Mar de liberaciones

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La noche había caído lentamente. En el comedor, casi todos participaban de una charla en conjunto. No era nada serio, solo hablaban de cualquier cosa. Ivonne había decidido no participar, por lo que se había retirado a dormir. Y Severus, solo permanecía de pie, oyendo.

Pero las cosas sin sentido, a él no le fascinaban.

Dejó el hotel sumido en sus pensamientos y decidió caminar por la arena, en la oscuridad y bajo una media luna.

El mar se había embravecido un poco, así que el sonido a oleaje lo inundaba todo.

El faro, encendido a lo lejos, hacia que por momentos, algunas cosas se vieran con más claridad.

Severus distinguió una figura, de pie en la arena.

- ¿No habías ido a dormir?- Le pregunto él.

- Mentí. No tenia ganas de oír idioteces. Prefiero oír esta belleza...

Él se paró junto a ella, mirando el mar que adquiría una tonalidad extraña al ser iluminado por la luna y el faro. Las olas rompían a unos tres metros de donde estaban y el rugido que esa magnificencia presentaba, retumbaba en el estómago de los dos.

Ivonne se sentó en la arena, estirando las piernas.

- ¿Gustas una porción de tierra?- Le preguntó ella mientras le tomaba una mano.

Snape, silencioso, se sentó al lado, sintiendo esa comodidad y paz que solo la naturaleza magnifica en conjunción con esa gran compañía, podrían generarle.

No necesitaban hablar. Estaban muy cómodos así, acompañándose en silencio.

Severus sintió como ella se sentaba más cerca de él. Sin pensarlo demasiado, la rodeó con un brazo y la dejó que descansara apoyada en él.

"Cielos... ¿Sev me abrazó?... No puedo creerlo... Es tan suave, tan cálido... Como quisiera besarlo. Pero debo controlarme. No quiero perderlo por una idiotez".

Ivonne pensaba, totalmente sumergida en la dicha de estar tan cerca del hombre más misterioso y encantador que había conocido.

- Creo que me dormiré...- Rió ella varios minutos después, al notar como el canto del mar y la suavidad de Severus hacían que sus ojos se cerraran.

- Nadaste como loca toda la tarde, es obvio que estés cansada.

- No es cansancio físico. Es que estoy muy cómoda. Y el mar me arrulla.

- Lo se, me esta pasando lo mismo.

El ex mortífago se puso de pie. Se paró frente a ella y le extendió ambas manos, para ayudarla a ponerse de pie.

Ivonne tomó sus firmes manos y rápidamente se levantó.

- Gracias, que caballero.

Caminaron tranquilamente, uno al lado del otro, hasta el hotel.

Sol directo de mediodía siguiente.

Severus y Albus leían tranquilamente sentados en sus sillas, a la sombra.

En la playa, los alumnos y un par de merodeadores se entretenían con un partido de voleyball.

Minerva apareció con unos refrescos para el par de lectores y se sentó a ver el partido casi carente de reglas.

- Valla, valla, miren quien regresa- Dijo Alastor.

Ivonne regresaba, corriendo.

Ella había salido unas tres horas atrás a trotar, rumbo al faro y ahora regresaba.

Le Voyage | SSWhere stories live. Discover now