TROISIÈME

5.8K 709 310
                                    


Aquel juego de miradas continuó durante toda la cena. Se interrumpía a ratos, pero nunca se terminaba, alguno de los dos acababa buscando la mirada del otro. Aun cuando sus respectivos amigos entablaban conversación con ellos, siempre trataban de establecer nuevamente el contacto visual, incluso mientras hablaban.

No fue hasta que los platos fueron recogidos y el tío de Louis ocupó nuevamente el pequeño escenario proporcionado para la orquesta, anunciando el inicio del baile, que aquella danza de miradas alcanzó su fin.

Hubo un momento en el que todo el mundo presentía lo que se acercaba, y sin embargo, continuaron charlando y comentando sobre todo y nada.

Harry notó esto, intuyendo él también lo que venía: seguro que abrían la pista de baile. ¿Sería algo clásico? ¿Algo más moderno?

Observó como el director de la orquesta se volvía, animoso y sonriente, a dar instrucción a los instrumentistas. Un hombre trajeado ocupó el escenario, dándole la espalda a la orquesta. Lester Tomlinson le paso un stand de micrófono rápidamente, a lo que el hombre respondió con un asentimiento.

Un intercambio de miradas entre el director de orquesta y el hombre (que al parecer era el cantante), fue todo lo que basto para que Cheek to Cheek de Frank Sinatra comenzara a sonar fuerte y claro por todo aquel espacio.

Apenas se habían hecho escuchar las primeras notas del clásico, cuando Louis sintió una delicada mano tironearlo fuera de su silla.

''¡Louis esa es nuestra canción!'' exclamó Elizabeth, volviéndose a verle con los ojos azules bien abiertos. ''¡Vamos, por favor!''

Louis ya se hallaba de pie, viéndole con la expresión con la que se mira a un loco. El chico le alzó una ceja y se quedó completamente quieto, para molestarla. Elizabeth ya se encontraba a punto de fruncirle el ceño cuando Louis soltó una risita de repente, con el rostro iluminado. Le tomó la mano de forma respetuosa y echó a correr con ella hasta el centro de la pista.

El par comenzó a danzar de forma habilidosa al ritmo de la canción. Conocían los pasos muy bien; Cuando la clase se había vuelto mixta, Miss Greta había tenido la idea de formar parejas y enseñarles los tradicionales bailes de salón. Patti Labelle, Frank Sinatra, Louis Armstrong, Etta James, y muchos grandes más habían pasado a formar parte de las clases de danza.

Aquello fue lo que hizo que Elizabeth y Louis por fin se acercaran y fuesen amigos. Cheek to Cheek era la canción favorita de Miss Greta, y era la preferida de Louis y Elizabeth para bailar.

La voz del cantante no se comparaba con Sinatra, pero tampoco le pedía mucho a Michael Bublé. Era bueno, en el sentido de que podía darse el lujo de cantar algo de Sinatra, o al menos eso pensó Louis, mientras bailaba con Elizabeth. Si, era un amargado en el día a día, pero en las fiestas solía ser agradable.

Claro, que con cuatro copas de champán encima, todo el mundo es más agradable.

La mayoría de los invitados habían contemplado con deleite lo natural del fluir de aquellos pasos siendo mostrados por el par de amigos, y ahora, varias parejas bailaban en la pista. La alegre melodía y letra animaban hasta al más penoso.

La perspectiva de la estancia cautivaba hasta al observador más distraído: los colores y formas de los vestidos usados por las mujeres junto a la estética de los acicalados hombres, brindaban una imagen elegante y nostálgica. Recordaba a los viejos bailes que se organizaban décadas atrás. Cuantos recuerdos traía esto, para todos aquellos invitados que habían podido experimentar en carne propia aquellas épocas de oro.

Harry pensaba todo aquello mientras observaba a todos bailar. El tiempo pasaba, algunas personas iban abandonando la fiesta, algunos otros continuaban bailando, otros pocos ligaban o conquistaban a los directivos que seguían cazando carne fresca para sus compañías.

𝙿𝚘𝚒𝚗𝚝𝚕𝚎𝚜𝚜 | Libro #1| Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora