capítulo 13: Jaque Mate

Start from the beginning
                                    

Charlotte no puede evitar sorprenderse, pero aun así logra mantener la compostura incluso si por dentro el  miedo comenzaba a devorarla.

Max se pone de pie y camina hacia uno de los estantes que está repleto de libros. Abre unas pequeñas puertas del mueble y saca una caja de su interior. La rubia no lo deja de mirar ni por un segundo, su comportamiento se le hacía extraño, era un maestro de piso ¿acaso no haría ningún tipo de prueba? Se le hacía algo muy sospechoso y no tenía ni la más mínima idea de que es lo que podía estar tramando, aun llevaba la pistola en la mano y ese era un gran problema, había sido muy claro al decir que le dispararía ante cualquier movimiento que no le agradase. Tras haber conseguido lo que buscaba, Max regresa hacia donde está la joven que se mantiene con la espalda erguida y con una expresión impasible.

-Deja de mirarme de esa forma, cualquiera diría que planeas matarme – toma lugar en el piso frente a Charlotte – aunque eres incapaz de hacer tal cosa, es por eso que lo necesitas ¿verdad? – La joven baja la mirada – debiste ser muy lista como para persuadir ese cavernícola que solo sabe matar. Aunque eso me hace preguntar ¿Quién utiliza a quién?  

La rubia muerde su labio mientras Max acomoda las piezas del tablero. Era un juego de ajedrez hecho en su totalidad de cristal, los detalles que tenían era simplemente perfectos y parecían ser muy frágiles, tanto que daba miedo tocarlas por temor a que se rompieran.

-¿Por qué ajedrez?

-¿Por qué? – Repite inclinando la cabeza a un lado – el ajedrez me parece uno de los juegos más completos intelectualmente, se puede saber mucho de una persona por el modo en el que juega. Quiero saber que tan lista eres realmente como para haber llegado hasta aquí.

La joven hace una ligera mueca.

-No soy lista en lo absoluto.

-Ya veo – murmura colocando la última pieza en su lugar – entonces será un juego rápido ¿comienzas tú?

Charlotte no responde y simplemente hace la primera jugada con el caballo.

-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? – pregunta al notar que no llevaba su reloj puesto.

-Como 40 minutos, tal vez más, tal vez menos – mueve un peón - ¿Por qué te importa tanto?

-Elías no es de las personas muy pacientes.

-Pareces muy convencida de que aún sigue por aquí. 

-No me has confirmado el que él esté muerto, por eso puedo suponer que aún debe de estar en algún lugar, y de seguro estará muy enojado.

-¿Le tienes miedo?

La joven guarda silencio por un instante antes de hacer su otra jugada.

-Sería estúpido no hacerlo, es un asesino después de todo – mueve una de sus torres – cualquiera le tendría miedo con solo verlo.

-¿En serio?

-Aquí son todos unos desconocidos para mí, es normal que desconfíe y les tenga miedo. Incluso las personas de un círculo cercano  no son del todo buenas, después de todo el 80% de las agresiones y asesinatos son cometidos por alguien que la víctima conocía.

El juego continua lentamente, cada uno analizando los movimientos de su oponente y las piezas que tenían de su lado, planeando la mejor estrategia para ganar, aunque Max parecía tener la ventaja absoluta del juego, ya que siempre conseguía eliminar con facilidad las piezas de Charlotte, aunque eso no era tan extraño, después de todo había sido él, el que había elegido aquel juego. A la joven solo le quedaba seguir resistiendo todo el tiempo posible, o al menos hasta que sus piernas volvieran a ser útiles.

13 PisosWhere stories live. Discover now