Querido Idóneo [Borrador] (Completa)

Capítulo 6.

—Hola a todos —dice con sus manos metidas en las bolsas de sus pantalones de mezclilla —Me llamo Jack y me siento feliz de estar aquí —se mira relajado no como ayer, tal vez lo juzgue mal, y esta es una oportunidad que Dios me mando para comenzar de cero con él.

Sí, debe ser eso. Es más, creo que hoy mismo me lo ganaré y le pediré perdón para que no pase lo que mi mente creativa ha estado pensando desde ayer.

—Bienvenido Jack —dice la maestra con amabilidad y una gran sonrisa —Después de clases Abigail O'Connor te hará un recorrido agradable por toda la escuela.

—Ohh ¿En serio? ¿Y quién es ella? —pregunta entusiasmado.

Me rasco la cabeza y hago un gesto de vergüenza, no sé qué pasará cuando vea quién soy.

—Abigail, ven nena —ante el llamado oportuno de la maestra pego un suspiro por los nervios acumulándose en mi estómago —Abi ven, no seas tímida —dice extendiendo su mano para que llegará a tomarla. Inmediatamente el chico ve a la dirección y sus ojos se abren como dos grandes platos.

Luego de uno segundos petrificados, arruga su ceño y me ve molesto al recordar que yo soy la chica de ayer.

Inclina su rostro casi bajando su mirada y se queda pensativo.

Ante su reacción no me queda otra que levantarme del asiento y llegar hasta donde está la maestra.

Me paro en frente de él y digo un —Hola — siendo lo más amigable posible —Soy Abigail —extiendo una de mis manos como muestra de saludo y Jack la piensa dos veces para tomarla, pero al final la toma haciendo un leve movimiento no tan convencido de lo que está haciendo —Soy la presidenta de este año, y también soy la que dirige el club de bienvenida para los nuevos ingresos, así que prepárate porque te gustara lo que viene —le guiño un ojo y él solo baja su mirada por completo.

—Que bien —dice entre dientes.

—Bueno —la maestra nos interrumpe para empezar la clase —Entonces ya sabes Jack, cualquier cosa que necesites te diriges con esta linda señorita —se acerca a mí, y toca mis hombros casi abrazándome de espalda.

Me llevo muy bien con la maestra Miller, y no solo con ella, sino con todos los maestros de esta escuela, era muy popular en el buen sentido, y eso se debía a mi personalidad agradable y amistosa.

—Gracias por lo linda maestra, le aseguro que él queda en buenas manos.

Ni yo misma me lo creo, pero se hace lo que se puede.

—¡En excelentes manos, Abi! —grita Fabricio dándole otro sentido a las palabras, él era el payaso de la sección, todo lo que escuchaba le daba doble sentido y no solo eso, ponía apodo al que se le cruzará por enfrente.

—¡Ya cállate loco! —Anabel sale en mi defensa y le tira una pelota de papel.

—Cariño mío, deja de maltratarme —hace un puchero y tira una carcajada estruendosa.