39. "Que enfermo"

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Gracias por su voto. 💖

A la mañana siguiente Anderson como siempre se encontraba 15 minutos antes en el salón de clases. Y por primera vez en el año Wyatt llegó 10 minutos antes a clases. Volteó a ver a Anderson y forzó una sonrisa. Ella carcajeo.

— ¿Sigues shockeado? — Le pregunto Anderson. Y Wyatt lo admitió.

— Pensé que tenías la vida perfecta y por eso los modales y la ropa, las perfectas calificaciones y él que no dijeras malas palabras también. — Ella asintió sonriente. — Ahora supongo que te admiro. Al menos ahora puedo decirlo en voz alta. Te admiro. Esa es la percepción que ha cambiado a la que tenía de ti. No voy a mentirte pensé que eras una niña de papi y mami. — Rió Wyatt apenado.

— Si, es solo que hay que evitar juzgar por las apariencias, y no me malinterpretes no es que yo quiera parecer que tengo mucho, solo intento pasar desapercibido. Si viniera vestida con lo poco que me pueden regalar, traería las mismas ocho camisas todos los días. — Admitió sincera.

— Entiendo yo no digo nada, igual la ropa que usas se te ve demasiado bien. — Dijo Wyatt sin pensarlo, pero en realidad se pasaba viendo la silueta de la chica cada que tenía oportunidad.

—Oh Gracias, supongo. — Anderson se extrañó por eso, ¿Era un cumplido? Chris y los demás alumnos entraron al salón a esperar a la profesora O'Brien.

— Hola preciosa. — Besó a su novia y ella sonrió devolviendo el beso.

— Hola. — Le sonrió ella. — ¿Hicieron el proyecto final para Arte? — Preguntó tomando desprevenidos a todos. Todos se vieron nerviosos entre sí.

— En realidad Sí. — Respondió Wyatt y todos se le quedaron viendo extrañados.

— Ah Mi hermana dice que te enviará un mensaje para esperarte en el centro comercial. — Anderson asintió de acuerdo.

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— ¿Qué hiciste para Arte? — Le preguntaba Anderson a Wyatt mientras estiraban en gimnasia.

— Ah, pues ya lo verás. — Contestó él.— En realidad no es nada bueno. Solo como tú dijiste un par de dibujos y ya. — Anderson sonrió.

— En realidad ya sabía que dibujabas. — Confesó y Wyatt la volteo a ver.

— ¿Por qué? — Preguntó curioso.

— Una vez golpeaste a un chico que pateo tu libreta. Yo recogí tu libreta en ese entonces. Estabas tan enojado ese año que ni siquiera me dijiste gracias cuando te la regrese. — Confesó Anderson avergonzada.

— ¿En serio? — Wyatt rió. — Lo siento, pero ya sabes que no soy un buen tipo. — Ella negó.

— Que tu vida sea tóxica no quiere decir que tú lo seas. Wyatt. — Él enarcó una ceja sonriente, y asintió totalmente de acuerdo, la chica era una prueba de ello.

— Tienes razón. —

— Ahora por favor has bien el estiramiento, porque eres un asco. — Rió Anderson al ver a Wyatt tan distraído.

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— ¿Trajeron el proyecto para este periodo? — Unos traían un inútil intento de Arte que se notaba que había sido hechos esa misma mañana. — Como sea solo intenten hacer silencio y pasaré por cada uno de sus asientos. — Todos asintieron sin hacerle caso. Y a él tampoco le importaba.

— Bonito Anderson. ¿En quien te inspiraste? — Le preguntó el profesor mientras ponía un 10 en todas sus casillas de calificación.

— En nadie en realidad. — Admitió Anderson. — Creo que solo me parecía bueno representar la belleza femenina. — El profesor asintió sonriente. Luego vio al alumno con tatuajes a lado de la chica, en realidad quería ponerle a todo cero.

— ¿Y usted señor Cooper? Nada como siempre. — Casi iba a ponerle un cero directamente.

— De hecho. — Wyatt extendió un dibujo con marco. El profesor volteó a verlo extrañado y lo examino. Enarcó una ceja asombrado.

El dibujo era una chica de cabello ondulado casi rizado no tan largo ni tan corto, de perfil con los ojos cerrados y una sonrisa en los labios.

Estaba desnuda pero llevaba puesto un delantal, sus senos no eran muy grandes, su cintura era pequeña pero resaltaban unos gorditos, sus piernas, trasero y caderas se miraban genuinamente seductores, tenía alas, y a su alrededor había basura, pastillas y jeringas. Volteó a ver a Anderson y el perfil en la muñeca era idéntico.

— Muy buen trabajo. — Admitió el al ver el esfuerzo que se veía reflejado y al ser casi idéntico en las facciones de la chica con Anderson. Coloco ochos, nueves e incluso un diez en su evaluación.

— Qué bonito. — Dijo Anderson viendo el dibujo, pero su ceño se frunció al ver algo y Wyatt quiso esconderlo de inmediato. — Wyatt deberías dejar de ir a beber tanto al bar. Ya estas más que traumado con los delantales de las camareras. — Wyatt carcajeo con todas sus fuerzas.

— Capaz que sí. — Ella rió.

— No sabía que una de tus fantasías era tener sexo con alguien que llevara un delantal. —

— Puede ser. — Rió él.

— Que enfermo. — Se rió ella y él carcajeo.

— No es enfermo, es normal tener sueños húmedos. — Dijo Wyatt divertido. — ¿Acaso tú no tienes? — Los colores le subieron al rostro. — A verdad que si enferma. — Ella carcajeo con él. — ¿Qué tipo de sueño es? — Ella negó nerviosa.

— Te vas a reír. — Wyatt negó.

— Por favor no me avergüenzo que me vean contigo. — Ella carcajeo.

— Es algo simple. — Contesto ella viendo hacia todos lados. — Además no quiero que piensen que soy pervertida. —

— Vamos, yo ya sé que eres pervertida. — Él quiso reírse.

— Me gustan los hombres que lucen un traje, o que cocinan me parecen muy guapos. — Se limitó a decir, Wyatt rió.

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— ¿De verdad Te sientes mejor? — Preguntó Anderson a Edward.

Cuando ya tenía la ropa que una mucama de su casa le había ido a dejar el día anterior, su madre lo había visitado un par de veces la semana pasada, pero había regresado a viajar por negocios cuando vio que su hijo estaba fuera de peligro.

— Lo normal supongo. — Admitió él, esas dos semanas había tenido que usar un cuello terapéutico, y ahora podía estar sin él pero por recomendación del médico tenía que usarlo las siguientes dos semanas para dormir. — ¿Vamos a ver a tu abuela? — Pregunto el un poco curioso y emocionado.

— ¿No quieres descansar hoy e ir otro día? — Él negó.

— He estado en esa camilla por 2 semanas, me hace falta entrenar. — Dijo aburrido. — Necesito distraerme. — Ella asintió. Wyatt y Megan entraron a la habitación. Ella frunció el ceño al no ver a los otros, al final había pedido que vinieran, pero Chris no se levanta temprano los sábados y las otras dos preferían ir de compras.

— ¿Cómo me veo? — Pregunto Edward poniéndose una sudadera por el frío de afuera.

— Más feo que siempre. — Respondió Wyatt sincero.

— Sí, yo lo veo más guapo, el desgraciado casi siempre parece sanguijuela. — Respondió Megan riendo.

— No les creo, preguntémosle a Anderson. ¿Qué opinas soy guapo o no? — Pregunto apuntándose a sí mismo mientras caminaba con los otros al estacionamiento.

— Muy guapo. — Admitió Anderson sonriendo sincera, Wyatt lo vio mal y Edward carcajeo.

— No te pongas celoso. Te compartiré a Anderson. —

— No jodan cabrones. Ella es mía. — Megan cargó a Anderson mientras bajaban por las escaleras del hospital, Anderson carcajeó por como su amiga la cargaba como un saco de papas, era fuerte. Les sacó la lengua a los demás.

— Ya dámela. — Wyatt cargó a Anderson alejando a Megan y ella no podía parar de reír.

— Ya dejen de jugar si siguen así van a hacerme vomitar. — Dijo riendo Anderson en la espalda de Wyatt.

— Súbanse. — Pidió Edward al abrir el auto, le entregó las llaves a Wyatt y Anderson se fue de copiloto.

Wyatt paró en un agroservicio, compró pagando mitad y mitad con Anderson cosas para la rampa para la casa de su abuela, un par de trozos de madera cortados a medida, y además pasaron por casa de Megan por una pala. Estacionaron en la zona tranquila alejada de la ciudad en la que habían estado el miércoles.

— No es un lugar lujoso, nosotros no tenemos dinero. — Aclaró a los chicos antes de bajar.

— No hay problema. — Dijo Edward viendo la casa. Realmente no le importaba eso ahora, se sentía totalmente endeuda con Anderson 

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