CAPITULO 15: "Corredores y pasadizos"

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Camine por los pasillos con cuidado, con temor a ser descubierta por alguien, fotografiada y subida a la red.

Con el hilo de pensamientos infantiles de esa persona, o personas, esperaba que me aventara huevos podridos en cualquier momento, por lo menos mi mochila me cubriría la espalda.

― Hola ― el saludo por la espalda cuando me encontraba alerta me hizo dar un brinco.

Por su puesto era el idiota de Dylan, quien mostraba la mejor de sus sonrisas burlonas.

― ¿Nuevo look? ― preguntó casi riendo.

― Lo último en moda ― dije con las manos en las cintura y la cabeza en alto. Obligándome a no darle la oportunidad de hacerme sentir avergonzada.

― Apestas ― me dijo haciendo una mueca ― pero creo que a las chicas no les gusta oir eso ― después soltó con una sonrisa.

― No sé de qué hablas ― negué ― Es una nueva loción traída desde Francia, se llama Le basuré con huvé del retreté ― respondí fingiendo un ridículo acento francés.

― ¡Que elegante! ― exclamó con ironía ― ¿Y ese peinado? No me digas ― me hizo una seña con la mano para que no hablara ― La nuevo de la pasarelas de parís.

― Aunque no lo creas, se llama le nidé del pajaré ― dije.

Pasé mis dedos por él mencionado, solo logrando quitar un poco de tierra y basura pequeña que lo hizo voltear a ver hasta que cayeron al piso.

― Con accesorios desprendibles y todo ― rió ― muy moderno.

― No te hagas el idiota, que eres uno de mis sospechosos ― le dije apuntándole con el dedo índice, pero a él solo le hizo gracia.

― ¿Por qué?

― ¿Qué haces aquí? ― pregunté con los ojos entrecerrados ― ¿Volviendo a la escena del crimen, eh? ― señalé histérica, como si eso le fuera a sacar la verdad.

― No, solo voy al baño. Sabes que el aula de la clase A esta en esta parte de la escuela.

― Puede ser ― dije sin darle mucha importancia a su excusa ― Pero sigue siendo muy sospechoso ― murmuré mirándolo con cautela.

― ¿Por qué?

― Tu nombre empieza con D.

― ¿y?

― D como en ¡Definitivamente es el culpable!

Volvió a reír, de forma pura y relajada.

― ¡Me odias! ― exclamé de repente.

― Eso es verdad ― admitió con una sonrisa mientras asentía con la cabeza ― Pero no me ensuciaría las manos por ti, no vales la pena.

― Te arruinarías el manicure ― me burlé.

― Cuando descubras quien lo hizo, me avisas ― me dijo con una gran sonrisa ― deseo felicitarlo por su gran trabajo.

Me guiñó un ojo y se fue por el pasillo.

― ¡Imbécil! ― exclamé enojada viéndolo desaparecer de mi vista.

No había nadie más por ahí, lo que era una suerte, me escabullí hasta los baños más cercanos para limpiar un poco mi imagen y deshacerme quizas del olor con los aromatizantes.

Me lave el cabello un poco para quitar restos de basura e intente deshacerme del olor o por lo menos reducirlo.

Por el espejo pude ver que a mi espalda la puerta se abría.

Educando a la futura princesa  (Re-subiendo)Where stories live. Discover now