Capítulo 35

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—¿Me das un abrazo?

—No tienes que preguntarme —dice envolviéndome entre sus brazos —Siento que tenerte cerca, es uno de mis lugares favoritos —sonrío por sus palabras. Estoy descubriendo a qué sabe la felicidad en un solo abrazo. Dejo caer mi rostro por completo sobre uno de sus hombros, y cierro mis ojos. La seguridad comienza a tener sentido, no les puedo explicar la inmensidad de cosas que significa un abrazo con la persona correcta.

—No quiero despertar si esto es un sueño —digo casi a punto de llorar.

—No es un sueño, es demasiado real —dice susurrando a mi oído —Tan real como tú.

Sonrío enrollando por completo mis manos sobre su cuello.

—¿Dónde habías estado, Jack? —soba mi espalda y me arrulla más a su pecho.

—Quizás, aprendiendo para encontrarme contigo.

No puedo con este chico. Quiero comérmelo a besos.

Me despego de él y le sonrío con todo lo que puedo.

—¿Siempre eres así?

—Así, ¿cómo?

—Así tan especial

—No —dice guiñándome un ojo —Solo lo soy contigo.

—Deja coquetearme que me vas a enamorar por completo.

—Eso pretendo.

—¡Oye! —le doy un leve golpe en su hombro —No es justo.

—Aquí estás —giro mi rostro para ver a la persona que era dueña de una voz varonil bastante fuerte e imponente. Arrugo mi frente y mi rostro de confusión se activa inmediatamente, ¿quién es él?

—Papá.

¿Papá?

El señor se acerca a nosotros, y puedo ver el gran parecido a Jack, son casi dos gotas de agua. La única diferencia es que él tiene los ojos verdes.

—¿Es ella? —pregunta viéndome tan profundamente que me pone nerviosa. Es increíble como este señor tiene el mismo nivel de profundidad en su mirada que su hijo.

—Sí—le responde Jack, sonriendo.

—Mucho gusto —dice extendiendo su mano, la tomo de inmediato y sonrío —Soy Felipe, el padre de Jack—mantenemos nuestras manos unidas y las sacudimos levemente sin dejar de vernos, puedo ver algo en sus ojos, no es que desprenda un brillo en su mirada, de esos como cuando me ve su hijo, no, sino que la de él noto cierta simpatía, ¿aceptación? quizás sea aceptación—Los esperamos en el comedor, la cena esta lista —dicho eso, retira su mano y su rostro de mí, le da una sonrisa ligera a su hijo y se sale del cuarto.

Mi mirada se detiene en la puerta por donde salió.

Este señor ha sido todo un enigma para mí, hasta ahora. Me acaba de dejar con la necesidad de hablar con él, preguntarle lo que pensaba cuando me miraba.

—Tu papá —digo intentado sacudir mi cabeza y señalando la puerta por la que salió.

—Sí, mi papá. ¿Pasa algo?

—¿Por qué preguntó que si era yo? — regreso a mi mirada a él, y sus ojos ya estaban esperando a los míos.

—Porque le hable de ti—sonríe.

—¿De mí? —pregunto con trazos de confusión y miedo.

—Sí.

—¿Pero por qué?

Querido Idóneo [Borrador] (Completa)Where stories live. Discover now