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LO ÚNICO QUE SONABA POR TODA LA ARENA ERA LA LLUVIA QUE CAÍA DEL CIELO ARTIFICIAL

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LO ÚNICO QUE SONABA POR TODA LA ARENA ERA LA LLUVIA QUE CAÍA DEL CIELO ARTIFICIAL. Brett y Cecily habían pasado horas escondidos en silencio esperando a estar seguros de que no volvería a ocurrir lo mismo. Cuando por fin se decidieron a echar un vistazo fuera para localizarse en el mapa se dieron cuenta de que las calles eran distintas y los edificios que tenían delante de ellos eran otros. Se la habían jugado los Vigilantes, ¿los profesionales podían tener uno que seguramente sería de la Cornucopia pero el restos no?

Tenían que pensar muy bien cuáles iban a ser sus próximos pasos puesto que, si habían movido los elementos del estadio, seguramente sería para que los tributos se encontraran antes de lo previsto. Cecily apostaba lo que fuera a que todos los tributos estaban en un radio de unos 2 Km o menos.

De nuevo, siguiendo el mismo plan que les había funcionado los días anteriores, a turnos descansaron de día para moverse por la noche, ¿a dónde? Esa era la gran incógnita, de nuevo estaban a ciegas e intentar buscar el patrón de cambio en el mapa fue imposible. Se alimentaron de parte de las plantas comestibles que habían guardado días anteriores y utilizado unas gotas del recipiente de los patrocinadores para purificar el agua de lluvia que habían recogido con sus botellas. Pero la comida se les acababa y si querían recibir algo o tenían que buscarla tarde o temprano tendrían que salir de esas cuatro paredes.

A esas alturas de los Juegos solo quedaban los más listos y/o fuertes. Con menos de la mitad de tributos y cuatro días era complicado que duraran más de una semana. Se hizo de nuevo de noche ( los días ahí parecían más cortos que de normal ) y para evitar ser encontrados tenían que moverse cuanto antes, alejarse lo máximo posible de esa zona y esconderse en un sitio con acceso a posibles regalos de patrocinadores.

Con la capucha puesta, armas en mano y mochilas bien colocadas sobre sus hombros, ambos dejaron el lugar y se movieron a paso rápido tratando de no llamar la atención, desgraciadamente la suerte no estaba de su parte esa noche. Justo al dar la vuelta en una esquina se clavó de golpe un cuchillo de cocina bastante grande en una puerta de madera. Los dos aliados retrocedieron rápidamente al notar que la dueña del cuchillo que casi los degolla era la tributo del Distrito 1, Stella.

Corrían lo más rápido que podían por sus vidas buscando una salida a ese problema. Aunque fueran dos contra una estarían muertos si los alcanzaba. Tenía pinta por el lanzamiento que hizo que a larga distancia no era tan buena como en combate cuerpo a cuerpo por lo que lo usarían a su favor tratando de poner la náxima distancia entre ellos. Stella gritaba que no huyeran, que terminaría antes su sufrimiento. Y su voz hacía que los cuerpos de los jóvenes se llenaran de escalofríos.

Eran más pequeños y delgados que la profesional por lo que eran más ágiles y rápidos. Habían perdido la cuenta del tiempo que llevaban corriendo pero la cazadora no se rendía, no pararía hasta atrapar a sus presas. Viendo un edificio bastante grande con puertas de cristal, Cecily agarró a Brett del brazo y se adentraron ahí para subir unas escaleras mecánicas y perderse entre los pasillos para acabar en lo que parecía una librería o papelería, los estantes llenos de libros, cuadernos... Con algunas impresoras y objetos de escritura.

Esperaba que ahí, al ser un edificio tan amplio, como un centro comercial del Capitolio, les diera tiempo. Al notar el silencio el menor del dúo soltó un suspiro de agotamiento y la otra le dedicó una pequeña sonrisa. Este fue a devolvérsela pero acabó mostrando una mueca y soltó una exclamación ahogada al notar algo atravesar su estómago. En la entrada estaba su perseguidora que acababa de lanzar un palo de esquí dando de lleno en el niño.

Cecily soltó un grito al ver la escena y comenzó a retroceder con la hoz en su mano notando como se acercaba Stella cual depredador hacia ella mientras Brett caía al suelo con un palo atravesado y el chubasquero con una creciente mancha de sangre. La rubia lanzó la hoz hacia la chica del 1 para que quedara clavada en su hombro, pero eso no pareció pararla puesto que esta siguió avanzando hacia ella, ahora incluso con más determinación.

La tributo del Distrito 9 buscaba cualquier cosa a su alrededor que pudiera salvarla pero sin éxito. ¿Iba a ser ese su final? ¿Morir al lado de Brett? No, no había llegado tan lejos como para que cayera de esa manera. Sus ojos llorosos dieron con la solución, dejó que Stella la agarrara y en el último momento encendió la máquina que tenía al lado y con todas sus fuerzas empujó a la adolescente hacia esta. La trituradora de papel pronto agarró el pelo y un brazo de la profesional consiguiendo que el agarre se disolviera y la sangre salpicara todo el rostro y ropa de Cecily. Pronto dejó de luchar la otra muchacha y un cañón sonó en cuanto el cuerpo dejó de moverse. Ante esto la que quedaba viva corrió hacia su moribundo aliado y sollozando puso su cabeza en su regazo mientras examinaba la herida de gran gravedad.

―Brett, mantente despierto por favor, todo va a salir bien.

―Sé que voy a morir, Cecily, ya no siento mi cuerpo. Pero no pasa nada, por fin podré descansar. Tienes que ganar por los dos, ¿vale? Y dile a mis padres que siempre lo querré.

―No, Brett, no. Por favor, ¡no cierres los ojos! Todavía nos pueden mandar algo para que te cures y tú mismo le dirás eso a tus padres.

―¿Sabes? Antes tenía miedo a morir, ¿y ahora? No es tan aterradora como pensaba... Gracias por todo.

Los ojos de Brett seguían abiertos pero su pecho ya no se movía y cuando la mano de este cayó en redondo al suelo, sonó el temido cañón anunciando otra muerte. Cecily sabía que tenía que irse de allí para que recogieran los cuerpos pero se sentía incapaz de hacer algo más aparte de llorar. Con cuidado cerró los ojos de su compañero caído mientras sus lágrimas seguían cayendo, le dio un beso en la frente y como pudo recogió las mochilas y armas que había en los cadáveres.

Cecily había matado a una persona para poder vivir, en defensa propia, pero eso no lo hacía más sencillo. Sentía que esa no era ella, que los Juegos la estaban cambiando, y temía que si quería ganar probablemente esa no sería la última vez que se mancharía las manos con sangre.














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Finalmente llegó el inevitable momento en el que teníamos que despedirnos de nuestro pequeño luchador. Brett, siempre estarás en nuestros corazones.

Estamos acercándonos al final de los Juegos del Hambre por lo que, tributos, temer a Cecily porque está mentalmente inestable tras haber matado por primera vez y haber presenciado la muerte de su compañero y tiene armas.

Solo a un capítulo para que termine el acto y tiemblo de los nervios por ver vuestra reacción ante el final de los Juegos.

WARRIOR || The Hunger Games #JuegosDelHambreAwardsWhere stories live. Discover now