Capítulo 7 I Mira lo que has hecho.

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Lo único que se escuchaba en la habitación era el pitido de la máquina a su lado, además del sonido de las hojas mientras las pasaba cada cierto tiempo. Llevaba ahí media hora y aún no había señales de que Obito despertará.

Mikoto se fue a descansar unas horas y Minato se ofreció a cubrirla, posiblemente la Uchiha aprovecharía para despedir a su hijo menor. Sin embargo, a pesar de llevar la mitad del libro Minato no estaba poniendo atención, le inquietaba lo que Sasuke pudiese encontrar en su misión, posiblemente tendría las razones que siempre buscó pero ¿de verdad las quería? ¿Era mejor la incertidumbre a la que se había acostumbrado? Si no eran lo que él quería, ¿estaría satisfecho? ¿Podría librarse de la culpa con la que cargaba?
Cerró el libro de golpe y se levantó para observar la vista de la Academia ninja desde el ventanal, los exámenes chunnin serían pronto y debía concentrarse en ello, se lo repetía constantemente, era el Hokage y el último en pie. Suspiró, recordaba aún con claridad los exámenes chunnin de hace una década, donde cada niño buscaba impresionar a su alumno por lo que se ofreció a ser supervisor de la tercera fase y ver de cerca lo que la nueva generación podía lograr.

Mientras los niños se acomodaban en los palcos para que la tercera fase comenzará, Minato se posicionó junto a Kakashi quien mantenía una breve conversación con Gai. Miró a los niños que cuchilleaban bajo sus pies y de vez en cuando lanzaban miradas a donde se encontraban, miradas llenas de ilusión.

—Parece que te has hecho muy popular. —susurró una voz femenina a su lado.

—Deberías acostumbrarte Rin, habrá muchas señoritas que quieran robarte a tu marido. —respondió Minato con burla, lo que la hizo reír.

—Ya veremos quien se roba a quién. —musitó la castaña acariciando su abultado vientre.

—¿No deberías guardar reposo? —preguntó el rubio.

—Lo mismo digo, —interrumpió la voz del platino— prometiste quedarte en cada y guardar reposo.

—Lo hice y luego me aburrí, así que vine aquí a ver que hay de los nuevos reclutas. —dijo la castaña con jubiló. Kakashi suspiró— Oh vamos cariño, no pasará nada, sólo veré un par de combates y volveré s casa.

Kakashi sonrió y se acercó a ella.

—Entonces mereces el mejor asiento. —dijo sediendole el asiento hecho para el Hokage.

—Parece que se ha vuelto sobre protector, —mascullo Minato con burla— esperemos a ver cuando llegué el bebé.

Kakashi simplemente de sonrojó ante las burlas de su maestro, para ser un Hokage tan duro, tenía un corazón muy noble.

—Disfruten de los exámenes. —fue lo último que dijo antes de bajar del podio y dirigirse a los aspirantes.

—Sera un gran padre. —musitó Minato con una media sonrisa.

—Sí, el mejor de todos. —respondió la castaña.

—Rin, —el susurro lo hizo volver a la realidad como un balde de agua cría. Se dio la vuelta con brusquedad para encontrarse con su alumno medio consciente— ¿Rin, dónde...?

—Obito, soy yo. Despierta. —se acercó a él y trató de tranquilizarlo.

El Uchiha abrió los ojos con lentitud, a pesar de todo el tiempo que llevaba dormido parecía terriblemente agotado.

—Minato'sensei, ¿dónde... dónde estoy? —preguntó con dificultad.

—Estamos en el hospital, tú fuiste herido en combate. —explicó con pesar.

—Rin, ¿ella esta herida? —Minato lo miró con tristeza ¿aún seguía estancado en el pasado?— Le prometí a Kakashi que la protegería mientras combatía, yo... no recuerdo que fue lo que pasó.

—Obito, no se como decirte esto, —de nuevo— Rin murió hace doce años.

El corazón de Obito se hizo trizas, parecía un mal sueño, una pesadilla; sin embargo, el dolor que lo embargaba era familiar y no supo que era peor.

—Kakashi, —susurró con desesperación— va a matarme, ¿él dónde esta?

Para Minato era como vivirlo todo de nuevo, ya habían pasado todo eso ¿por qué todo comenzaba otra vez? ¿Por qué el dolor aún no sanaba?

—Él también esta muerto, murió junto a Rin. —musitó muy despacio.

Obito rompió a llorar, lo que antes era una habitación silenciosa ahora era inundada por los gritos y sollozos llenos de dolor del Uchiha. Era el saber que había podido hacer más, salvarla a ella, no haber fracasado, de no fallarle a él.
El dolor de su alumno lleno el corazón del Namikaze y juró que detendría el dolor que se esparcía por la aldea.

[...]

—Ten cuidado haya afuera, regresa de inmediato si nos necesitas. —mascullo Mikoto mientras acariciaba el cabello de su hijo.

—Por supuesto, madre. —respondió el Uchiha con desdén.

—En cuanto Itachi salga del hospital te lo haré saber. —informó Fugaku muy a su estilo— Cuidate.

—Gracias. —se preparó para salir, acomodo su espada y provisiones, sería un largo viaje.

Salió de la compuerta de la Aldea, con la cabeza gacha y colocándose la capucha.

—¿No vas a despedirte? —preguntó una voz a sus espaldas que él conocía muy bien.

—Creí que no vendidas después de lo que paso.

La persona frente a él se acercó hasta quedar a pocos centímetros de su rostro, lo que le hizo sonrojar.

—¿De verdad creiste que tu pelea con Naruto me detendría? —dijo Sakura con falso aire ofendido.

—En realidad un poco, no quiero que   tomes partido.

—¿Cuánto tiempo van a seguir con ese estúpido pleito?

—El suficiente para que recapacite su postura y entienda lo que es mejor para Konoha.

—Sasuke, conoces a Naruto, él no va a cambiar de opinión. —el Uchiha suspiró, no era el recuerdo que deseaba tener de su novia.

Así que tomó la mano de la Haruno y la acercó a él.

—Pase lo que pase, prometeme que nada cambiará entre tú y yo. —un mal presentimiento se instaló en su corazón, la pelirosa tenia un mal presentimiento.

—Sasuke, ¿por qué dices eso?

Lo que ocurriera a partir de ahí, lo que encontrará con Orochimaru cambiaría la historia de Konoha y sobre todo, podría darle a todos la paz que tanto añoraban en su interior.

—Solo, prometelo Sakura por favor. —aún con toda la duda en su mirada, Sakura asintió con lentitud.

—Te lo prometo, Sasuke.

Fantasmas.Where stories live. Discover now