17.No dejes que beba de ti

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"Denna, no dejes que que tome tu sangre"

Abrí los ojos asustada al oír una voz. Mi visión se nubló y todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas mientras un dolor insoportable recorría mi frente. Sin incorporarme de la cama toqué suavemente el lugar de donde provenía aquellos pinchazos insoportables.

Solté un quejido al notar escozor y cuando aparté los dedos noté sangre seca.

El olor de la cama era diferente al que estaba acostumbrada por lo que rápidamente me di cuenta de que no me hallaba en mi habitación, sino en una que me recordó a la época medieval.

Con tranquilidad fingida observé cada rincón, buscando algún indicio que me indicara que formaba parte de la mansión y que como castigo Leonard decidió encerrarme en una recámara distinta.

Pero no había nada aparte de muebles y fotos de personas desconocidas.

Me levanté y con cuidado tomé una entre mis manos. En ella se veía a una preciosa mujer sonriente con dos chicos a sus lados. El primero estaba igual de sonriente, pero no le llegaba a los ojos y el segundo se encontraba aferrado cariñosamente a su cintura.

-Eso es privado.-la foto resbaló de mis manos, cayendo al suelo con el sonido característico del plástico al ser agitado.

Giré sobre mis talones para dar la cara al hombre que me había traído hasta aquí. El paso del tiempo afloraba en su pelo y su tersa piel comenzaba a perder brillo. Sus ojos oscuros me miraban atentamente, como si no creyese tenerme delante. Era el mismo que el que sonreía forzosamente en la foto.

-¿Quién eres?.-pregunté aferrándome al mueble de atrás. Su persona no me transmitía para nada seguridad, aparte de que al lado suyo me veía pequeña.

-Nadie especial.-contestó llevándose las manos hacia atrás. Esperé a que dijera algo más, pero se quedó callado sin apartar sus oscuros ojos de los míos.

-¿Me vas a secuestrar?.-soné asustada. Había escapado de un secuestrador para ser secuestrada por otro.¿Será vampiro?

-Querida.-soltó una grave risa.-Ya estás secuestrada.-negó con la cabeza.-Y para tu suerte soy humano.-contestó a mi pregunta no formulada.

-Por favor, no me hagas daño.-se me escapó una lágrima.-Yo solo quiero ir a casa, nada más.-supliqué con la voz rota.

Si supiese que iba a acabar de nuevo atrapada me hubiera quedado en la mansión, por lo menos allí recibía cuidados y todos pasaban de mi. Leonard solo me venía a buscar cuando necesitaba mi sangre, Lira siempre me brindaba su compañía cuando tenía tiempo libre y Claus...me daba buenos consejos cuando los necesitaba. No llevaba una vida tan mala, aunque no poseía libertad.

-No te haré daño si colaboras en lo que te pido.-se acercó lentamente hasta quedar en frente.-Eres igual que ella.-su toque en mi mejilla fue como si me hubiesen pasado una lija por la piel.-Te llevaba buscando durante mucho tiempo ¿sabes?. Y ahora que te tengo aquí...-soltó un suspiro incrédulo.-No doy crédito con lo que ven mis ojos.

-¿Por qué me buscabas?.-fruncí el ceño sin entender nada. Agaché la cabeza intimidada por su cercanía.

-Por que te alejaron de nosotros.-contestó amargamente.

-No entiendo nada, esta loco.-alcé la voz.-Nadie me alejó de nadie.-sentí un nudo en el estómago que cada vez se hacía más fuerte.

-Pobre Denna...-se alejó dirigiéndose a la puerta, gracias a su lejanía volví a respirar adecuadamente.-No sabes nada.-abrió la puerta para salir.

-¿Qué es lo que debo saber?.-ya me estaba hartando de tanto misterio. La conversación que ambos manteníamos me recordó a la de Canelio y Leonard.

Secuestrada por un vampiroWhere stories live. Discover now