El Demonio es un Ángel © ✔

42. La chica es encantadora.

Gracias por su voto. 💖

— Comenzaron a ver vestidos. — ¿Tú ya tienes uno? — Le preguntó Anderson.

— No. ¿Qué color crees que se me vea mejor? — Pregunto Iara.

— Azul marino como tus ojos, me gusta como combina el azul con el amarillo y tú cabello se verá genial. —

— La señorita tiene razón Srita. Johnson. — Dijo la empleada del costoso lugar.

— Se llama Anderson. — Dijo Iara. — Bueno quiero probarme estos cuatro. — Confesó Iara. — ¿Te gusta este? —

— Voy a parecer árbol de navidad. — Iara carcajeo.

— ¿Esté? —

— Parece de embarazada. — Negó riendo.

— ¿Y este? —

— No me gusta el fucsia. — Iara seguía riendo la chica era bastante sincera.

— ¿Y este? —

— No tengo muchos senos. — Confesó Anderson viendo el gran escote.

— ¿Algo que busque en específico Srita. Anderson? — Le pidió la empleada.

— No me gustan con mucho escote y no me gusta el fucsia. —

— Marie. Quiero que se vea como una maldita diosa. Inalcanzable. Una mezcla entre un Ángel y un Demonio. — Pidió Iara arrastrando a Anderson al amplio vestidor de la tienda.

— Me gusta este, pero creo que parezco que voy a alzar vuelo. — Habló Iara haciendo reír a Anderson.

— Si hay viento te verán toda la Pepita. — Iara carcajeo.

— Tienes razón. Este no entonces. — Iara salió con otra mucho más sensual que el anterior.

— Agáchate. — Pidió Anderson ella lo hizo. — Exacto, te verán los panecillos cuando te agaches. O más bien pansotes.— Iara volvió a Reír.

— Eres todo un caso Anderson. — Rio Iara a carcajadas. Luego se midió otro.

— No tengo nada en contra de ese. — Admitió Anderson, era una mezcla de blonda blanca transparente en la cintura y el resto del vestido era azul. — Te queda hermoso. — Asintió Anderson y Iara se vio varias veces en el espejo.

— Cierto, me gusta bastante una mezcla perfecta de sensualidad y elegancia. — Anderson asintió de acuerdo. — Tú turno. — Le apuntó los vestidos que había traído para ella.

— Este es demasiado provocativo. — Dijo Anderson avergonzada por estar mostrando demasiado su espalda, eso y que además tenía muchas áreas transparentes.

— Cierto, parece que estás invitando a alguien a quitártelo en plena fiesta. — Anderson rio nerviosa.

— Este me gusta. — Admitió Anderson era mangas largas una falda amplia y sin ningún escote. Iara negó.

— Quiero que te veas irresistible. — Dijo Iara negando para que fuera a cambiárselo.

— Este parece que me lo hizo el sombrerero loco. — Dijo Anderson riendo y apartando las plumas. Iara carcajeo asintiendo.

— Ese... Es perfecto. — Iara se levantó a aplaudir mientras Anderson lo lucía como una modelo en pasarela y daba vueltas.

— ¿Pero no crees que la pierna sea demasiado? — Iara negó.

— Es de corto como el vestido que llevaste la otra vez a la cena. — Negó Iara. — O bueno poco más. Pero no tiene mucho escote. — Tenía un escote trenzado en la espalda y era de un color rojo electrizante con plateado, la chica parecía una diosa.

— Es que no me convence el rojo. —

— ¿Es incomodo? — Anderson negó maniobrando agacharse.

— Para nada. —

— Nos lo llevamos en el tuyo. Vamos a buscarte los zapatos y ropa interior adecuada. — Anderson rio, Iara siempre ganaba.

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— ¿En serio? Yo la hubiera tirado del segundo piso. — Decía Anderson entre carcajadas. — Aunque ambas sabemos que no tendría el valor de hacerlo. —

— Ah si yo también tenía ganas de aventarla del quinto piso. Esa perra se lo merecía, pero yo le ayudaba en todos sus trabajos y sabía todas sus contraseñas. Así que luego la amenacé con exponerla a todos si no hacía ordenaba mi cuarto lavaba mi ropa y hacía lo que yo quisiera durante un mes. —

— ¿Y lo hizo? — Preguntó Anderson comiendo de su helado.

— Sí, no tenía opción si no quería que expusiera todo lo que yo sabía. Ah pero a mi novio si lo quería ver comiendo mierda. — Anderson carcajeo.

— ¿Qué le hiciste? —

— Lo puse a lavar mi auto. Gaste el dinero de sus tarjetas de crédito. Y al final lo expuse con sus padres que hasta lo desheredaron de una parte de dinero. — Anderson rio. — Si sus padres me amaban. Es que como puede ser que eches a la basura 3 años de relación y un compromiso por una calentura. — Negó ella con asco.

— Creo que las relaciones y el amor son como el papel higiénico. — Dijo Anderson.

— ¿Cómo? — Preguntó Iara entretenida.

— Se acaba con cada cagada. — Anderson habló sin filtró y Iara carcajeo.

— No encuentro fallas en tu lógica amiga. — Rio. — Vamos te llevaré. Ah por cierto me quedaré con tus cosas y te vas conmigo el sábado. — Anderson asintió pidiéndole que la dejará en la entrada de su suburbio.