Capítulo 1

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Todo llamaba la atención del pequeño Choi Seungcheol cuando este había llegado a Seúl, pero lo que más había llamado su atención era un pequeño omega que había conocido en un parque cerca de su nueva casa.

Su padre les había dicho a él y su hermano mayor Kwan, de 14 años, que salieran a dar algunas vueltas por el vecindario mientras él terminaba la mudanza. Después de caminar por 4 cuadras, dieron con el parque.

No era tan grande tenía cuatro árboles, uno en cada esquina, y los típicos juegos. No había tanta gente, solo un par de niños jugando y otras personas que disfrutaban de la tranquilidad del lugar. Su hermano mayor lo dejo sólo luego de divisar unas lindas omegas, excusándose que su naturaleza de alfa lo llamaba.

Seungcheol se dedicó a mirar por los alrededores, él era social pero últimamente había estado muy tímido y sin ganas de hacer amigos. Lo único que quería el chico era regresar a Daegu junto a sus viejos amigos.

Sin embargo, un aroma le había llamado mucho su atención. El pequeño Cheol había cumplido ya sus 7 años y su presentación se había retrasado con el reciente fallecimiento de su madre, pero aun así su olfato se había agudizando, logrando al menos diferenciar a los alfas de los omegas. Siguió el rastro del dulce aroma, distinguiendo que se parecía al olor de la vainilla y al ver un grupo de chicos jugar decidió alejarse de nuevo.

Por primera vez el pequeño Cheol no quería hacer amigos.

Sin duda su suerte fue otra.

-¡Cuidado!- una voz dulce en tono de advertencia no pudo evitar que un balón golpeara su pequeña cabecita.

El golpe dejo un poco aturdido al pequeño Cheol, haciendo que cayera sentado al pavimento, llevo su mano al reciente golpe y sintió como dolía.

-¿Te encuentras bien?- subió la vista y juro que estaba muerto, viendo ángeles -¿Te duele algo?- sintió como aquel chico de cabellos negros y mejillas regordetas posaba una de sus manos en el golpe del pequeño.

Basto solo una calada del aroma de aquel chico para que el corazón de Seungcheol se acelerará. El chico era la fuente del olor a vainilla.

-No le paso nada- un chico de mirada afilada apareció junto al chico de dulce aroma, parecía ser menor pero tenia una perfecta pronunciación.

-Wonu discúlpate- el chico de mejillas retiro su mano de la cabeza del pequeño Cheol y este sintió como aquel acto provocaba algo dentro de él, como cuando Kwan se comía sus galletas o le quitaba sus juguetes.

-Pero hyung, él se puso en el camino de mi pelota- murmuro cruzándose de brazos el otro chico.

-Discúlpate- y Cheol no supo como fue que lo dijo pero el menor de los tres le estaba pidiendo disculpas como un cachorro regañado.

Luego de aquello Seungcheol supo que el chico de mejillas regordetas se llamaba Jeonghan y que el pequeño de mirada afilada se llamaba Wonwoo. Jugaron hasta que se hizo tarde y el trío de infantes tuvo que volver a sus respectivas casas.

Desde ese día, el pequeño Cheol iba a la misma hora a aquel parque, encontrándose con el par de chicos y comenzando así una dulce amistad.

Con el tiempo se les fue sumando Seokmin y Soonyoung, un dúo perfecto en cuanto a risas se tratará. Seokmin era 2 años menor que él, mientras que Soonyoung tenía la misma edad que el chico de miraba afilada. Seungcheol conoció a la familia de cada uno, pero fraternizo con la del pequeño de mejillas regordetas, los Yoon, una familia con situación económica bastante buena, si es que no se podía decir perfecta. La familia era pequeña, consistía de la madre del pequeño, una hermana 4 años menor y un padre ausente por sus trabajos en el extranjero.

Seungcheol solía quedarse en la casa de Jeonghan mientras su padre y hermano no estaban, eso y la extraña unión que tenían ambos resulto en una linda y tierna amistad.

Amistad que se reforzó con dos grandes acontecimientos.

* * *

El día en que Seungcheol presentó fue exactamente el mismo día que Jeonghan sufrió su primer ataque.

Ambos estaban en clases deportivas, cuando de un momento a otro el pequeño Jeonghan cayo de rodillas al suelo mientras respiraba con dificultad y su vista se volvía más borrosa a cada momento. Podía escuchar los llamados de su amigo, pero no podía responderlos, sintió sus brazos rodearle pero su piel dejo de sentir y todo se fue a negro en solo segundos.

"Es una falla genética, tal parece que afecta a cada omega primogénito, consiste en múltiples fallas en distintos organismos, pero principalmente en el inmunológico y el cardíaco. Las fallas deberían cesar al ser marcado, tal como dice el historial familiar"

Seungcheol no entendía nada de lo que decía la doctora, lo único que hacía era permanecer aferrado al cuerpo de su amigo, gruñendo a cada persona que se acercará.

Los médicos no querían precipitarse, tampoco el padre del pequeño Cheol, pero la situación era evidente: el chico se estaba presentando.

Lloro y pataleo cuando unos enfermeros lo alejaron de su amigo ¿Por qué hacían eso? ¿Por qué lo alejaban de su angelito? El quería protegerlo, no quería que nadie tocara a ese frágil y pequeño ángel.

"Felicidades, su hijo se ha presentado como alfa"

Seungcheol no entendió porque su padre infló su pecho con orgullo o porque su hermano mayor lo veía de otra manera ¿Es que acaso le había crecido otra cabeza?

Seungcheol se libró de los brazos de su padre y corrió a todo velocidad, ignorando gritos, llamados y enfermeros. No se detuvo hasta llegar a la habitación en donde descansaba su querido amigo el cual, ya despierto, lo miraba extrañado.

-¿Pasa algo, Cheol?- la dulce voz del chico tranquilizo al ahora alfa, al igual que su aroma.

-Soy alfa...- le dijo con vergüenza al omega y sintió la calidez de las manos de este en sus mejillas.

-¿Un alfa?- los ojos del pequeño Jeonghan se abrieron de la sorpresa ¿Por qué eso lo hacía extremadamente feliz?.

-¡Si, Hannie! ¡Un alfa!- dijo casi al borde del llanto, algo en su interior no quería ser alfa.

-¿Porque estas triste?- el pequeño alfa sorbió su nariz, ya estaba por explotar en llanto -¿Sabes que hacen los alfas?- el omega acarició los cabellos ébanos del pequeño alfa.

-No lo sé...-

-Protegen omegas-

-¡¿Protegen omegas?!- los ojos del alfa se iluminaron a más no poder.

-Sí, protegen omegas- la sonrisa que irradio el alfa, contagio al pequeño omega.

-¡Hannie es un omega!- el nombrado asintió -¡Entonces seré el alfa de Hannie y lo protegeré de todo mal!-

Sin previo aviso el pequeño alfa se había lanzado a los brazos del pequeño omega, creando una sinfonía de sus risas. Ambos se abrazaban y sonreían, mientras que el ambiente se llenaba de una dulce esencia a vainilla y chocolate. En el interior del menor crecía algo más que solo una amistad.

Pero....

¿Cuánto duraría aquella promesa?

🎀

Aquí esta el primer capítulo, ojala les haya gustado ¿se dieron cuenta a lo que me refería con trama lenta?

Adiós <3

Lazos 🎀 SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora