CAPITULO 28: "Salto en el tiempo"

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En la mañana aun me sentía cansada, asi que no me quise levantar, era sábado asi que se me permitía ser floja.

Karla irrumpió en mi habitación hablando sobre ir a montar caballos, y que sería grabado y televisado como parte del programa sobre el concurso. Por su puesto me negué.

Cubrí mi cabeza con la sabana evitando que la luz de las ventanas que ella había abierto llegara a mis ojos.

― Eres quien pone a Meise en su lugar, sin ti no es divertido ― me insistió.

― Solo déjame dormir hasta tarde hoy ― pedí ― Es nuestra semana vacacional antes de que entre al infierno.

― Eres tu quien decidió entrar a esa clase, no puedes quejarte.

― Déjame ser floja esta semana, antes de entrar al infierno que yo misma me busqué.

― Bueno, le diré a todos que te dio diarrea ― la escuche reír antes de salir.

― ¡No te atrevas Karla Harrison! ― le grité.

Pero no estaba segura que me haya oído.

La semana que teníamos antes de entrar al nuevo semestre eran preciadas, podía descansar sin problema alguno, la ventaja de estar en el palacio era que tampoco tenía que soportar a mi hermano.

Asique tampoco baje a comer con lo demás, solo para evitar enfrentamientos.

Me la pasé evitando lo más que pude a todos, y acostada en la cama.

― No sé por qué insistes en hacerte la víctima ― Rodé en la cama y saque solo mis cabeza hasta la atura de mi nariz de mis sabanas. Karla había venido el miércoles otra vez a mi cama en la mañana.

Estaba sentada en el borde de la cama, sus cabellos marrones estaban amarrados en una cola alta y su vestimenta era simple, probablemente por la actividad que haría después.

― No sé de qué hablas.

― ¡Te casaras con el príncipe del país, Bastet! ― exclamó emocionada ― No solo es rico, es guapo y simpático, ¡Dios! Es el chico perfecto ― Negó con una sonrisa ― El sueño de toda chica de este país, y de algunas de otros.

― Pues no es el mío ― rodé los ojos fastidiada y volví a cubrirme con la sabana ― Tengo diecisiete, Karla, no quiero atarme a alguien por el resto de mi vida.

Sentí que se movió en la cama.

― Sabes qué significa esto ¿No? ― me quede quieta viendo la luz filtrarse solo un poco por la gruesa mata ― Vivir esposada a este palacio, sonriendo y saludando, como una muñeca autónoma.

― Tu querías ir a estudiar a Inglaterra ¿No? ― Su voz ya sonaba más dulce y cuidada, menos como una plática superficial ― Esto, supongo que arruina tus planes.

― Eso fue hace años, después ni siquiera sabía si estudiaría― Me quité la sabana y me senté, con la espalda contra las almohadas ― Ahora mi meta es quedarme sentada, aquí, en el palacio, hasta morir.

La vi rodar los ojos, fastidiada solo un poco por mi dramatismo.

Pero no estaba siendo dramática.

― Probablemente no puedes estudiar en Inglaterra ― dijo pensándolo ― Pero puedes ir a una universidad en la ciudad, la que está aquí tambien está muy bien posicionada a nivel mundial.

Negué y me deje resbalar en la cama otra vez.

― No veo por qué, no servirá de nada. Una reina solo necesita ser bonita y traer una corona.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Where stories live. Discover now