—De verdad discúlpame, me siento muy mal por lo ocurrido —sonrió ampliamente. Yo levanté una ceja.

—Oh sí, puedo notarlo —seguí trotando hacia el frente sin prestarle mucha atención.

—Déjame compensarte —se quedó en silencio unos segundos—. Luces apresurada, ¿Puedo llevarte a algún lugar?


Pensé. Acababa de conocerlo, casi me atropelló, se burló de mí y me miró el trasero (claro que me di cuenta, el sexto sentido femenino nunca fallaba). Aunque... Estaba desesperada. No quería llegar tarde a mi primer día como interna ni ganarme el odio del director del FBI.

Además, llevaba mi arma de servicio por cualquier cosa.


—¿Entonces? —alzó sus cejas y suavizó su expresión. Ahora me pareció tierno.

—Está bien... Sólo porque no tengo otra opción y de aquí a que encuentre un taxi vacío me darán las tres de la tarde. —rodeé su Hyundai Genesis y me subí rápidamente en el lado del copiloto. Puse mi bolso encima de mis piernas y solté un suspiro.

—Puedes apostarlo. —el chico se quedó viéndome sin avanzar. Una pila de autos detrás de nosotros comenzaron a tocar descontroladamente sus bocinas.

—¿Sabes? Si me subí a tu auto fue para llegar más de prisa al lugar al que voy. Si no arrancas preferiría irme en taxi —hablé mirando el frente, me ponía muy incómoda verlo a Él.

—Oh sí. Perdón, perdón —finalmente arrancó, recibiendo un montón de insultos de parte de los demás conductores. Pero no se inmutó. Sólo se dedicó a encender su radio último modelo también—: Soy Niall Horan, por cierto.

—Qué bueno. Voy a la calle Washington Reef —contesté rápidamente. Rió una vez más—. ¿Puedes dejar de hacer eso? Estoy empezando a creer que te burlas de mí.

—No, nada de eso —rió de nuevo. ¡Detente!—. Oh... ¿Washington Reef? —alzó las cejas inquisitivamente, pero no dije nada al respecto. Volvió a hablar—: ¿No me vas a decir tu nombre?

—Me llamo Melissa —rodé los ojos y finalmente me enfrenté a su rostro. Él me estaba mirando—. ¡Vista al frente cuando manejas! —grité—. Y sí, ¿Qué tanto te importa dónde vaya?

—Trabajo en la calle Washington Reef. Será un solo viaje entonces.

—Perfecto.


No quise decir nada más. Debía admitir que me incomodaba un poco el hecho de que el tal Niall Horan estuviera cubierto de lujos. Quizás era porque fui criada humildemente y mi madre me enseñó a no ser codiciosa... O algo.

La radio no dejaba de sintonizar canciones que yo en serio amaba, pero no dije nada; de otra forma creería que teníamos cosas en común y no quería estar ligada a Él de ninguna manera.

Varios minutos después noté que bajó la velocidad y supuse que habíamos llegado. Miré a través de la ventana del piloto y mi boca se abrió levemente al darme cuenta de la grandeza del lugar que tenía en frente. Unas letras gigantes de concreto negro, con las siglas "FBI", adornaban el frontis.


—Bueno, estamos en la calle Washington Reef. ¿A qué lugar específicamente vas? —inquirió el chico rubio.

—Allí —señalé, sintiéndome algo estúpida. Horan alzó las cejas sorpresivamente y sonrió.

—Estás de suerte, yo trabajo ahí —se sinceró y yo lo miré un poco (sólo un poco) más interesada. De pronto su rostro cambió, como si hubiese descubierto algo—. Espera, ¿Eres una de las internas que estarán acá?

Eᴊᴇʀᴄᴇ ᴇʟ ᴄᴏɴᴛʀᴏʟ sᴏʙʀᴇ ᴍí || Z.MWhere stories live. Discover now