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-Eh yo...-apartó la mirada todavía dejándola baja, trate de seguir su movimiento y al parecer le incomodaba ello, algo estaba pasando.

Todos seguían su curso ignorando nuestra quieta posición, como si fuéramos fantasmas que nadie puede observar, sin embargo los de las graderías estaba murmurando sobre nosotros; se daba a entender por su mirada fija -sobre todo a mi- y en el modo que se decía las cosas porque la verdad parecían que estaban hablando sobre drogas, de hacer una revuelta en todo el sector, de intentar quemar toda la zona sur del campus y por último, pero no menos novedoso, de hacer el proximo escandalo supremo en contra del escuadron puteria alta en zorrismo -es el máximo grupo de engreídas en Ferself-.

Erick se levantó de su posición y comenzó a correr rápidamente con los ojos cerrados y comprimidos... Hay que pegarle ¡Quiero pegarle! Les confieso que esa traición se siente más que el dolor de ovarios cuando ando en los días de la emblemática bandera de Japón, a pesar de eso, me dije a mi mi misma: Puedo ser una idiota, pero no una estúpida así que intente con todas mis fuerzas que la vida me había dado levantarme y no pude ¿Así se siente ser inútil? Miré a Emma y a Janielle, ellos conectaron miradas conmigo, enseguida vinieron a ayudarme; son las personas más buenas y puras que he conocido aunque a veces piense que son la imagen pura de la idiotez.

Todos se asombraban por su velocidad, no igualaba a ninguno de los de los que tenían una famosa condición atlética, los superaba. El acto de gran revuelo causaba que todos tuviéramos sentimientos mesclado en cuanto a la sorpresa, asombro, duda y curiosidad en saber lo que pasará al final de todo esto. 

Erick hacía una vuelta en un minuto corriendo mientras que la gran mayoría la hacía en dos o máximo en tres también corriendo.

-No es por nada pero nunca pensé que Erick corriera más rápido que yo-dijo Janielle. Percibí algo de celos en cuanto al acotesimiento, de alguna manera el se sentía superior por ello, no cualquiera invierte tanto tiempo como el en el ejercicio, velocidad y resistencia-Uno, dos, tres-me ayudó a levantarme y a ponerme de pie, al principio dolió como el diablo, pero después, ya no sentía nada.

-Caminemos fuera de la pista para hablar más tranquilos-compartimos la misma opinión con Emma y nos alejamos un poco del lugar-No eres el único además-vio a los lados, se miraba algo inquieta por lo que iba a decir-no es por juzgar o pensar lo peor de nuestro amigo, pero siento que a cambiado-en su tono de voz se podía escuchar claramente la decepción, con esas palabras nos atrapó a los para que le dieramos nuestra completa atención.

-¿A qué te refieres?-dijo Janielle extrañado.

Ok, hace poco estaban a punto de matarse el uno al otro y ahora están como si nada... Tengo miedo, esto nunca a pasado ¿Estará cerca el fin del mundo? 

-Es que es algo raro-lo ultimo lo dijo insegura-Ya no come tanto, cosa que antes siempre lo veíamos comiendo al menos unos caramelos disimuladamente en medias clases. Ahora tiene fuerza y velocidad excepcional, antes la poesía, sí, pero no tan notoria como ahora-tomo un respiro de aire, en su voz había algo más que decepción que no podía saber, era muy difícil describirlo-su tono de piel ahora es muy pálido, a Erick siempre le gusto mantener su piel ligeramente bronceada; le gustaba el calor y el sol, ahora huye de ellos. Es más nervioso ahora, antes le valía verga caso toda su existencia-sentía como ella en su mente tenía una enorme pizarra blanca con varias fotos datos y cosas que se conectaban con un hilo de lana roja, en centro de toda la polémica idea estaba una foto de nuestro querido amiguito Errick. Emma estaba viéndola, criticando, analizandola con cara de no haber en tres días y haber estado despierta a base de red bull y puro café.

La rubia tenía bases para creer algo diferente que provocaba que el ángel y el demonio aparecieran en mis hombros. El ángel que por supuesto era la versión que nunca existiría de mi, me decía con su voz melodiosa que no creyera tales osadías de un amigo que siempre me extendía la mano para ayudarme y que su pureza estaba más brillante que todo el ropero de Emma y más limpio que todo el expediente de novias de Janielle (buen punto para convencerme), mientras que el diablito que era como una versión más oscura de mi, me decía con su voz firme y llena de fechorías que no escuchara a la madre teresa de calcuta, que solo quería guiarme por el camino de la rectitud mientras que ella quería llevarme por el camino de la acción, que nunca está demás en creer las palabras de una persona cuyo pensamiento es parecido al de uno, además no permanece lejos de la verdad... Diablita, nos vamos a entender muy bien.

Amor Color Sombra *En Emisión*Where stories live. Discover now