Capítulo 78: Caída

1K 119 177
                                    


—Emma, cambia esa cara –reía Rosa acercándose a mí.

—Si, estamos aquí para celebrar, ¿qué haces aquí sentada? —Me empujó Castiel.

Estábamos a solo dos días de volver a clases y Rosa, como parte de su tradición, había organizado una pequeña gran fiesta de bienvenida.

Durante esa semana, había sentido que todo el mundo seme venía abajo. Había estado completamente aislada y alejada de todos tratando de procesar y asimilar lo ocurrido.

Mis energías, pero sobre todo mis ánimos, no eran los mejores para estar en medio de una fiesta, pero  creí, tras la insistencia de los chicos, que despejarme al menos por un rato me haría mejor.

—Lo siento –traté de sonreír. —Solo estaba descansando un poco.

Creía que, si lograba tranquilizarme, dejar de llorar apenas pensara en Armin, de alguna forma, iba a lograr finalmente contarle a los chicos lo ocurrido.

—¿Pensando en qué? –Soltó el pelirrojo acercándome un vaso con cerveza. —Te desapareciste toda una semana, ven a pasar tiempo con nosotros.

—Probablemente piensa en su chico –Soltó la albina.

—¡Hey, es cierto! ¿Y Armin?

Ellos tres, eran las únicas personas que me quedaban en el Instituto, las únicas personas que podrían hacer de la vida en el Amoris llevable. Si ellas se marchaban al igual que el resto, quedaría completamente aislada.

—Eso la tiene pensativa, su chico la dejó plantada –bromeó Rosa.

—No digas esas cosas –exclamó Castiel entre risas.

—Es que... Vamos... ¿Por qué tu novio no está por ningún lado? ¿Ya tuvieron su primera pelea? –me observó la albina.

La comisura de mis labios cayó rápidamente. Ninguno de ellos pareció notarlo, excepto por Lysandro.

—¿Por qué están tan interesados en Armin? –Habló  el chico acercándose a mi lado. —Si Emma no está preocupada por él, entonces ustedes tampoco deberían estarlo.

Ambos chicos se observaron y soltaron otra de sus risitas.

—Es cierto –me observó Rosa.

Me asustaba lo preciso que podía llegar a ser el albino leyendo a las personas, pero siempre estaba agradecida de aquello.

—Pero, nena, quiero que te diviertas, ven a bailar con nosotros, no seas aguafiestas...

—Yo también necesito descansar un poco de la gente –se apresuró en hablar Lyss. —¿Te molesta si me quedo aquí contigo?

—Ustedes dos son... –Soltó Castiel sonriendo.

—Iré a por más de esto –sonrió la albina retrocediendo. —Volveré con vasos para ambos y entonces... Van a venir a bailar con nosotros.

—Espera, voy contigo –exclamó el pelirrojo.

Tan pronto ambos se marcharon, Lyss sujetó mi mano y me levantó del sofá.

Ya No Soy Aquella - CDMWhere stories live. Discover now