-No te atrevas a faltarme al respeto!-se escuchó al final del pasillo.

-Sí, sin lugar a dudas, nada como estar en casa-al parecer, en el comedor había dado comienzo algún espectáculo familiar. Al llegar junto a la puerta, dejé las bolsas en el suelo y empujé la puerta hacia un lado.

-Chicos no nos deis la noche-dijo una de mis tías. Di un rápido vistazo al interior de la habitación, todos miraban a mi tío Alexo y a mi primo Vinny que estaban de pie, enfrentándose con las miradas. Ni Philip ni Roberto estaban. Todos estaban sentados a la mesa observando en silencio el panorama, incluídos otros huéspedes del lugar, que por sus caras, no sabían si marcharse, intervenir o esconderse bajo la gran mesa. Adele y el pequeño Oliver miraban asustados, más el pequeño, que se encontraba de pie junto a su madre rodeado por los brazos de ella.

-Mejor vete a dormir-dijo mi primo, con algo más que asco en la voz.

-Qué? Te avergüenzas de tu padre?-mi tío retomó sus gritos.

-Pues sí-gritó mi primo con furia.

Todo pasó demasiado deprisa. A mi espalda escuché mi nombre, pero en lugar de girarme a recibir a Philip, me lancé hacia mi tío que estaba cogiendo impulso con el brazo para golpear a mi primo, quien parecía estar en espera del golpe.

Ya se había escuchado el arrastre de sillas, antes de que mi tío se revolviera de mi agarre empujándome, pero cuando impacté contra la cristalera, aquello fue un revuelo de sonidos, cristales rotos, sillas arrastradas y sillas caídas por los que se levantaron de golpe, gritos con el nombre de mi tío y gritos con el mío. Tras el impacto caí al suelo, aunque me di cuenta de ello al ver a todos desde abajo.

-Meg-se disculpó mi primo con la mirada mientras se agachaba para mirar cómo estaba y ayudarme a levantarme, pero mi mirada se fijó en Philip, que se había quedado petrificado mirándome antes de que su rostro se tiñera en furia.

-Las mujeres a limpiar, no deberías meterte en cosas de hombres-dijo mi tío atropellando las palabras y mirándome con cara de loco.

-Philip-gritamos todos al ver como con rápidos movimientos, acorraló a mi tío contra la pared haciéndole presión en el cuello con el antebrazo. Todos hicieron el amago de separarlos, pero ninguno se vio con el coraje. Yo intenté incorporarme pero los vidrios se me clavaron en las palmas al buscar apoyo en el suelo. Mi tío intentó quitarse a Philip de encima, pero su cuello se vio aún más ajustado contra la pared.

-Me importa una mierda cuál sea la política que tengas en tu casa, pero a esa mujer, mi mujer, la respetas-dijo Philip únicamente entre dientes, haciendo que hasta mi tío cambiase la cara de rabia a... desconcierto?

-Philip, por favor-le supliqué-Estoy bien-dije antes de intentar incorporarme nuevamente, pero esta vez me ayudó mi primo. Adele también se acercó a prestarme su hombro como apoyo. Philip tan sólo miraba a los ojos a mi tío, como si el que pudiese leer la mente fuese él.

-Philip déjalo, estás enfadado-dijo Vinny.

-Qué gran capacidad de observación-dijo él haciéndome sonreír levemente-Aquí donde me ves, estoy preguntándome por qué diablos no te estoy usando como saco de boxeo. Vuelve a tocar a Megana o a cualquier otra mujer estando yo presente y no respondo de mis actos, Alexo-le dijo ahora a mi tío, que había pasado a tener la expresión de un niño asustado. Philip realmente estaba teniendo una batalla interna, intentando borrar de su mente la imagen mía impactando contra la cristalera y cayendo automáticamente al suelo e intentaba recordar que además de que Alexo estaba borracho, había demasiadas personas allí que no tendrían ni por qué estar viendo aquello, como por ejemplo el pequeño Oliver.

DIECISÉIS PRIMAVERAS (en proceso de corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora