Educando a la futura princesa (Re-subiendo)

CAPITULO 32: "Conversemos y riamos"

Los labios de Dylan se habían fruncido en una mueca y sus ojos me miraban para medir mi reacción.

― ¿Por qué sentirías culpa? No hiciste nada malo...

― Bueno, estabas triste, sensible, me acababas de decir todo eso... ― respiró hondo y luego lo soltó de a poco ― Un caballero, o cualquier persona en todo caso, no debería jamás besar a una chica emocionalmente inestable, inconsciente o parcialmente inconsciente y mucho menos aprovecharse de un juicio afectado.

Reí ante la seriedad de su comentario y el cómo contó con los dedos los eventos.

― Yo no estaba en ninguna de las cuatro situaciones asi que tú no tienes que sentirte culpable, pero yo sí que me aproveche de ti ― continuó diciendo.

Puse mi mano sobre la suya, que me mostraba cuadro dedos alzados e hice que la bajara.

― Fui yo quien te beso primero, fue mi culpa ― respondí avergonzada.

― Yo te di el segundo beso, asi que el continuar fue mi culpa...

― Y yo el tercero ― me encogí de brazos con una sonrisa.

― Y yo el cuarto ― sonrió.

― Yo el quinto.

― Yo el sexto ― murmuró.

― Yo el séptimo ― le imité.

No estábamos mirando a los ojos fijamente, divertidos y avergonzados por nuestras palabras y, por lo menos en mi caso, tambien del recuerdo.

― Esto no nos llevara a nada.

Pase mi cabello por la oreja y recargue mi espalda a la pared.

― ¿Podemos concluir que ninguno de los dos debe sentirse culpable? ― Pregunté con una sonrisa.

Pensé que me seguiría el juego y aceptaría, pero lo vi pensarlo seriamente.

― Esta bien.

Voltee a ver hacía la puerta, recordando que la rubia estaba ahí afuera buscándonos y yo me encontraba ahí, encerrada con el príncipe en una bodega.

― Soy una persona horrible...

― No estás jugando con nadie, Bannett, y no creo que seas el tipo de chica que quiere a todos para sí ― rio ― Es solo que Fonn no sabe lo que pasa.

Tambien reí, entendía que el recordaba muy bien nuestra platica de la mañana.

― Y eso es lo que me está matando ― respondí mirándolo otra vez a los ojos.

― Pues díselo, todo esto de mantenerlo oculto fue un trato entre los dos, mientras que aún no se filtre a la prensa, no hay problema.

― ¿Estás loco? ― le pregunté desesperada ― ¡No quiero! Me matará. ― Mire hacia la puerta otra vez, como si ella fuera a aparecer de repente.

― Se enterará tarde temprano.

― ¡Y yo la estoy apoyando contigo! ― exclamé pasando mis manos por mi cabello despeinándolo todo.

Yo seguro era un desastre comparado con su perfecto porte y apariencia, él de hecho lucia fuera de lugar entre estantes y polvo.

― Para de hacer eso tambien ― me dijo con una mueca y dando un paso al frente para colocar sus manos sobre mis hombros ― No es buena idea.

Lo miré irritada.

― ¿Algún otro consejo?

― No, por ahora ― respondió con una sonrisa ― Pero te mantendré al tanto.