Capítulo 28

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Narra Jack.

La veo venir del baño luciendo un rostro húmedo, probablemente se haya echado un poco de agua para despejarse de sus pensamientos, quisiera decir que no sé cuándo pongo nerviosa a Abi, pero inevitablemente es todo lo contrario.

Desde que la vi por primera vez, me gustó mucho, recuerdo que ese día andaba muy mal, confundido por lo que sentía por Kay, era cada vez más indescifrable lo que sentía por ella, pero luego de pasar tiempo con Mayra y conocer a Abigail, me doy cuenta de lo que siento por cada una de ellas.

Por Kay comprendí que era una obsesión, un capricho lo que sentía por ella, esa sensación de rebeldía, de saber que con ella podía experimentar cosas que estuvieron reprimidas en mi vida, con ella sentía que podía ser más fuerte, ser capaz de no escuchar más a mi padre, con ella sentía que podía volar y ser quién quizás quería ser en ese momento.

Pero lastimosamente todas las cosas caen por su peso, y caí de muy alto con ella. No era la dirección correcta, nunca lo fue, comprendí que a pesar que me sentía bien estando a su lado, no era amor verdadero, no era nada comparado de lo que he visto por años con mi padre y mi madre.

Ellos nunca me dijeron de qué trataba un amor verdadero, ellos me lo demostraron.

Yo no soy el típico ejemplo del chico que viene de una familia disfuncional. Soy de los pocos ejemplos que vio como su padre nunca le faltó el respeto a su madre, debo admitir que estuve rodeado de cenas románticas, flores en días normales sin necesidad de ser especiales, ojos brillantes, destellando por admiración hacia la otra persona a pesar de los años. Debo admitir que he crecido rodeado de un amor sincero, de un amor sin egoísmo, de un amor donde puedes ser uno mismo, donde no hay presión ni inseguridades, donde son consciente de que ambos son diferentes, pero aun así el amor habla más fuerte, debo admitir que mi padre y mi madre son un ejemplo vivo de estar con la persona correcta, con esa persona que te alegra los días, aun si son grises.

Abi sonríe con timidez cuando observa que mis ojos están puestos en ella.

Siento esa ligera sensación de sentirme bien, cuando esta junto a mí, cuando veo su rostro y descifro cado uno de sus movimientos.

—Hola —dice tímidamente, llegando a pararse frente a mí —Pensé que ya te habías marchado —baja su mirada. Sé que mis ojos están puesto con mucha intensidad en los de ellas, y todavía no resiste tenerlos firmes en los míos, no puede hacerlo, porque yo intento comunicarle a través de ellos, los especial que se está volviendo para mí.

Recuerdo cuando mi madre me dijo, que el día que Dios me mandara a alguien, no iba a haber tiempo para señales, simplemente lo sabría cuando sus ojos se conectaran con los míos, cuando nuestro corazón al instante latiera en un solo sentir, porque Dios hace las cosas perfectas, hace que todo sea real. Dios trabaja de formas inexplicables.

Con todo lo que pasé con Kay me encerré, odie existir, odie el amor, odie pensar que podía existir ese complemento que llenaría mi alma más de lo normal. Odie todo lo real, todo lo bueno, entonces Dios me habló, él tuvo misericordia de mí, después de haberlo negado tantas veces, la tuvo.

Me di cuenta que no estaba con la persona correcta, que Mayra tampoco lo era. Que mi padre había caído en un grave error, mezclar las cosas laborales y espirituales no era lo correcto, me di cuenta que Kay fue una especie de escape, una especie de freno para mi destino. Porque aparte de todo lo bueno que viví con mi padre, había cambiado, no con mi madre, sino con su único hijo. Se convirtió en una especie tropiezo en mi vida.

Gracias a su forma de trátame, pensé por mucho tiempo que mi familia era disfuncional, era una especie de representación superficial de la familia "feliz" porque yo no era feliz ¿Cómo podía serlo, si mi padre no quería comprenderme?

Quise odiar a mi padre, pero mi corazón no pudo. Lo amaba, y digo lo amaba, porque ahora ese amor se ha convertido en una especie de sentimiento, que no logro entender, quizás solo sea un resentimiento, un leve dolor, que le habla cada vez que él actúa sin demostrar amor hacía mí.

Entonces comprendí que no tuve una familia disfuncional, solo un padre que se hizo duro y despiadado cuando su hijo creció.

—¿Por qué bajas tu mirada? —pregunto. Tomo su barbilla y subo su rostro —¿Ya te sientes mejor?

Le veo sus ojos un poco mojados, y sé que quiere llorar.

—Solamente ando más sensible de lo normal —sonríe un poco para despejar su tristeza —Creo que es muy normal en mi días.

Sin preguntarle nada. Tomo una de sus manos y el envuelvo en un abrazo.

Siento cada detalle de su olor. Ese olor a fresas agradable, que pude percibir desde que la conocí, Abi es la única chica que me hace sentir que regresé a casa. Que me hace sentir muchas cosas.

Al principio lo confundí con el sentimiento del capricho, pero no fue así, si bien es cierto me iba a retar a enamorarla y después solo pasar un buen rato, Dios me sorprendió con el recuerdo de aquellas palabras de mi madre.

—¿Te has enamorado algunas vez Abi? —la pregunta inesperada hace que su corazón se quede quieto unos segundos.

—Creo que muchas veces —siento hundir más su rostro a mi pecho, y estoy seguro que le dio vergüenza su confesión.

Sonrío un poco y sobo su espalda para que se tranquilice.

—¿Estás segura?

Abi se suelta de mi abrazo y ahora si me ve a los ojos.

—Bueno, creo que no es verdad —Baja su mirada pensando en algo, luego la vuelve a subir, caen sus ojos en los míos y trata de saber lo que transmiten cada vez que la ven —Quizás me han gustado mucho, quizás nunca me haya enamorado, quizás solo haya sido mi mente jugándome la broma de que había encontrado a mi idóneo, cada vez que un chico me gustaba.

—¿Y yo te gusto? —la pregunta la toma desprevenida, a pesar de que ya la estoy acostumbrando a mi honestidad y mis preguntas directas.

—Yo...en verdad... —No sabe que decir.

Me acerco más a ella y subo una de mis manos para colocarla en su mejilla. La acaricio con mi dedo pulgar suavemente. Me agradaba la sensación del contacto de su piel, y el contraste que hacían nuestros colores.

—¿Qué sientes cuando estoy cerca de ti? —sus labios se abren, pero no dice nada. Estoy seguro que de nuevo la dejé sin respuesta alguna.

—Jack, creo que es mejor... —mis ojos nadan en los de ella, y ya no puede decir nada más.

—¿Quieres que te diga lo que estoy comenzando a sentir por ti? —la veo tragar saliva. Sus mejillas sonrosar y su cuerpo helar.

—No sé si sea conveniente —dice sin poder quitar sus ojos de los míos.

—Soy de los pocos que no respeta lo conveniente —sonrío —Abi...

—¡Chicos! —la voz de Melvin a una distancia prudente me hace bajar mi mirada y sonreír con frustración —Por fin los encontré —lo escucho acercarse —¿Interrumpo algo? —pregunta ya a mi lado.

¡Por supuesto que sí amigo! Por supuesto que sí...





Jack, es una de mis personajes que disfruto narrar

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Jack, es una de mis personajes que disfruto narrar. Espero les haya gustado este capítulo.

Querido Idóneo [Borrador] (Completa)Where stories live. Discover now