Prólogo

4.3K 573 73
                                    


Las personas nacen en determinado entorno. No me atrevo siquiera a agregar "familiar", porque no siempre se nace dentro de un núcleo familiar. A veces no hay familia, solo otras personas con un fuerte deseo de proteger, de ayudar. Y muchas otras veces, no hay nadie. No hay un regalo bajo el árbol, ni un plato de comida caliente en la mesa; solo un camino cuesta arriba en una montaña muy empinada. 

Pero innegable es que todos nacemos en un entorno, con características agradables y con características desagradables, por momentos desequilibradas entre sí. Y en el transcurso de nuestra vida, en ese entorno que nos tocó, vamos conociendo a otras personas. Vamos adquiriendo etiquetas, porque es imposible no ser diferenciado, o agrupado: Somos esto, aquello, lo otro. Siempre somos alguien, o algo. Nos construímos día a día. Nos convertimos en bichos sociales, empapados en sociedad, con sueños, deseos y metas. Y aunque nos rodeamos de personas, no siempre estamos pendientes de ello, porque vivimos sumergidos en nuestras propias preocupaciones. No todos son capaces de contemplar que cada persona tiene una historia diferente; una forma diferente de vivir, de pensar, de sentir. Que somos diferentes, sí, pero somos parecidos en cuanto a lidiar con problemas y relaciones humanas. Eso debería abrir una puerta a la comprensión, a la empatía.

"El show de Ian" es el mejor ejemplo de cuánto ignoramos la realidad de los demás. De cuánto se idealiza a otras personas sin pensar un momento en que su verdadera vida se esconde detrás del personaje que interpreta para mostrar lo mejor de sí mismo. Que los problemas no desaparecen por brindar momentos de alegría. Perseguir, atormentar, acosar, criticar, juzgar; son formas de violencia. Si violentamos a aquellos que nos dan esperanza, que nos dan felicidad, apagamos su luz. Extinguimos una luz en nuestra vida. Es necesario reconocer que el otro es persona, y aceptar todo lo que eso significa, tolerar sus aspectos diferentes para aprender a darle el lugar que merece en el mundo. Respetarlo y cuidarlo, tal como nos gustaría que lo hicieran con nosotros mismos. Esa es la mayor muestra de admiración y respeto.

Kalen Crow     

El show de IanWhere stories live. Discover now