Capítulo 9 I Recuerdos que manchan.

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—Ahora les presentaré a la moderadora de la segunda fase de los exámenes chunnin, —de una cortina de humo, apareció una singular kunoichi con una deslumbrante sonrisa.

—¡Hola! Mi nombre es Kushina Uzumaki y seré la moderadora de la segunda fase'ttebane. —se presentó la pelirroja con alegría y estudió la habitación frente a ella— ¿De verdad son todos?
—Lo son, —aseguró Shikaku— ¿ocurre algo?

La expresión de la Uzumaki se endureció, él faltaba. ¿Qué demonios estaba ocurriendo con Sakumo?

—Nada. —susurró— ¡Que la segunda fase comience! Los veré a todos en el Bosque de la muerte y más vale que se preparen porque no me llaman el Habanero sanguinario por nada.

Salió de ahí en una nube de humo y apareció a las afueras de la residencia Hatake, desde la muerte de ambos era la primera vez que era capaz de pararse frente a ella; siempre que pasaba cerca corría lo más rápido posible para no tener que verla, pero ahora era necesario. Sacó la llave de una madera y se adentro a la casa que alguna vez le había parecido acogedora, ahora, por otra parte era más tétrica.

—¿Sakumo? —preguntó al aire mientras caminaba por los pasillos de la morada— Sakumo, soy Kushina.

Se detuvo frente al estante com varias fotos sobre él: Los Uzumaki, el equipo 7, el equipo 8, Tsunade, Shizune, Rin y Sakura; Gai y Kakashi, el nacimiento de Sakumo y finalmente, la fotografía de la boda Hatake rota. Kushina fruncio el ceño, el platino siempre cuidó de esa fotografía con esmero, ¿qué fue lo que ocurrió?
La guardó en su bolsillo y subió las escaleras hasta el cuarto del primogénito Hatake, vacío.

—Diablos. —mascullo, y se dirigió al final del pasillo donde sabia que Kakashi guardaba su armamento ninja, abrió la puerta con temor de lo que ya sabia y al hacerlo, se encontró con el espacio de la armadura ANBU, vacío— Sakumo, ¿a dónde fuiste?

Regresó a abajo, sabía que Minato encontraría a Sakumo si se lo pidiese pero, ¿era lo más sensato? Aún con todas las acciones impulsivas des platino, sus deseos era simples y entendibles; solo quería respuestas sobre sus padres. Aún así, la historia y los cimientos sobre los que estaba construida Konoha eran mucho más importantes, lo que creyera la nueva generación sobre sus héroes pasados definiría el futuro.

Era un debate completamente y para actuar, Kushina debía reunir más información y lo primero que debía saber era dónde estaba Sakumo.

[...]

La segunda fase de los exámenes chunnin estaba en curso lo que tranquilizaba a Minato pues creía que con ello, cierto Hatake se distraería lo suficiente para dejar de lado la búsqueda de información sobre sus progenitores y con a su vez, el Cuarto podría avanzar en la suya.
Para su satisfacción, al voltear a ver la ventana el halcón negro de Sasuke estaba posado en el marco de esta. El ave se acercó a su brazo y se subió a este, después, Minato le desató el pergamino de la pata y le dio algo de comida y agua mientras leía el informe del Uchiha.

"Cuarto Hokage:

En mi corta investigación he dado con información alarmante y de suma importancia para conocer la razón del deceso del Sexto y su esposa.
Como Itachi dijo en su informe, los asesinos a sueldo que han estado surgiendo en los últimos meses están relacionados con Orochimaru, sin embargo, no es él quien los lidera como creíamos en un principio. Al parecer, Orochimaru ha creado una especie de ninja sintético, alterado genéticamente y con sangre de clanes poderosos, por el momento sólo conozco tres: Uchiha, Hyuga y Uzumaki. Es bien sabido por qué a escogido estos clanes, resistencia y habilidad ocular pero sospecho de que aún hay más y creo que este ninja a sido el causante de la muerte de Kakashi y Rin Hatake.

Así mismo, he adjuntado tres muestras de sangre que encontré en uno de los laboratorios abandonados de Orochimaru, por favor, le pido que haga pruebas para conocer a quien pertenecen.

En cuanto tenga más información se la haré saber, si conoce algo que sea útil envíela con el halcón.

Uchiha Sasuke."

El rubio releyó el pergamino una y otra vez, ¿de verdad estaban tan cerca? ¿De verdad cabía la posibilidad de que lo lograran? La sola idea le agitó el corazón, había una esperanza de que por fin vengará a sus alumnos y que la culpa que lo carcomía desde hace doce años se calmara.

—Shikamaru llevale esto a Shizune, pídele que haga pruebas de ADN y que en cuanto tenga los resultados me lo haga saber. —ordenó mientras le entregaba los frascos al Nara.

—Si señor.

—Y por favor, ni una palabra de esto. —el muchacho asintió y salió de la oficina.

Minato observó el retrato de su alumno colgado en la pared y susurró:

—Estoy muy cerca Kakashi, lamento la tardanza pero al fin podré lograrlo y cuando lo haga, le daré todas las respuestas a Sakumo, sólo debe esperar un poco más.

[...]

Sakumo se mantuvo inmóvil frente a la pequeña caja de madera. Aún estaba intacta como su madre la dejó. Por alguna razón se sentía una especie de intruso al querer saber su contenido, pero ya había llegado muy lejos para detenerse.

Abrió la caja con cuidado, dentro, un par de kunais y shuriken le saludaron, además de armamento ninja especializado que era desconocido para él, una fotografía del antiguo equipo 7 y una fotografía de —lo que suponía— era una de las citas de sus padres, sino es que la primera. Lucían ambos una sonrisa, vestían de civil y al fondo se podía observar la fachada de Ichiraku's ramen. A Sakumo se le llenaron los ojos de lágrimas al observarla, parecían tan felices y ajenos a cualquier peligro. Deseo por un momento poder estar ahí y presenciar aquella escena, presenciar como eran y ver como se dibujaban las sonrisas en sus rostros. Le dio la vuelta y se encontró con la leyenda:

"Rin y Kakashi. Primera cita."

«Debió ser una buena cita» pensó.

Siguió hurgando en la caja, cuando se encontró con algo que lo desconcertó por completo. La foto frente a él era de Rin y Kakashi con Sakumo en brazos frente a la casa de su padrino, en el pie de esta se leía: "Familia Hatake. Sakumo, 6 meses."

Creyó que sus padres habían muerto inmediatamente tras su nacimiento pero al parecer, paso más tiempo con ellos de lo que creía. Así que su padrino era quien más sabía sobre todo esto. Debía encontrarlo, debía encontrar a Gai.

Se puso en marcha sin perder el tiempo, traía puesta la armadura ninja ANBU de su padre, incluyendo la máscara y la capa, por lo que sería fácil camuflarse por la Aldea y llegar hasta su objetivo.
Una vez frente a la menuda casa perteneciente a Gai, este tomó aire, tratando de encontrar la forma de pedirle respuestas y también, el libro de su padre. Las piezas que tenía hasta hora del rompecabezas eran demasiado lejanas una entre otras, por lo que sabia que después de hablar con Gai todo sería más claro y sabría a donde ir.

Tocó la puerta con suavidad y espero unos minutos a que esta se abriera, tras ella apareció el hombre con singular corte de cabello en su silla de ruedas y le sonrió tras darle una breve mirada.

—Me preguntaba cuándo vendría, Sakumo.


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