89. Alexander Khoury.

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@CristinaValtierra7 Adoro tu linda actitud chica, gracias por siempre estar al pendiente de la historia y comentar, me sacas muchas sonrisas.  ❤  Mil gracias ❤. 

Gracias por su voto. 🙇❤

— ¿Así que a esto venías? — Preguntaba Wyatt asombrado viendo la gran prisión de máxima seguridad un poco alejada de la metrópolis.

— Quiero hacerle solo una pregunta. — Confeso Lilith Anderson.

— Nunca pensé que entraría por mi cuenta a una prisión. — Admitió Wyatt tomando de la mano a su novia quien estaba un poco nerviosa. Volteó a verla. — ¿Si sabes que no necesitas de él, cierto? — El padre de Wyatt había muerto cuando él apenas era un niño, no tuvo una figura paterna como tal, así que de alguna manera entendía a Lili a la perfección.

— Solo quiero hacerle esa pregunta Wyatt, los psicólogos no saben ni que poner en su expediente. — Decía Lili con pesadez. — No podré continuar mi vida tranquila sino me quito este peso de encima. — Admitió, su novio sonrió besando el dorso de su mano.

— Está bien, yo estoy aquí para apoyarte. — Lili sabía eso, él siempre estaba ahí para ella.

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El trabajador de la prisión con el que Lili había hecho una cita para poder visitar a su padre veía de reojo a Wyatt Oliver Cooper y sus antecedentes penales, al menos no tenía orden de captura a pesar de haber estado en prisión. Luego volteo a ver a la chica, Lilith Khoury Anderson, según la base de datos hija de Alexander Khoury, el convicto con varias cadenas perpetuas encima y condenado a más de 165 años en prisión.

— Los oficiales van a indicarles el camino. — Dos oficiales guiaron al par de jóvenes a una sala con una mesa y un par de sillas.

— ¿Qué fue lo que hizo? — Preguntó Wyatt por su suegro y Lili hizo una mueca.

— Que no hizo. — Dijo con la mirada gacha. — Asesinatos, extorsiones, estafas, crimen organizado, drogas, la lista es larga. Estaba en el pabellón de la muerte pero por lo que me enteré su abogado es bueno y siempre logra que lo saquen de esa situación. — Wyatt asintió asombrado, no entendía como su Ángel precioso sería familiar de alguien así.

Lili tragó fuerte cuando escuchó un par de cadenas y esposas moverse en el pasillo por el que habían ingresado a la pequeña sala. Su novio beso su mejilla para que se relajará.

Lili lo vio entrar, y entonces entendió porque su madre se enamoró de ese enfermo, sus rasgos marcados, nariz respingada, ojos que podían leer tu alma como los de ella, y muchos tatuajes en los brazos, incluso más que Wyatt, y eso ya era mucho. Alexander Khoury aún parecía muy joven, en realidad tenía 37 casi 38 años encima.

Alexander entró y enarcó una ceja extrañado al ver a esos dos jóvenes que lo veían con curiosidad, sus contactos no le habían informado de ninguna visita ¿De quién se trataba? Aún así sonrió en cuanto vio a la chica, supo de inmediato de quién se trataba.

— Quiero privacidad — Pidió Alexander con voz ronca.

— No tienes derecho a exigir nada, 9374. — Uno de los oficiales habló, pero sabía que no debía hacerlo por esa mirada del diablo que le lanzó Alexander. Casi era hombre muerto, ese hombre ignorante debió haberse fijado mejor a quien le hablaba.

— Creo que sería lo ideal si nos dejan tener un poco de privacidad, por favor. — Pidió Lili usando esa mirada de niña ingenua que hacía que cualquiera bajará la guardia con ella. Alexander sonrió. Su hija había heredado los encantos de manipular a la gente a su antojo. Tal vez una psicópata de nacimiento.

El Demonio es un Ángel © ✔Where stories live. Discover now