Capítulo 17 I Me alegra verte de nuevo.

230 33 5
                                    

Shizune no podía creerlo. No podía concebir lo que se encontraba frente a sus ojos y sobre todo, no podía evitar derramar unas lágrimas por la felicidad que sentía al volver a ver a su amiga.

—Rin'chan, —llamó y dio un paso al frente— de verdad... de verdad eres tú.

La castaña le sonrió abiertamente.

—Sí, a pasado un tiempo ¿no crees? —ambas rieron— ¿Qué tal has estado?

—Lo mejor que he podido estar, —respondió a su pesar— haces falta en el hospital.

—Pues yo creo que has hecho un excelente trabajo, —murmuró— uno que ni siquiera yo pude hacer.

—¡No digas eso! Siempre fuiste mejor médico que yo.

—No me refería a eso. —Shizune la miró confundida— Se que siempre tuvimos una pequeña rivalidad y que ambas teníamos un sueño por lograr. Que intentamos presionarnos la una a la otra paea ser mejor pero, no tengo palabras para agradecerte por cuidar de Sakumo; desde que era un niño. Aunque nadie te lo retribuyera, aunque nadie te diera las gracias, siempre diste todo de ti para que estuviera bien y eso, no tengo forma de pagartelo.

—Rin... sabes que aún con todo lo que pasamos, yo te considero una hermana y ustedes son mi familia. —las lágrimas caían por sus mejillas a mares— Eso es lo que hace la familia, ¿no? Se protegen los unos a los otros.

Rin asintió, con la mejilla rojas por el llanto.

—Sé que no pude hacer nada por ti hace doce años, sin embargo, te prometo que cuidare de Sakumo hasta donde la vida me alcance.

En ese momento, Rin la abrazó con fuerza.

—Gracias, hermana. —se separaron un poco y entonces, la Nohara comenzó a desaparecer— Parece que es tiempo.

—Quizás la próxima vez, podamos ver quien es la mejor en ninjutsu médico. —musitó Shizune, lo que hizo reír a la castaña.

—Quizás, —respondió— en otra vida.

Y se fue. Una sensación de alegría invadió a la azabache, una que le hizo recordar por qué hacia lo que hacía, porque era una promesa, porque quería a su sobrino y sobre todo, porque eran familia y cuidar de ella era por lo que seguía aquí.

—Quizás. —susurró— Cuidate, hermana.

[...]

Tsunade no entendía muy bien que ocurría, ¿qué clase de truco era este? ¿Qué planeaba su ex-compañero de equipo?

—Esto es una broma de mal gusto. —gruñó entre dientes mientras se mantenía a la defensiva.

Era difícil de creer que Orochimaru realmente los ayudará, ella más que nadie lo sabía. No era consciente del trato que él y Minato habían acordado pero de algo estaba segura, no dejarían que jugarán con algo que aún le dolía.

—No hay nada aquí que te haga daño. —susurró una voz a sus espaldas que le heló la sangre.

¿De... de verdad lo era? ¿Podría ser? ¡No, de ninguna manera! Era... era imposible. No debía caer en su juego, debía resistir y encontrar la manera de salir de ahí.
Y entonces, su mano se posó en su hombro y la obligó a voltear.

—Sigues sin confiar en los demás. —aquel rostro, que estaba junto al suyo en el monumento del Hokage y que verlo palidecer había sido su perdición— Hola, Tsunade'sama.

—Kakashi... —entonces, comenzó a sollozar— ¡Eres un tonto, debiste pedir refuerzos y no arriesgarte solo!

—Yo también te extrañé. —respondió con una leve sonrisa y Tsunade lo abrazó, como una madre que abraza a su hijo después de un largo tiempo.

Fantasmas.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora