Capítulo 53: Rocket

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—¡Por supuesto que puedo ayudarte! –Exclamaba la peliblanca mientras Lyss partía su sándwich en cuatro partes iguales. —Pero no entiendo que quieren lograr.

—La idea es hacerle creer a Priya que en verdad somos sus amigas –comencé a explicarle. —Creo que si salimos con ella, si compartimos con ella, quizás comience a arrepentirse de lo que está haciendo y deje de "trabajar" para Debrah.

—En el peor de los casos, al menos le complicaríamos el trabajo a Debrah –sonrió Castiel.

—Si, lo estuve pensando anoche y Priya es una chica que está completamente sola. No creo que eso sea un problema para ella, porque se ve bastante independiente, pero creo que Debrah puede estar aprovechándose de esto y usándolo para su propio beneficio.

—Tiene sentido...

—Así que pensé que podíamos comenzar organizando una noche de chicas...

—¿Cómo las de primaria?

—Si, pero con más charla y menos comida –sonreí.

—¡Es perfecto! –Exclamó. —¿Pero debería ser solo entre nosotras tres o invitar a más chicas..?

—Sigue sin agradarme la compañía del resto de chicas, pero teniendo en cuenta que ocurrió lo de su carta y que acabamos de enterarnos que ella está junto a Debrah, creo que lo mejor sería invitar a más chicas, para que ella no sospeche y para que el ambiente no sea tan tenso.

—¿Pero a quiénes?

—Bueno... Mi habitación es ahora relativamente más grande, creo que podríamos invitar a unas tres chicas más...

—Pero si van a casa de Emma, ¿No sería un tanto extraño? –Preguntaba Castiel.

—Si, eso mismo pensaba –soltó Rosa. —Puedo fingir que yo organizo todo sola y nos quedamos en mi casa. Mis padres no están en casa este sábado.

—No quiero que parezca que te pedimos ayuda porque tienes una cada grande o algo así –murmuré avergonzada.

—¿Qué? Por supuesto que no, nadie piensa eso. Yo me comporté horrible a comienzo de año y durante primero y segundo, es lo mínimo que puedo hacer por recompensarlo.

—¿Quieren un poco de sándwich? –Murmuró Lyss terminando finalmente de cortar los pedazos.

Los tres soltamos una risa. Llevaba como diez minutos en su propio mundo dando su mayor esfuerzo porque el sándwich quedara en partes iguales. Era imposible no aceptarlo.

—¿Qué tal si pensamos durante el día a quiénes invitar y lo hablamos después de clases? –Me preguntaba Rosa mientras bajabamos las escaleras.

—Oh, no puedo después, me castigaron y debo encargarme de ordenar la biblioteca después de clases.

—Pero puedo esperarte.

—Es que ya tengo planes con Armin –arrugué mi nariz.

Ella levantó sus cejas y sonrió.

—Está bien... Te enviaré un mensaje con algunas propuestas y lo discutimos en la tarde. Así mañana me encargo de avisarle a las chicas.

Ya No Soy Aquella - CDMWhere stories live. Discover now