Uno e settantacinque

612 37 9
                                    

Draco se unió al juego de las niñas y Linda. Philip y yo volvimos a sentarnos a la mesa.

Carlos se sentaba frente a mí, entre Sophie y mi padre. Al sentarme se me quedó mirando por un rato que se me antojó eterno. Se echó a reír cuando le saqué la lengua.

-La casa es preciosa-comenzó a decir.

-Sí verdad? Nos enamoramos de ella-dije mirando a mi alrededor con satisfacción.

-Perfecta para crear una familia-vale... Por un motivo que no comprendí, mi padre había dicho eso a modo de indirecta para Carlos.

-Sí-dijo Carlos cogiendo su tenedor-Perfecta-y tras un extraño silencio, se puso a comer o algo parecido porque lo que se llevaba a la boca no llenaba la garganta de un gorrión.

Miré a mi padre frunciendo el ceño, a lo que él sonrió victorioso. Al final desistí al ver que antes de conseguir que mi padre me dijera el motivo de aquello, mentalmente, se me saldrían los ojos de tanto intentar preguntarle con la mirada.

A la mesa estábamos sentados: Mi padre, Carlos, Sophie, Mike, Lilian, Frany, Sergio, Rosa, Alice, Lupe, Alex, Luis, Alexandro, yo y Philip, respectivamente.

-Por cierto, cuánto tiempo he estado durmiendo?-pregunté a quien me estuviera escuchando mientras me peleaba con las costillas, intentando cortar una.

-Llegasteis ayer sobre las dos de la madrugada-dijo mi suegro-Y...

-A las dos?!-miré a Philip que casi se atraganta intentando hablar, al ver que lo fulminaba con la mirada.

-Qué he hecho?-varios rieron.

-Por qué no paraste en algún hotel o algo?

-Para qué? Estaba bien.

-Apenas habías dormido la noche anterior.

-Cómo que apenas habías dormido? Conduces cansado llevando a mi hija a tu lado?-se metió mi padre.

-Yo no...-comenzó a hablar Philip.

-Calla.

-Vale-Philip parecía un cachorrito  asustado que no comprendía lo que ocurría.

-Tú no. Se lo decía a mi padre-dije yo haciendo reír al resto, que ya se habían enganchado al culebrón.

-Y por qué tengo que...-intentó hablar mi padre.

-Sshh...-lo mandé a callar.

-No me sshstees-protestó nuevamente.

-Sssh!-las risas de las niñas eran las que más se escuchaban-Viejo respondón-ahora Alexandro y Luis se unieron a las risas más sonoras, solo que a diferencia de las niñas, las suyas eran bastante graves.

-No tiene ninguna gracia Philip, sabes que no me gusta que estés tanto tiempo al volante-dije ya calmada aunque con cara de apenada, provocando que mi niño me besara al momento.

-No lo vuelvo a hacer, prometido, pero cambia esa carita-dijo rápidamente haciendo reír a todos, incluida a mí que lo volví a besar, solo que mi beso fue más largo y pausado. Las risas volvieron a escucharse.

-Qué tal si dejamos algo para la noche de bodas?-se escuchó a mi padre sin lograr que nos apartásemos-Me estáis dando celos y a quién tengo más cerca es a este joven, y no te ofendas Carlos, pero no eres mi tipo-mi niño y yo tuvimos que parar por nuestra propia risa.

-Pesado-declaré mirando a mi padre que se echó a reír. Escucharlo reír a él era tan maravilloso como escuchar a Philip.
Aquellos dos hombres... Mi gran debilidad.
Me levanté y me acerqué a él para abrazarlo desde atrás y besar su oreja haciendo que se removiera. Tenía muchas cosquillas.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora