CAPITULO 10: "You're an idiot"

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― Ahora estas en la boca de todos ― nos aseguró Tabita, quien se cepillaba en cabello oscuro con los dedos ― Desde la visita al castillo has hablado con ellos más veces que cualquiera fuera de la clase A.

― Tendré cuidado ― y con eso termine la conversación y me senté en mi lugar.

Después de unos minutos llegó el profesor de la asignatura que teníamos, y así transcurrió el día, sin el menor de los problemas, en la hora de receso, me senté en la cafetería a picar mi plato y llevarme un bocado de vez en cuando con la mayor de las paciencias.

Fonn estaba ocupada en su teléfono y Sora no dejaba de leer su libro, es bastante extraño, a pesar de que a ella le gusta leer, nunca se había comportado tan obsesiva con un libro hasta llegar al punto de no ver nada más que las letras

― ¿Muy interesante? ― pregunté de forma burlesca mientras la veía pasar de página.

― Si ― respondió sin apartar la vista.

Vi a Mikaru y Oliver entrar al lugar mientras conversaban, Oliver me saludó al verme y Mikaru fue quien se acercó desviando su trayectoria solo un poco.

― Me encanta ese libro ― anunció sonriendo, señaló el libro que Sora tenía en las manos, pero ella no volteo a verlo.

― ¿En serio? ― Como un alago, la chica se puso feliz por eso.

La sonrisa del chico era extrañamente sincera, aunque su vista ni siquiera pasó en mi dirección o en la de Fonn quien estaba emocionada en silencio por tener a los dos chicos cerca.

Cuando Sora volteó a ver al chico con la más grande sonrisa, esta desapareció al darse cuanta quien estaba ahí parado. Como si él le hubiera dado un puñetazo, frunció el ceño.

― Tengo la edición que sacaron por el décimo aniversario ― La emoción del castaño contrarrestaba la mueca de la chica.

― Bien ― fue la respuesta que mi amiga sacó de mismísimo Sahara.

Él se dio cuenta de su actitud así que decidió alejarse por el bien de su orgullo.

― Nos vemos ― fue el más alto el que se despidió.

― Pudimos haber lanzado un poco de agua a esa conversación ― le dije Fonn con una sonrisa ― Para que no estuviera tan seca.

Pero nuestra amiga solo regresó a su lectura sin decir más.

Para la salida me asegure de subirme de prisa a la limusina antes de que a Dylan se le ocurriera dejarme a mi suerte otra vez, de hecho era la forma en la que lo había estado haciendo desde ese día.

Los ojos del chico estuvieron sobre mí todo el camino pero yo no dije nada al respecto.

― Eres una imbécil ― dijo al ver que no obtendría nada en silencio.

Pero no le hice caso, en realidad, no lo había hecho últimamente, me sentía atascada y resignada por tener que casarme con él. Desde mi monologo en la bañera me sentía apagada.

Lo escuché suspirar ― Has estado rara últimamente.

― ¿Si? ― pregunté volteandolo a ver.

― No me has insultado desde hace días.

― No tiene caso, vas a ser mi esposo de todos modos, quizás deba comportarme para no hacer el resto de mi vida más miserable.

― ¿Estas enferma? ― preguntó alzando una ceja ― Eres una bocona con lengua afila, no puedes quedarte callada así como así.

Abrí la puerta cuando sentí que el auto se detuvo frente a la puerta enorme de madera.

― Nos vemos ― dije bajándome, y camine hacia el interior del palacio.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora