que decía.-Le espeté, apartándo sus manos de mis hombros.- Muchas gracias por cuidarme. Pero ya sabes que hay temas de los que no quiero hablar.

No oí lo que me dijo. Simplemente salí de su casa y regresé a la mìa. Fuí directa a la cama. Y allí, donde una vez hace mucho tiempo, estubo mi madre esperándo a que me durmiera. Velando por mis sueños.

La necesitaba. Pero se había ido y luego de haber conocido a una persona como ella.. nadie merecía la pena. Mi soledad.. la mejor solución.

Quiero un beso bajo la lluviaWhere stories live. Discover now