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Cuando abrí la puerta de la casa de mi madre, lo primero que veo son esos hermosos ojos enrojecidos, con una expresión deplorable y devastadora a causa de llorar tanto por otro hombre. Me dolía que sus lágrimas derramadas hayan sido por causa de él, pero más me apenaba verlo así. No sabía que poder decir o cómo actuar ante este roto Hakyeon. Pero al verlo acercarse a mí, y ver cómo rodea sus brazos en mi cuerpo, me doy cuenta que lo único que necesito hacer es abrazarlo fuertemente hasta sentir nuevamente el latido de su corazón junto al mío.
- Regresé.- susurra con tristeza sobre mi hombro, apretando con sus brazos fuertemente mi cuerpo, casi temiendo que yo lo rechazara.
- Lo sé... te estaba esperando.- digo acariciando su espalda mientras beso su cuello suavemente.- ¿Estás bien?.- pregunto preocupado tomando entre mis manos su rostro entristecido.
- No lo sé, no sé si estoy bien o si hice bien en venir.- dice tomando mi mano mientras lo llevo a la sala principal.
- Hiciste bien en venir Yeonie...- digo acariciando sus manos, no queriendo soltarlo o siquiera dejar de mirarlo.- Quizás no entiendo tu posición, pero quiero entenderte. Quiero realmente crear algo bonito contigo.
Está mañana me había dado que era parte de la personalidad de Hakyeon el tener que ser tan leal y fiel a una amistad. Aún con mis inseguridades, y aún cuando su amigo no lo veía como un amigo más, Hakyeon no se rendía, ni se doblegaba ante su mentalidad de estar en un equilibrio con las personas que quería.
Cuando mi madre lo saludó y nos dio su bendición por ser una pareja, Yeonie se volvió más animado. Pero yo no pude quitar mis ojos de él en todas las horas en las que estuvo conversando con mi madre y jugando con mi hija. Lo conocía, sabía que había algo girando en su cabeza, y ese algo era Hongbin y lo que había sucedido cuando fue a verlo. Algo había pasado como para derramar demasiadas lágrimas, pero aún no teníamos el momento adecuado como para poder hablar a solas y tranquilos. Al final del día me cuenta que Hakyeon evitaba hablar sobre el tema, incluso aunque intenté estar a solas, él se aferraba a la compañía de Byulie, sabiendo que delante de ella no podíamos hablar como pareja.
Las horas pasaron hasta que se hizo de noche, y mientras íbamos en el auto hacia mi casa, toqué el tema del cual debíamos hablar. Byul dormía en el asiento trasero y él estaba atrapado sin tener escapatoria.
- ¿Qué sucedió cuando estuviste con Hongbin?.- la pregunta salió tan deprisa, que yo mismo me sorprendí por el tono desesperado de mi voz.
- Nada...- dice simplemente. Provocándome a que lo miré de reojo y haciéndome pensar lo peor. Mis inseguridades seguían latentes, y más por el hecho de que evitó tocar el tema en todo el día.
- No me digas que no pasó nada Hakyeon... no me mientas por favor.- le suplico intentando no desviar mi vista de la calle.- Tus lágrimas no cayeron por nada, sino por alguien. ¿Qué sucedió cuando fuiste a verlo?.
