Los Malfoy

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Se congelo procesando lo dicho por el hombre.
Hijos
Sus hijos
Mirando a los jóvenes se dió cuenta de la ropa de buen gusto y porte educado y elegante, la familia recién confirmada le devolvió la mirada confundidos por su estupor y silenció.
Trato de hablar pero seguia estupefacta, se tambaleó un poco y Will Lecter le sostuvo con ayuda de su esposo llevándole hasta el sillón más cercano.
- Cre...creía que vivía con sus tíos- logró decir.
Harry frunció el ceño.
- Me temo comunicar que ellos fallecieron en un robo a mano armada- Hannibal le tendió un vaso con agua a la bruja, mientras Will enviaba un mensaje a Blacke.
- Pero....-
- Yo los había conocido y firmaron para dejarme la custodia de Harry por si algo les pasaba, trágico que fuera poco después de eso el robo- la sedosa voz calmante de Hannibal convencieron a la mujer.
- Siento los de su familia señor Potter-
Hace ya cuatro años que ese apellido no lo escuchaba para referirse a el.
La costumbre parecía no irse.
Le sonrió a la mujer que no sabía nada.
- No se preocupe Padre me ha cuidado y amado como su hijo de sangre-
La sonrisa del pequeño le calo con alivió.
- Se que deben tener dudas las resolveré lo mejor que pueda, señor Potter debe también saber algo respecto a sus padres y usted antes de ir a Hogwarts....-
- Profesora?-
- Si señor Potter? -
- Podemos ir a Inglaterra?-
- Si, si podremos- Blacke entro y le dió la mano a la bruja.- Subdirectora Mcgonagall, un gusto, soy el enlace entre la comunidad mágica de la familia Lecter: la Lawrence Blacke.- se presentó con soltura, Minerva le devolvió el saludo confundida de nuevo.
- Profesora creo debemos hablar y luego arreglar los asuntos de Harry en Inglaterra- Hannibal se sentó con Will a su lado y la familia entera presto atención.
Ella estaba algo nerviosa.
- Bien señor Potter, que sabe de sus padres biológicos...?-
.............
Decir que la conversación fue esclarecedora es quedarse corto, Harry había tomado con mucha calma el que sus padres fueran asesinados por un loco mago oscuro, el más grande desde hace 300 años, la fama inmerecida le hizo fruncir el ceño, era lógico que su madre había hecho algo, pregunto todo lo que pudo, Hannibal saco más con su entrenamiento de psiquiatría, tal parece que sus padres fueron alumnos de la profesora, los estandartes de Hogwarts, el castillo con más de mil años, la guerra, fue esclarecedora.
- Por que con mis tíos?- Harry supo que no eran una opción cuando Minerva Mcgonagall le hablo de su primera opción.
- El director insistió, el me explico que el sacrificio de tu madre sería la mejor protección, así que debía ser reforzada donde su sangre habitaba. -
Oh el director.
Si la profesora admiraba a Albus Dumbledore, al igual que mayor parte de la comunidad inglesa, ella le describiría como alguien sabio, poderoso y amable, pero Hannibal y Will notaron la desaprobación que usaba para el caso de ciertas cosas, ejemplo.....
El dejar a Harry con los Dursley
El encerrar a Sirius Black sin juicio.
Su postura ante las demandas de que Harry fuera educado en una familia mágica.
No dijeron nada.
Aún.
Blacke había preguntado si la cuenta de los Potter se hallaba sellada.
Ella dijo que no lo sabía.
- Gringotts será la primera parada y luego....conocerán todo el callejón Diagon, será bueno conocer algo de la antigua inglaterra.- los Lecter se preparaban, la familia tomo lo necesario para el viaje, mientras Mcgonagall hablaba con Blacke, Nyx le dijo a Harry que no hablara de ella en Inglaterra, el asintió y comunico el mensaje, Hannibal solo entrecerró los ojos un poco, algo le preocupaba a Nyx y eso era algo para preocuparse.
Terminaron reuniéndose en la sala.
Blacke extendió lo que parecía un medallón de plata, indico que todos los tomarán y....
- Estará bien con que pongan un dedo encima, y mantenga se firmes será movido- advirtió todos asintieron- Bien...en ..3....2....1 ya!- Harry sintió como si el dedo se le hubiera pegado al metal, como si un gancho le jalara desde el estómago un torbellino de color y luego el suelo firme, estaban en un callejón oscuro amplio, ninguno se veía afectado por el viaje aunque si sorprendidos del lugar, salieron notando el aire más cálido, las personas venían de aquí y allá pero los edificios eran ingleses, bastante bueno para una huida rápida, fueron guiados a un pequeño pub, las personas comían, hablaban y bebían, el tabernero saludo a la profesora, Harry oculto su cicatriz con su cabello largo, la marca en forma de rayo, ahora sabía que era la marca de una poderosa maldición oscura, tomando la mano de su padre y de Will salieron a la parte trasera, Hermione tomo la mano de Will y Abigail, con la varita, Mcgonagall hizo un patrón y espero, la pared tembló y los ladrillo desaparecieron para dar paso a un arco, dejando ver la inmensa calle donde escaparates llenos de cosas se veían aquí y allá, los niños y padres pasaban con alegría, Mcgonagall les guió hablando del qué tal vez fuera uno de los lugares más seguros del mundo magico: Gringotts.
La nariz de Lecter se llenó del aroma de la magia, los aromas de los ingredientes, Will en la multitud podía llenarse de la alegría de las familias que compraban, escucharon quejarse a una mujer sobre el precio de hígado de dragón, así mismo Hermione se emociwóno al ver las lechuzas, Abigail tomo nota de las escobas.
Harry se notaba feliz de ver aquello.
La familia llegó a Gringotts, un enorme edificio de color blanco la enormes puertas abiertas daban aire de poderosa magia antigua, la puerta era custodiada por....
- Un duende- susurro por lo bajo Mcgonagall, todos los Lecter y Blacke le dieron una educada reverencia ligera al duende, que sorprendido se las devolvió, Harry detallo la placa al lado.
"Entra, desconocido, pero ten cuidado
Con lo que le espera al pecado de la codicia,
Porque aquellos que cogen, pero no se lo han ganado,
Deberán pagar en cambio mucho más,
Así que si buscas por debajo de nuestro suelo 
Un tesoro que nunca fue tuyo,
Ladrón, te hemos advertido, ten cuidado
De encontrar aquí algo más que un tesoro."
Una advertencia muy clara.
Entraron con calma y pronto hallaron un duende sin trabajo, Hannibal fue el primero en acercarse, Blacke se mantuvo al margen y Mcgonagall esperaba no tener que intervenir.
- Buenas tardes, soy Hannibal Lecter padre adoptivo de Harry Potter que quiere saber del estado de sus cuentas, junto a un retiro y si es posible un resumen de las mismas en los últimos años- el duende ante tal educada petición se sorprendió.
- Si de inmediato señor Lecter.....- se fue y trayendo consigo a un duende más joven- Su llave por favor?-
Mcgonagall se la dió a Hannibal, la cual se la dió al duende el la reviso y de inmediato llevo a la familia.
- Solo la familia, el carrito aguantará solo a uno más-
- Puedo ir- el Lawrence se acercó.
El duende asintió mirando desconfiado a Mcgonagall, luego los llevo a donde salían a las bóvedas, las tenebrosas cavernas contrataban fuertemente con los mármoles del banco, el duende silbo y un carro apareció en las vías.
Subieron y cuando se puso en marcha fue veloz, ninguno se quejó.
- Cámara 687- el duende bajo con una lámpara- por aquí- fue educado, los duendes pocas veces eran educados pues los magos no solían serlo, pero esa familia lo fue y era descortés no devolverlo, así que alegre el duende los llevo, era tan fácil ser amable con humanos como ellos.
Abriendo la cámara se encontraron con montañas de monedas, unas de oro, otras de plata, unas de bronce.
Lawrence se acercó frunciendo el ceño, al igual que Hannibal.
- Disculpe es todo?-
- No esta es la bóveda de herencia en caso de deceso, la bóveda principal esta bajo encantamiento hasta la mayoría de edad del señor Potter- explicó.
- Disculpe señor ....-Harry no estaba seguro de cómo referirse al duende.
- soy Griphook señor Potter soy el que cuida sus bóvedas.-
- Señor Griphook sería tan amable de mandarme cualquier movimiento de mis bóvedas a mi hogar en América?-
- No vive aquí?- Harry se envaro junto con todos ante la pregunta, algo estaba mal- los últimos años hemos enviado sus registros a su hogar-
- No los recibí, mi hogar está en Baltimore- Hannibal puso su mano en el hombro de su hijo.
- Lo resolveré, se lo aseguro, miéntras tanto tome lo necesario- dijo seguro dejándolos solos.
- Bien eso incluso me preocupa a mi- Lawrence noto la pequeña fortuna no sorprendido por ella, lógico pues sabía que los Potter eran una familia sangre pura hasta el padre de Harry.
- Señor Lawrence- Hermione, Abigail y Will tomaron las monedas examinando su peso y forma - Debemos?-
- Si claro- Harry y Hannibal se acercaron- Las grandes de oro se llaman Galeón, las medianas de plata Sickles y la pequeñas de bronce son Knuts - explico tomando un puñado comenzó a explicar.- hay 17 Sickles en un galeón y 26 Knuts en un Sickles- era bastante simple.
Harry noto que tenía bastante para supuso la escuela de siete años.
Sus padres le habían dejado eso, si, pero no más?.
Griphook regreso ya que había tomado las suficientes monedas para comprar todo.
- Bien señor Potter, he arreglado que sus cartas aparezcan donde llegó su carta de Hogwarts, eh de decir que su correo se desviaba por culpa de su ex guardian mágico- eso le hizo ponerse en alerta.
- Quién?-
- Albus Dumbledore- apretando los puños el duende escupió el nombre, pero se calmó y volteo a Hannibal.- señor Lecter o debo decir Conde Lecter?- Hannibal alzó la mirada con interés.
.........................
Al salir los Lecter estaba muy serios, Lawrence también, Mcgonagall iba a preguntar hasta que el duende se despidió de ellos con cortecia, provocando a más de un mago detenerse de la impresión, regresando la despedida los Lecter se fueron pero sin darse cuenta que Hannibal tenía un sobre sellado con el logo del banco, Lawrence no dijo nada.
Las calles les recibieron, animadas aún, Mcgonagall les indicaba la librería, tiendas de ropa, mascotas y materiales para pociones, un universo en miniatura fue admirado por Will.
Mcgonagall trato de decir sobre las ventajas de estudiar en Hogwarts, cosa que no sirvió, pronto llegaron a la librería, Harry y Hermione se emocionaron al entrar, Hannibal tomo nota de los libros de pociones, Will se intereso más por los animales mágicos y Abigail por las plantas.
Lawrence se mantuvo leyendo un periódico.
La visita termino con la adquisición de libros pero no todos de la matrícula de Hogwarts, fue cuando Mcgonagall se mareo que se detuvieron.
- Profesora?- Lawrence se le acercó junto con Hannibal.
- Lo siento de improviso...-
- Es una baja de azúcar- declaró el médico- algo normal si no ha comido- la profesora se sonrojó débilmente pues no había probado bocado en todo el día.
- Le acompañaré a el caldero por un buen desayuno- Lawrence se llevaba a la mujer cuando....
- Espere no podemos dejarles solos!- el miedo de que se encontrará con magos supremasistas de la sangre le puso alterada.
Hannibal le sonrió amable.
- Le juro que estaremos bien profesora ahora debe comer, reponerse y nos alcanzará en...-
- Olivanders!- completo de inmediato.- la tienda de varitas- señaló el local algo viejo y destartalado.
Los Lecter le aseguraron estar a salvó y Lawrence se la llevó a descansar y comer.
- Bien Nyx- felicito Harry al recibir un siseo.
- Vamos me interesa esa tienda de tunicas, la gente comienza a ver rara nuestras ropas- llevando a la familia a Madame Malkin.
Bueno si a Roma  vas has lo que vieres.
......††......
Draco esperaba que la mujer terminara de medir y ajustar la túnica negra, la verdad el quería ir a otra escuela, sabía que en cuanto su apellido fuera nombrado iría a parar al desprecio general de la escuela.
Por su fortuna era respetado, codiciado y adulado.
Por su padre era marginado y temido.
Por su madre era tachado de mago oscuro.
Por su atractivo acosado.
Suspiro ojalá su madre le enviará a Beauxbatons o su padre a Durmstrang.
Cunado sonó la campanilla de la puerta alzó la mirada.
La visión de la niña más bonita que había visto le llegó, sus rizos castaños bien peinados, sus labios rosas, sus ojos chocolate y su piel durazno le llamaron como canto de sirenas, le sonrió emocionada a un chico tras ella, un doncel de ojos verde y cabellos negros noto con tranquilidad también lindo pero a sus ojos la niña lo era mas, entrando después de ellos una chica mayor y una pareja.
La dueña fue hacia ellos preguntando, el padre hablo.
- Tunicas para el diario por favor, la verdad si tuviera unas ya hechas se lo agradecería, las llevaremos puestas.- entonces detallo la obvia ropa Muggle.
Se desanimó su padre jamás aceptaría  conocer a tal familia, aunque noto el aire de elegancia de toda ella, como si fueran de la realeza.
Pero.....
Podía hablar con ellos.
Miéntras su padre no se enterará.
.....††......
Narcissa Malfoy solo suspiro tenuemente, casi imperceptible cuando una madre cambio de rumbo con su bebé, le evitaban lo sabía.
Vio con anhelo el hermoso vestido que traía una niña de ocho al otro lado del escaparate, ella no podía tener hijos al menos ya no, Draco sería su único hijo, ella había deseado tener una niña después de su hijo pero su sueño se trunco al saber de su maldición.
Sin duda el karma se lo cobro, quería huir de allí lejos de las máscaras y de los murmullos a sus espaldas.
Sin dejar su máscara se dirigió a Madame Malkin, Draco de seguro estaba harto de todo, Lucius había insistido en separarse y no pasar por el suplicio que significa el comprar ropa, Narcissa se acercó a la puerta de la tienda, fue cuando escuchó la alegre conversación.
- Mucho, la tela es de las mejores para tunicas de gala.-
- Supongo que debemos adquirir unas- la voz de la muchacha mayor era calmada, entro y se encontró con el escenario más increíble, la familia ( obviamente muggle) buscaba consejos de Draco sobre la ropa, todos bien vestidos y educados, sus ojos cayeron de inmediato a la niña adorable de rizos castaños, sin dejar de ver la interacción no pudo evitar que su marido llegará para ver a su primogénito en buenas migas con sangre sucias.
Bueno eso no sería problema ya no.

Esmeralda EnsangrentadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora