29. Sin elección

11.2K 668 49
                                    

-Puedes abrir los ojos.- su voz retumbó contra mi frente y por su tono deduje que se estaba divirtiendo con la situación.

Abrí primero un ojo y luego el otro. Leonard seguía sosteniéndome en brazos mientras yo no podía parar de temblar y castañetear.

-¿Te divierte?.- me removí enfadada entre sus brazos hasta que por fin conseguí bajar. Al principio me costó mantener el equilibrio debido a las emociones que seguían recorriendo mi cuerpo.- Pudiste matarme.-le dediqué mi mirada más mortal.

-Pero no lo he hecho, sigues viva.- me señaló sin borrar esa estúpida sonrisa de su cara.

-Será mejor que dejes de reír o te las verás conmigo.- quise sonar amenazante, pero solo logré parecer una niña de doce años haciendo berrinches.

Levantó sus manos en signo de rendición y entonces aparecieron los demás cayendo como plumas. Malditos vampiros y cazadores.

-Wow.- exclamó Dack sin prestarnos mucha atención. Sus oscuros ojos estaban fijos en algún punto a mis espaldas.

Me giré curiosa por ver qué tanto le había sorprendido.

-Dios santo mío de mi vida.-me quedé sin aliento al ver el hermoso paisaje y la increíble ca... mans..castillo que se habría ante nosotros.- Esto es de cuentos.

-No, esto es mío.- presumió con su habitual ego por las nubes.- Vamos.

Leonard fue el primero en dar un paso hacia adelante seguido de los demás. Yo en cambio, por la sorpresa y por el miedo que me daba pisar esa decoración y estropearla, me quedé estática en el lugar parpadeando varias veces.

La man... castillo, no se apreciaba desde la altura ya que este estaba oculto entre un hueco del valle que no dejaba apreciarlo a la distancia. El castillo blanco por la nieve me hacía sentir mucho más pequeña de lo normal. A su alrededor había un gran jardín decorado por una fuente de piedra y unas cuantas estatuas que expresaban diferentes cosas. El camino que llevaba hacia la entrada, hacia los lados, poseía incrustadas en el suelo piedras de tamaño medio y si te fijabas mejor en su interior se apreciaban minerales pequeños.

-¿Te vas a quedar ahí o qué?.-preguntó burlón el chico nuevo poniéndose en marcha sin hacerme mucho caso. Él estaba más o igual de sorprendido que yo, solo que sabía disimularlo mejor.

-¿Cómo es posible que los vampiros poseáis tanto?.- giré sobre mi misma para observar mejor el perímetro.

-Son antiguos, por eso.- hizo una pausa para mirarme con el ceño fruncido, confuso.- Y por que Leonard es un vampiro muy importante...¿no lo sabías?

-Pues no.- me encogí de hombros.- Hay muchas cosas que no sé.

-Leonard es hijo de la reina.- su confesión produjo que me atragantara con mi propia saliva.- Cuando la mataron nuestra gente comenzó una gran revuelta...

-No son mi gente.- interrumpí echa una furia. No quería que me asignaran la culpa de la muerte de Lucía, yo no tenía nada que ver.

-Claro, tú estás en un plano intermedio.- sonrió irónico.

Atenta a la conversación no me había enterado de lo rápido que habíamos cruzado todo el jardín. Paramos delante de una puerta de roble con símbolos que si los mirabas te transmitían peligro y paz a la vez.

Leonard nos abrió la puerta solo tocándola y luego nos invitó a pasar quedando él al lado de esta.

-No me dijiste que eres un príncipe.- lo miré fijamente cuando me tocó entrar a mi.

-Por que no lo soy.- me señaló el interior para que entrara de una vez y dejase de preguntar.

Si por fuera era increíble por dentro no había palabra alguna que describiese la impresión que originaba en los invitados.

Secuestrada por un vampiroOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz