Capítulo 18 I Equipo 7.

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Naruto no se fiaba de todo esto, algo raro en él. Tendía a confiar en las personas, a dar un salto de fe, creer que todos podían cambiar si se les daba la oportunidad.

Sin embargo, Orochimaru era otra historia.

Tenía cierto receló hacia el sannin y ¿cómo no? Si fue quien se encargó de crear el arma que lo asesinó, que lo apartó de su lado.

—Algo no me gusta, —susurró el rubio en guardia mientras se acercaba a sus compañeros— todo parece demasiado en calma.

—Jamás creí decir esto, pero Naruto tiene razón. —musitó Sakura a su vez que soltaba un suspiro— ¿Crees qué lo que dijo Orochimaru sea cierto?

—Lo es, lo vi con mis propios ojos. —aseguró Sasuke— Aunque ya tardó demasiado.

Los tres se miraron, debatiendo qué hacer. Sasuke lo sabía, no era una trampa y aún así, un sentimiento de angustia se instaló en su pecho ¿y si no eran capaces de ver a su maestro? ¿Qué les diría a sus compañeros entonces? ¿Qué había fallado? La sola idea le revolvió el estómago.

—¿Escucharon eso? —murmuró Sakura aferrándose a su brazo.

Sasuke agudizó en oído.

—Yo no escuche nada'ttebayo.

—Juro que escuche algo.

El sonido se expandió a lo largo del lugar y todos se pusieron en guardia. Naruto y Sasuke cubrieron con su cuerpo a la pelirosa, mientras el sonido se hizo más agudo.

—¿Quién anda ahí? —blasmo el Uchiha de espaldas a su novia.

El sonido se intensificó.

—¡¿Qué...?!

De pronto, dos kunais atravesaron el panorama dirigidos hacía los muchachos que los esquivaron con rapidez, sin embargo, ambos revisieron un golpe que los mando lejos.

—¡Maldito! —gritó la pelirosa lanzando un golpe al oponente a sus espaldas que fue detenido en el aire, con una mano.

—Se nota que eres la única jounnin entre tus compañeros Sakura, —dijo su oponente— sigues sin dejarte llevar por distracciones.

La Haruno se mantuvo estática, sin creer lo que veía y perdiendo la fuerza que llevaba su golpe.

—Kakashi'sensei... —dijo en un susurro y con lágrimas en los ojos— ... de verdad... es... usted.

—A mí también me da gusto verte. —le respondió con una sonrisa bajo la máscara. Sakura se lanzó a abrazarlo, a su vez que sus compañeros se levantaban.

—¡Eso dolió! —se quejó Naruto y al ver a quien abrazaba su compañera, corrió hacia ellos— ¡Kakashi'sensei!

Mientras tanto, Sasuke veía la escena con cierta molestia y se acercó con calma.

—¡No puedo creer que este aquí! —gritó el rubio abrazándolo también.

—Olvidaba lo efusivo que eras, Naruto. —el rubio lo había levantado del suelo— ¿Y tú, no vas a saludar?

El Uchiha desvío la vista, avergonzado, porque también deseaba lanzarse sobre su maestro y decirle que aún le hacía falta, mucha falta, que pasaba sus días deambulando por las calles de Konoha tratando de encontrar un equilibro en sus habilidades, entre sus deberes, entre las personas que quería y que todavía no lo encontraba, que buscó un maestro que lo entendiera como él pero todos creían que no necesitaba entrenamiento por su papel en la guerra pero aún tenía control ni era consciente de lo que era capaz. Y sobre todo, que se sentía solo.

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