36 4 0
                                    

Estaba profundamente dormida en mi cama muy calentita con mi cobija.

Ahhhh adoro otoño, definitivamente es mi estación favorita. Las hojas cayendo de los árboles, los colores cálidos que aparecen en este tiempo, la comida y sobre todo el clima frío que es más del normal en Holanda que me encanta. Sinceramente con la estación dan ganas de hacer muchas cosas, sobre todo perecear sin descansar.

Soñaba en mis amores platónicos que por supuesto nunca tendré -se vale soñar-, estaba por besar nada más y nada menos al chico de mi sueños cuando se asoma la luz por mi ventana, noooooo.

-Abril ya es tarde, levántate-dijo mi mamá abriendo las cortinas de par en par; libremente como si fuera su cuarto y obviamente yo no le hago caso. Me tapo con la sábana-Bueno si tu no te levantas ya sabes cual es el siguiente paso-dijo ella acercándose aún más a mí.

Esta vez me iba a quedar en la cama sin ninguna interrupción, gozando de mi imaginación, libertad y felicidad, pero como siempre a uno, todo se lo tienen que arrebatar  además, nada en mi vida es perfecto. No tenía que ser adivina o estar consciente de mis sentidos para sentir el frío causado por que me haya quitado la cobija seguido de agarrarme con sus delgadas manos mis tobillos y hacer el intento de jalar mi cuerpo tal cual monstruo que pudo haber estado viviendo debajo de tu cama y pudiste pensar que algún día te jalaría en la madruga los pies; todos pudimos haber pensado eso cuando estábamos pequeños y con ese punto a favor, haber inventado alguna excusa para ir a dormir a la cama de nuestros papis-Abril Frelana Green Jones ¡¡Levántate!!

-Ya va-dije levantándome de mala gana de la cama. No soportaba que nadie me llamara por mi nombre completo y menos agregando mi segundo nombre, lo odiaba-vieja insoportable-dije entre dientes y en voz baja.

-¿Como me llamaste?-dijo en tono autoritario.

-Te quiero mucho-dije acercándome a darle un lindo abrazo.

-Y yo soy Oprah Winfrey-dijo esquivando mi abrazo y mirándome con cara de militar.

-Voy a vestirme, ya bajo-dije haciendo saludo militar con mi mano y agarrando la toalla de baño y entrando al mismo, mientras marchaba también como militar.

-Te espero en el auto para ir a comprar la calabazas-dijo saliendo de la habitación.

A mi no me gusta mucho decorar la casa de Halloween ya que es mucho trabajo, pero si me gusta ir a comprar y hacerle caras a las calabazas, es como algo entretenido para mi.

En esta casa o como yo la llamo "prisión" todo se maneja con reglas y horarios y si algo se sale fuera de control mi mamá enloquece  (no puedo negar que en algunas cosas yo soy como ella, pero tampoco para tanto). Yo no vivo con mi papá, mamá dice que nos dejó cuando yo apenas cumplía dos años, no hay fotos de él por ningún lugar de la casa y tampoco es que lo recuerde con claridad, además de que perdimos completo contacto con su familia. Así funciona mi vida cada día. No tengo tantos amigos y no soy la chica a la que llaman "popular" pero disfruto ser si como soy, sinceramente no me quejo de mi vida, es muy tranquila.

Me metí a la ducha, dure aproximadamente 15 minutos, cuando salí hacía un poquito de frió. El viento pegaba fuertemente en la ventana del cuarto y eso provocaba un sonido relajante. Me vestí con lo más abrigado que tenía, me peine con una coleta de lado, me puse mi gorro, mi bufanda y unas botas calientes y acogedoras. Bajé rápido. Al parecer se me hizo tarde ya que mi mamá estaba dentro del auto, así que solo agarre una tostada y unas fresas que estaba en una pequeña taza en el comedor. Me fui lo más rápido al auto, mi mamá se pone histérica cuando me está esperando y no quiero que explote así que me encamine rápido a su ubicación.

Comía todo plácidamente en el transcurso del viaje. El camino a la granja de calabazas era largo y se me había olvidado que teníamos que pasar un extenso bosque para ir a ella ya que el auto no podía pasar por ahí dado que había mucho barro, encima que tampoco me encanta caminar, soy mas una chica de interiores y de perecear.

Amor Color Sombra *En Emisión*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora