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Cuando era joven mi padre una vez me dijo que me iba a arrepentir por la elección de vida que había tomado. Obviamente mi padre creía que ser homosexual era una elección, y que yo me hice así para arruinarle la vida. Su ignorancia era inmutable, y ni por ser de su sangre iba a cambiar sus pensamientos.
Nunca le dí importancia, y nunca acepté su dicho de que iba a arruinarme la vida, no hasta que me enamoré profundamente por primera vez. Nunca fui un santo, pero al menos era una persona decente. Creía que tenía un futuro prometedor con él; yo era una persona a la que todos querían y respetaban.
Pero el dolor de la traición fue tan desgarrador, tan doloroso, tan inimaginable, que no tuve control de mis acciones. Solo quería dejar de sufrir, solo quería... dejar de amarlo.
Cuando terminé mis clases de los martes, subí al gimnasio para espiar un rato a Taekwoon. Estaba entrenando con su amigo quién le sostenía el saco de boxeo mientras él golpeaba con toda la fuerza posible. Nunca lo había visto mostrar tanta fuerza y no había dudas de que mi amigo era asombroso.
- ¡Wow!.- expreso asombrado al ver su último golpe en el saco.
- ¡Hakyeonie!.- exclama sonriendo al verme parado allí.- Pensé que seguías enojado.
- No estaba enojado.- digo haciéndome el desentendido.- Hola, Wonsik... ¿Verdad?.
- Si, Hola.- me saluda su amigo con un apretón de mano.- ¿Quieres practicar?.- pregunta mirando todo mi cuerpo sin escrúpulos.
- ¡Wonsik!.- golpea Taekwoon a su amigo por su intensa mirada en mí cuerpo.
- ¿Qué?, sólo estudiaba su anatomía. Soy personal trainer.
- ¡No tienes porqué estudiarlo!.
- Ni tinis pirqui istidiarlo.- se burla de su amigo haciéndome reír a carcajadas.- No, lo pregunté en serio. ¿Quieres practicar?.
- Hmm... otro día. Estoy un poco cansado.- le digo haciendo una mueca de lamento.- Solo subí para ver un rato a mi amigo.
- ¿Viste?.- le presume a su amigo rodeándome con su brazo mis hombros.- Ésto es un amigo de verdad, no como vos qué sólo venís a verme para contarme chismes y sacarme dinero.
- ¡Ja!, no me obligues a decir lo que pienso.- expresa mirándolo con toda la picarda del mundo.
- ¿Hay algo que no sé?.- pregunto interesado.
- No. Claro que no.- dice Taekwoon tirándo fuertemente los guantes a su amigo como señal de que se callará.- Bueno... seguiremos después.
