VINGT-QUATRIÈME

Începe de la început
                                    

Un hermoso violín y arpa rugen en el aula, dejando ver un extracto del ballet Las Sílfides.

—Giselle también entró en esta época.

Pausa.

—¿No es hermosa? Una era dedicada estrictamente a dejar fluir el amor y el resto de la emoción humana, en un mundo tan cansado de vivir en la agonía de la rigidez sentimental. Debió sentirse como beber agua tras pasar mucho tiempo sin ella.

Louis no quisiera tomarse eso de forma personal, pero lo hace.




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—Desde arriba, Tomlinson.

Harry se sentaba como indio en el suelo, rodeado de toda la clase que veía con ojos atentos al cuerpo petizo parado en el centro del aula.

Miss Greta había estado trabajando pasos nuevos con ellos. Fueron varias semanas de prueba y error, correcciones y muy esporádicas felicitaciones, en donde cada uno había dado todo de si por dominar las complicadas técnicas.

Debido a que el nivel de dificultad en la exigencia se había elevado considerablemente, los alumnos se concentraban más en lograr la ejecución de los pasos que en expresar algo con ellos, por lo que la soltura que alguna vez se había logrado, se perdió. Había sido reemplazada con tensiones, inseguridad sobre la marcha y rigidez a la hora de transmitir algo.

Por eso, Miss Greta les había pedido preparar una canción cada uno. No importaba si era un pas de deux bailado en solitario, o una parte correspondiente a una bailarina siendo bailado por un bailarín. Ni siquiera tenía que ser una canción muy elaborada.

Todo lo que quería era incorporar los pasos nuevos a una rutina en donde se sintiesen cómodos.

Hasta ahora, no había habido quejas. Todos se habían relajado notoriamente, y poco a poco la atmosfera de nerviosismo se había ido disipando. En su lugar, el alumnado que no se encontraba demostrando sus habilidades, se sentaba en el suelo con los ojos bien abiertos y la cabeza a mil.

Todos diseccionaban las presentaciones, reconociendo habilidades, registrando debilidades. Y no era extraño que lo hicieran. Después de todo, todos se graduarían en poco tiempo. Había que ir reconociendo a la verdadera competencia.

Harry se mordía el labio con avidez. Flexionó una de sus piernas para apoyar la barbilla sobre su rodilla. Escondió las manos dentro de su suéter dos tallas más grande, haciendo un intento por evitar comerse las uñas con anticipación.

Siempre le había gustado ver a Louis bailar, pero después de la epifanía que había tenido hace unos días en San Valentín, estaba un tanto ansioso por saber el efecto que el baile de Louis tendría en su corazón recién nacido en esto del interés hacía el ojiazul.


Lo que había sido una atmósfera calmada fue golpeada cual látigo por las fuertes trompetas que parecían anunciar a un torero entrando al ruedo. Harry la reconoció como Aragonaise. Louis posó en su lugar como un caballero desafiando al destino, ante los ojos de un publico abarrotado en una plaza de toros.

Pronto la música se transformó en una sensual danza guiada por oboes, castañuelas y cascabeles que remataban cada cadereo y salto que Louis ejecutaba. Se veía misterioso, galante y parecía invitar a caer en la más gratificante de las perdiciones, si decidías unírtele.

𝙿𝚘𝚒𝚗𝚝𝚕𝚎𝚜𝚜 | Libro #1| Larry StylinsonUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum