Capítulo 19 I A ti, querido amigo

231 30 6
                                    

La mañana siguiente a la muerte del Sexto, Gai juraba que le dolía el respirar.

Se había mantenido a un lado de su mejor amigo toda la noche, observando su tranquilo rostro y preguntándose por qué en esta batalla lo dejó fuera, si compartieron campo de batalla muchas veces. ¿De verdad era necesario ir sólo?

—Eres un ególatra, Kakashi. —susurró mientras la calma se hacía presente en Konoha, una calma inquietante, aquella que se vive después de una guerra y que no puedes creer. Con la brisa entrando por la ventana, helando a Gai y revolviéndole el cabello a Kakashi.

Él odiaría eso. Odiaría estar si quiera postrado en una cama de hospital y odiaría ver a Rin a su lado. Aguantaría las bromas de Obito al respecto y calmaría la preocupación de Gai antes de ambos bromearan sobre su rivalidad.

Sí, la calma había llegado y con ella, las ganas de rendirse del azabache. Porque para él su vida estaba bien, estaba.
Nunca se esforzó en conseguir una familia, porque Kakashi era su familia y Rin y Sakumo. Nunca se preocupó por algo que no fuera superarlo porque al llegar a su hogar solo podía pensar en las cosas que hizo en el día, lo que haría al día siguiente y jamás le pareció que se sintiera vacío. Nunca pensó en que necesitaba algo más haya de su equipo, porque las competencias le absorbían todo su tiempo. Y sobre todo, nunca creyó que viviría para ese momento donde el dolor lo sobrepasaba, donde las cosas se movían lento, donde algo le faltaba y la incertidumbre lo volvía loco.

Donde ya nada era suficiente porque su única familia ya no estaba y se habían llevado todo lo que era.

[...]

No podía levantarse, le pesaba el cuerpo y temía a lo que pudiera encontrar del otro lado. Aún así, no era un cobarde y con lentitud abrió los ojos.

—Parece que vuelves a la vida. —cuando su vista se normalizó pudo ver a Kakashi de pie frente a él quien le sonreía con diversión.

—¡Kakashi! —gritó y se incorporó de golpe. Su amigo río y lo ayudó a levantarse.

—Hola Gai.

—¡¿Es todo lo qué vas a decir?! ¡¿Hola?!

—Bueno, ¿qué quieres que diga? —para Gai había pasado mucho tiempo. Tiempo en el que perdió mucho más de lo que ganó y en donde necesitaba más que nunca un amigo.

—¿Por qué fuiste solo esa noche?

—A mí también me alegra ver...

—No Kakashi, —interrumpió abruptamente— ¿por qué hiciste eso? ¿Por qué no me dijiste nada? Yo soy tu amigo de toda la vida, peleamos juntos muchas veces, creí que confiabas en mí como para dejar que te acompañé en el combate más peligroso de tu vida.

Kakashi suspiró.

—No te lo dije porque sabría que querrías acompañarme, —respondió— y yo no podría ir sabiendo que también podías morir, no era algo que te correspondiera.

—¡Por supuesto que sí, era para proteger a Konoha! —gritó con fuerza.

—Yo era el Hokage, la responsabilidad era mía y no permitiría que mi familia se pusiera en peligro por mí.

—Pero dejaste ir a Rin. —en cuanto pronunció las palabras, Gai supo que se había equivocado.

—Mi esposa fue por voluntad propia y yo intenté protegerla, lo hice con mi vida.

—Kakashi, yo lo lamento. —estaba avergonzado y dolido, sobre todo.

—No me arrepiento de no decírtelo porque de hacerlo, abrías muerto y hubiera sido un precio muy alto.

Fantasmas.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ