Revelación

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«Uno de los youtuber estrella, dueño del canal de vlogs llamado "el show de Ian", anunció esta mañana en su cuenta de twitter que no participará en la última presentación de los "Latam youtube". No ha dado explicaciones, pero sus seguidores ya comienzan a especular que puede deberse a su reciente problema con las drogas».

«La carrera del youtuber del momento se está yendo a pique. Esta mañana anunció en su cuenta de twitter que no podrá participar en la última presentación del show más grande de latinoamérica, "Latam Youtube". Todavía no dio a conocer las razones, pero todos sus seguidores están a la espera de una explicación».

«Se especula que el joven puede haber tenido una recaída luego de consumir algún tipo de estupefaciente».

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Se había prendido su tercer cigarro de la mañana, que acompañó con una gran taza de café con leche. Su mánager se había plantado en la puerta de su habitación a las siete de la mañana para darle el esperado sermón, pero Ian ya había tomado una decisión: no iba a poner a Manuel en riesgo aunque eso significara el fin de su carrera.

—Ian, piensa bien lo que vas a hacer, no creo que esta sea la decisión más acertada del mundo. Estás haciendo justamente lo que Iván quiere.

Ian resopló, fastidiado por el tema.

—Joel ya me dio cátedra, ¿ahora lo harás tú? —preguntó de mala gana.

Manuel chasqueó la lengua, acercándose a él. Le quitó el cigarrillo casi acabado de entre los dedos, aplastándolo en el cenicero que descansaba a su lado, en el suelo.

—Creo que tengo todo el derecho del mundo a opinar, ¿no? es por mí que tú tomaste esta decisión. Ya te dije que no me importa que suba la foto.

—A mí sí me importa, porque no quiero que te hagan daño, y sé que si yo asisto él va a subir la maldita foto —contestó, apretando los dientes.

—¿Y hasta cuándo vas a seguir permitiendo que te extorsione y juegue contigo? Mírame, Ian —tomó su mentón con el pulgar y el índice, obligándolo a levantar la vista—. No voy a perdonarme nunca que tú arruines tu carrera por una estúpida foto. Tú debes ir a ese show, ocupar tu lugar y demostrarle que sus amenazas estúpidas ya no van a servir de nada. Déjalo en evidencia, cuéntale a todos lo que está sucediendo.

—Ni siquiera tengo pruebas, Manu. Tendré suerte si no me apedrean.

—No importa si las tienes o no. Defiéndete, Ian. Olvida lo que te dijo Joel, no esperes a ningún abogado, solo defiende tu imagen y no permitas que Iván se salga con la suya, porque si tú decides empacar tus cosas y acabar todo aquí, te aseguro que te vas a arrepentir. Si tú no sales a contar tu versión, estás dando carta libre para que todos sigan especulando y se inventen versiones sobre ti. Nadie te conoce, nadie sabe todo lo que has sufrido antes de ser lo que eres ahora. Solo tú sabes todo el esfuerzo que conllevó todo esto; ¿vas a echarlo por la borda solo por una estúpida foto? ¡A la mierda con Iván! Tú mereces estar ahí, no él, así que no seas cobarde y enfrenta esta situación, arriésgate, Ian, como lo hiciste durante toda tu vida.

Ian se mordió el labio, intentando contener las lágrimas que se agolparon en sus ojos. No quería asumir que la situación se le había ido de las manos; había permitido que el miedo le ganara y estaba a punto de tirar todo su esfuerzo a la basura.

Se limpió el rostro con la manga, para luego ponerse de pie rápidamente. Buscó su teléfono en el bolsillo de su pantalón, mirando la hora en la pantalla.

—Ya comenzó, en teoría yo tengo que salir en veinte minutos.

—Vete, le voy a avisar a Joel y te alcanzamos.

Cuando Manuel estaba a punto de salir de la habitación, Ian lo tomó del brazo, atrayéndolo hacia su cuerpo. Le dio un beso fugaz, luego un abrazo apretado; un abrazo que le dio la energía y el valor que necesitaba para enfrentar sus nervios y a un posible público decepcionado.

—Gracias. no me voy a cansar de decirte que eres una especie de ángel guardián.

—Vete de una vez, tienes quince minutos para llegar si el tráfico no está pesado —contestó Manuel, apretándole las manos con suavidad, luego de esbozar una sonrisa.

. . .

El griterío del público le había puesto la piel de gallina. Vió la presentación de sus compañeros desde un costado del escenario, y a medida que se iba acercando el momento de la verdad, los nervios aumentaban cada vez un poco más. Respiró profundo, cerró los ojos y repasó su discurso varias veces, y cuando las luces se apagaron, su corazón se disparó. Subió los tres escalones a paso lento, apretando el micrófono. Se cruzó con Iván cuando él iba bajando, su mirada, que estaba cargada de rabia, dejó en evidencia su sorpresa al verlo allí.

Se paró en medio del escenario, y cuando las luces se encendieron de nuevo, levantó la vista para enfrentar a las miles de personas que se habían quedado en silencio. Algunos sorprendidos, otros con algo de rabia, cada rostro representaba un sentimiento diferente.

—Hola a todos, sé que muchos de ustedes creían que no me verían hoy... —Tomó aire, y los nervios aumentaron cuando escuchó su propia respiración a través de los altoparlantes—. Yo... tengo algo que decirles, sé que tuve que haberlo hecho desde hace tiempo, pero... —Hizo una breve pausa, ladeando el rostro, y en ese momento, vio a Manuel parado en las escaleras, con aquella típica sonrisa que parecía asegurarle que todo saldría bien—. Hace un tiempo, comenzó a circular un video sobre mí en las redes sociales. Un video que va completamente en contra de todo lo que yo vine mostrándoles hasta ahora. Muchos comenzaron a decir que yo tenía problemas con las drogas, y en su momento no pude salir a defenderme porque mi mánager, en un intento por protegerme, prefirió dejar el caso en manos de las autoridades. Hoy vengo a decirles que ese video no fue más que una trampa puesta para mí. —Los murmullos no se hicieron esperar en cuanto Ian pronunció aquellas palabras—. Hay una persona, que está presente en este mismo momento, que puso pastillas en mi bebida, y me grabó en el peor momento, con la firme intención de desacreditarme públicamente. Esa misma persona es la responsable de que hoy yo no haya hecho mi presentación. Sé que esto puede sonar absurdo, y más porque, como ya mencioné, todavía no tengo pruebas de esto, pero les prometo que si fuera por mí, jamás habría faltado porque sé que muchos de ustedes vinieron a verme. Esta persona me extorsionó con algo muy personal, y por un momento permití que su chantaje me intimidara, pero gracias a un ángel que me ayudó a comprender mejor las cosas, hoy pude entrar en razón.

»Quizá muchos de ustedes no crean una palabra de lo que estoy diciendo, pero con el tiempo verán que la verdad siempre acaba saliendo a la luz. Al menos me gustaría que me den el beneficio de la duda, y que esto deje una enseñanza para cada uno de ustedes. Nunca permitan que nadie los extorsione y los chantajee. Defiendanse siempre, porque si ustedes no lo hacen, los demás se encargarán de destruirlos. No se escondan, no tengan miedo; siempre habrá alguien que va a confiar en ustedes. Aférrense a esas personas y confíen en ustedes mismos. Gracias.

El silencio se convirtió rápidamente en vitoreos. Ian bajó del escenario escuchando su nombre gritado a coro por todos los fans. Había salido mucho mejor de lo que esperaba. 

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Chicos~

Lamento muchísimo el retraso. Sucedió algo bastante complicado la semana pasada y sinceramente no tenía cabeza para escribir. Voy a intentar actualizar el próximo capi antes de la semana que viene, en compensación por la espera. Gracias por ser tan pacientes y comprensivos, y de nuevo les pido una disculpa. Mis lectores más antiguos saben que nunca suelo retrasarme con las actualizaciones. 

El show de IanTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon