Mi niño también me contó que saliendo de la casa se había encontrado con Alexo y que éste se había disculpado con él por su comportamiento de la noche anterior.

-Y qué le dijiste?

-Pues la verdad es que tardé en responderle, tanto que me estaba replanteando si ignorarlo o no, pero le dije que lo olvidara y que tan solo le pedía que no se volviera a repetir-cuando estuve a punto de preguntarle nuevamente, me calló con un gesto de la mano que me indicaba que me esperara, haciéndome reír-Antes de que me sigas preguntando mejor te lo cuento todo del tirón. Después de eso, me dijo que sí, que no me preocupara que él no era así, tan solo que perdía los estribos cuando tomaba un par de copas. Le dije que entonces mejor no beba. Me dijo que se lo estaba replanteando y luego me preguntó por cómo estabas tú. Yo bueno, me acordé de la noche de ayer-aquello me lo dijo al oído provocándome escalofríos-Y supuse que estabas bien, así que eso le dije-su voz pasó de pícara a divertida. Yo tan solo callé, sintiendo el calor de mis mejillas, él supuso lo que me ocurría a pesar de no verme la cara y tan solo rio y besó mi cuello.

Seguimos hablando otro rato más sin preocuparnos demasiado por los temas aleatorios que iban surgiendo. Entonces terminamos como al principio y sin saber cómo, hablando de aquella foto.

-Pues estabas más mono siendo rubio-le dije a mi niño a quien ahora miraba de frente. Me había sentado frente a él con las piernas cruzadas.

-Que pena no tener una almohada por aquí-me dijo con los ojos entrecerrados provocando mi risa. Sonrió con dulzura. Frotó su pelo de atrás hacia delante y viceversa-Hasta los tres o cuatro años fui un pollito, todo rubio-dijo provocando mi risa una vez más-Luego conforme pasaban los años más oscuro se volvía y aquí está ahora.

-Un castaño oscuro que te sienta la mar de bien-dije elevando ambas cejas, provocando ahora yo su risa. Se puso a mirar la foto una vez más y me puso de los nervios cuando comenzó a alternar la mirada entre la pequeña Meg de la foto y yo-De este color se ponen tus ojos cuando cambian-dijo al fin-Y tu pelo ya está completamente cambiado.

-Sí-dije yo ahora llevándome la mano a la cabeza, poniendo carita de pena-Antes tenía unos tirabuzones preciosos, ahora son muelles desgastados-rio.

-Y después del tinte y el corte-no lo dejé terminar.

-No me tortures más-dije en un gesto dramático volviendo a provocar su risa. Mi móvil comenzó a sonar y vibrar sobre la tumbona, así que mi niño me lo pasó.

-Nada bueno-bromeó mirando la pantalla antes de dármelo. Reí al ver el nombre de Frany.

-Tú bruja, te has conectado a WhatsApp y no me contestas lo que te escribí hace milenios, te vuelvo a saturar a mensajes y no te conectas-volvió a coger aire para seguir con sus quejas, pero no la dejé.

-Hola Frany! Yo también te quiero mucho y muy bien, gracias por preguntar!-varias risas a su lado, acompañada con la de Philip, fueron la respuesta a mi sarcástico saludo.

-Hola-arrastró la "o" todo lo que le fue posible.

-Tú y tu hermana tenéis una manía increíble con eso de los saludos originales-volvió a reír.

-Oye que lo mío es cosa de amor, lo suyo de descaro-Alex se defendió. Puse el manos libres.

-Oye que yo solo...

-Amor por quién descarada?

-Ssh!-nos interrumpimos entre todas.

-Meg, habla-me dio permiso Alex, lo que me dio gracia.

-Repito. Amor por quién descarada?-Philip escuchaba en silencio y con cara de estar pasándolo pipa.

-Tranquila, hemos superado lo del bello de Philip.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Onde histórias criam vida. Descubra agora