Capítulo 22: Distracción.

692 92 43
                                    

.

—¿Cómo estás con todo esto? –Balbuceé mientras alcanzaba a Nath por los pasillos.

—No quiero hablar de eso ahora, tengo demasiado trabajo en la sala de delegados...

El rubio rápidamente me corrió a un lado y siguió avanzando con sus libros.

—Nath, espera...  ¿Vas a volver con lo mismo?

—¿Qué quieres? –Soltó deteniéndose en seco.

—Quiero hablar de las amenazas –balbuceé.

Este llevó su mano a su cabeza.

—En la fiesta... La cuenta esa me dijo que este no era el secreto... –balbuceé. —Lo de tu padre...

—¿Vas a seguir insistiendo en ello? –Soltó bajando su mano.

—¿Y tú vas a ignorar por completo qué nos están amenazando?

—Ya fuiste a la policía, ¿Qué más quieres hacer?

—¡N-No lo sé! ¡Solo trato de advertirte que alguien sabe algo de ti y está tratando de dañarnos!

Este se encogió de brazos y siguió avanzando.

—¿No vas a decir nada...?

—Solo olvídalo, ¿Si? –Soltó. —No tengo ni la menor idea de quien está detrás de esto, pero solo está intentando manipularte.

—¿De qué hablas?

—Lo de mi padre fue una venganza de sus trabajadores, la persona de la cuenta solo se aprovechó de ello para asustarte. Le vino como anillo al dedo.

—¿Acaso no viste esa publicación en mi antiguo perfil?

—¡Es exactamente lo que digo! La misma cuenta pudo haber creado una nueva con tu antiguo usuario, solo para molestarte, no hay mucho misterio.

—¿Estás hablando en serio?

—Eso debería preguntarte yo a ti, estas paranoica con todo esto.

—¡Hey, hey, hey! ¿Qué son estos gritos? –Exclamó su melliza acercándose a ambos.

—¿Sabes qué? Realmente estoy lleno de trabajo, no quiero seguir discutiendo y mucho menos contigo.

Ámber frunció su ceño.

—¿P-Puedes al menos prometerme que vas a estar alerta?

Este dio un gran suspiro, me sonrió y siguió caminando.

—Si te lo preguntas... No, él está fatal.

—Mierda... –Balbuceé. —¿Qué pasó con él después de la fiesta?

Ella alzó sus hombros.

—¿S-Sabes si dijo algo cómo culparme o estar enojado conmigo?

—Él no está enojado contigo –soltó la rubia riendo. —No eres el centro de su mundo.

Ya No Soy Aquella - CDMWhere stories live. Discover now