Kyle se acercó a mí asintiendo.

-Así es Alex – afirmó – De hecho, James, Evan y yo, somos mejores amigos desde hace años aparte de ser socios.

No puede ser cierto. ¿Cuándo pasó eso?, A menos que... los mire en shock al sacar conclusiones por mí misma.

-No. No puede ser cierto – miré anonadada a los cuatro.

James me miraba inquieto, tal parecía que la situación le dolía al verme así.

-Papá – lo miré fijamente - Dime que ustedes no son mafiosos.

-Hija, íbamos a decírtelo. Es algo que ya no podemos seguir ocultándote, menos con esto que pasó.

-Necesitamos que nos escuches – pidió Kyle.

-NO. ¡Todo el tiempo me engañaron!

-Fue para mantenerte a salvo – aseveró mi padre.

-No quiero escucharte más.

Corrí dejándolos a los cuatro, pude escuchar el gritó de mi hermano, pero mi papá lo detuvo. Entre a la habitación donde me había quedado y me tumbe en la cama a llorar.

No supe cuánto tiempo paso, a mi parecer había sido bastante. Alguien entró rompiendo la ventana y me levantó de un jalón mientras sonreía maliciosamente.

-Muy bonita la chica que protegen los Coleman. Lástima que vayas a morir.

James Miller

Sé que apenas la vi ayer, pero admito que desde que la vi me gustó demasiado y me dolía verla sufriendo por enterarse de la verdad acerca de su familia – Y yo sin poder hacer nada – Sentía la mirada fulminante de Kyle atravesarme como dagas.

-Perdón por lo que acaba de pasar.

-No se preocupe Mark.

-Ahora sí, explícame por qué la secuestraste. Quiero la verdad y sin rodeos – proclamó Kyle, mi mejor amigo, alternando su mirada de Evan a mí.

Mi hermano me miraba con cara de "confiésate". Me arme de valor y mirando a los Coleman con la cara en alto solté la bomba.

-Lo hice porque me gustó Alexandra. Jamás me imagine que fuera hija tuya Mark, pues la mantenían oculta.

Enserio nunca me imaginé que fuera algo de ustedes.

-¡Mi hermana no es un juguete James!, te conozco y se cómo eres. Pero mi hermana no es como las putas con las que acostumbras estar un día y al siguiente las botas.

-Es verdad lo que te estoy diciendo Kyle – aseguré firme.

-James, mi hija no es una cualquiera. Dime si es verdad lo que dices.

-Claro que es verdad lo que digo y lo puedo jurar.

-Ay muchacho – suspiro Mark - ¿Ella lo sabe?

-Si Mark – intervino Evan –Él se lo dijo ayer.

Más tarde yo hable con ella y creo que el sentimiento es mutuo.

-No voy a dejar que la lastimes James, ¡ESCUCHASTE!, Ni tu ni nadie. Sobre todo ahora que debemos aumentar su seguridad - los miré confuso.

-¿Qué paso? – Mark soltó un suspiro pesado.

-Kyle recibió un mensaje anónimo como advertencia. Temo que está en peligro ahora.

No, mi reina no.

Estaba por hablar cuando se comenzaron a escuchar balazos afuera la mansión. Mis hombres respondieron enseguida el ataque, más que nada en la parte de atrás.

Sacamos nuestras armas para defendernos; ya faltaban muy pocos hombres, llevábamos la ventaja.

Se escuchó un gran estruendo en la parte de arriba seguido de un grito -¡Maldición!, cómo pude olvidar que Alexandra estaba arriba - antes de que todos reaccionaran yo ya me encontraba subiendo las escaleras. Llegué demasiado rápido, tiré la puerta de una patada.

La furia me invadió al ver a Alex siendo estrangulada, el susto en su cara era evidente, las lágrimas lo confirmaban.

-Muy bonita la chica que protegen los Coleman. Lástima que vayas a morir.

-No cantes victoria imbécil.

El tipo al darse cuenta de mi presencia empezó a temblar de miedo, él sabía quién era yo – El Rey – tragó en seco soltando a mi reina.

Disfrutaba ver su repugnante cara descompuesta por el miedo.

-Exactamente – sonreí maliciosamente - Hoy no va a morir ella. Tú estás en mi casa y morirás por meterte con mi mujer.

Sin dejarlo reaccionar, le metí un balazo entre ceja y ceja. Corrí hacia Alex antes de que se golpeará contra el suelo.

-Alexandra no cierres los ojos. Mi reina por favor – le hablaba para evitar que quedara inconsciente.

Mark, Kyle y Evan entraron agitados.

-Princesa no cierres los ojos – dijeron Mark y Kyle al unísono.

-Vas a estar bien mi reina.

Juro que quien haya intentado hacerle daño a mi reina lo pagara muy caro.

El reyWhere stories live. Discover now