Viaje de ida

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El experto en pociones entró a su habitación como una luz, con el corazón saliéndole del pecho, la cabeza funcionando a más no poder, sudando, temblando, feliz y eufórico.

Se sirvió rápidamente dos vasos de Whisky, los cuales tomó de un trago.

Caminó como loco por toda la habitación reviviendo en su mente toda aquella conversación entre Yung e Ivonne. Recordó como, varios días atrás, él había estado en el mismo lugar, desahogando sus miles de preocupaciones con una anciana que, a diferencia de Dumbledore, le generaba confianza y respeto.

"Joven, si la dama ha hecho todo lo que me dices, indudablemente siente algo por ti. Dile la verdad. Sincérate, arriésgate por última vez. Una mujer con tal corazón, de por si se da a los demás. Pero ella es especial contigo. Te ama, eso lo se..."

La voz de la mujer retumbaba en su mente.

Ahora estaba seguro, su querida Ivonne también lo amaba.

Se sentó a la cama y cerró los ojos mientras viajaba al pasado, viendo la cadena de sucesos de su vida junto a ella. Ahora todo acoplaba perfectamente. Podía atar cada uno de los hechos con un simple hilo: amor.

Todo cerraba, con una razón tan simple y obvia. Como ella lo cuidaba, los masajes que recibía, las cientos de veces que lo tomaba del brazo, su mal humor cuando lo veía cerca de Anastasia, los extensos abrazos que le daba, los besos en su mejilla, la facilidad con que le regaló la ropa de su padre, sus miles de intentos de hacerlo feliz, la vez que le salvó la vida al ser atacado por el dragón de mar, las cientos de veces que ella buscaba un motivo para tocarlo, el odio en su voz cuando presenció el momento en que Anastasia lo besaba, todo.

"Cielos... Ivy... Mi Ivy... Si me amas. Todo es tan simple ahora... Aun no te diré que siento lo mismo. Primero te trataré mejor que nunca, quiero enamorarte aun mas"

Respiró profundamente, calmandose, pensando en ella y sintiéndose estúpidamente feliz.

Después de tranquilarse lo suficiente, salió de su habitación. Lo primero, fue ir a agradecer a la anciana Yung, se lo debía.

Luego caminó hacia el llamado "Valle rosa", que era, simplemente, un valle tapizado de cerezos en flor. Era la época perfecta. Todo estaba florecido al máximo. La mayoría se encontraba allí, incluyendo "ella".

Se acercó a Dumbledore, que estaba sentado en un banco, mirando a las alumnas caminar entre los pétalos, y se sentó a su lado.

- No me pregunte como...- Dijo Severus- Pero me entere que ella me ama...

Albus lo miró entre sorprendido y feliz.

- Era hora, hijo- Dijo Albus mientras lo palmeaba- Para nosotros ustedes eran muy obvios, pero dejamos que fuese a su ritmo...

- Ahora toda esta tan claro, tan simple. Y me siento más... tonto que de costumbre.

- Di las cosas como son...

- Feliz y enamorado...

- ¿Fue difícil decirlo?

- En este momento, no- Confesó el Slytherin- ¿Este es el cambio de que usted hablaba?

- El mismo. Valió la pena ¿Verdad?

- Ayer le hubiese dicho que esta hablando tonterías...

- ¿Se lo dirás?

- Aun no... Tengo planeado algo.

Sus ojos negros se posaron en la dama que ocupaba su mente. Ella, vestida simplemente con un pantalón corto marrón y una camisa color arena, trataba de enseñarle a Luna, como mover los pétalos del suelo, solo con un mínimo movimiento de la mano.

Le Voyage | SSWhere stories live. Discover now